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Becas Chile: la lógica crediticia es mala, segregadora y desconectada con el Chile que hoy queremos

Por: Rolando Silva, Hermann Thomas, Camilo Godoy, Jaime Cataldo


Señor Director:

A raíz de los recortes presupuestarios suscitados por el plan de austeridad anunciado por el Gobierno, debido a la pandemia del COVID-19, se ha instalado en la mesa de este Ministerio, realizar reformulaciones hacia algunos programas que este abarca. Actualmente, se trabaja en algunas soluciones de mitigación de estos recortes, reformulando principalmente a Becas Chile de Magíster en el Extranjero, el Programa de Inserción en la Industria e Investigación Asociativa, hacia la lógica del crédito con intervinientes de la banca. Esta situación va en desmedro del desarrollo de ciencia, cuyo presupuesto alcanza aproximadamente a un 0,38% del PIB, superados por países como Etiopía con 0,60% y lejos del promedio Mundial del 2.1% del PIB (Banco Mundial, 2020).

La Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, es la que administra estos recursos mediante el Programa de Formación de Capital Humano Avanzado (PFCHA) o más conocido como “Becas Chile”. Este programa tiene como principal objetivo “Contribuir al incremento del número de investigadores, que permita insertar a Chile en la sociedad del conocimiento, dando así un impulso definitivo al desarrollo económico, social y cultural de nuestro país” (CONICYT, 2018).

Es impactante que hoy se puedan barajar tales alternativas, como lo es una solución crediticia, justamente contraria al clamor de las demandas sociales. Estas políticas, han sido ampliamente criticadas en el pasado (Crédito con Aval de Estado), por lo que la instauración de un crédito, puede traer repercusiones en torno a profundizar la pérdida de confianza y de credibilidad en las instituciones y de este nuevo Ministerio.
En adición, este recorte ha afectado a las personas en situación de discapacidad, que son el grupo que ha sido segregado históricamente por la sociedad, puede ser una señal regresiva de inclusión. Por otro lado, las tensiones por la demanda de la deuda histórica con los profesores no es justa con este tremendo portazo en la frente. Es por este motivo, que este cierre trae una tremenda oportunidad para subsanar los errores del pasado y defender lo que el propio Ministro defendió criticando al Gobierno de Bachelet.

Esta Pandemia, nos ha afectado a todos pero también nos ha traído oportunidades de aprendizaje. Hemos sido testigos de Gobiernos que han sido sobrepasados, por las propias políticas adoptadas en este contexto, como por aquellas que se han construido históricamente. Tal situación la podemos apreciar en los sistemas sanitarios. Sin duda que es urgente quemar todos los cartuchos intelectuales ya formados por estos programas y buscar soluciones a largo plazo ante estos eventos mundiales y sus repercusiones multidimensionales. Lo que no cabe duda, es que un recorte presupuestario para la formación de capital humano, no soluciona el problema. Lo que es deseable, es realizar una reformulación de este programa y potenciar su impacto.

Para nadie es un secreto que estas becas han sido cuestionadas en el pasado, pero tenemos la convicción que el financiamiento de créditos con intervinientes bancarios es una solución no sólo regresiva, sino que derechamente; mala, segregadora y desconectada con el Chile que hoy queremos. Es necesario repensar alternativas y reformulaciones de estos programas alejándonos de la posibilidad de “Créditos Chile”.
De esta manera, la reformulación de aquellas fragilidades de este concurso debe apuntar principalmente a un desarrollo continuo en torno a tres ejes principales: la transparencia, igualdad de oportunidades en la elección de estudiantes y la retribución del becario al país. Se requiere de una transparencia suficiente en todos sus procesos que van desde la postulación hasta la adjudicación de estas becas, que democratizando el acceso a información.

La integración de una dimensión socioeconómica en la selección para estas becas es crucial para dejar de financiar a quien no lo necesita. En definitiva, dejar de financiar a quien realmente no lo necesita.
Además, debemos entender que el sentido para financiar becas de estudio de postgrado en el extranjero, es para precisamente desarrollar potencialidades que en Chile no existen. El diseño de una reformulación, debería considerar los puntos débiles que la política social en Chile no ha logrado subsanar y potenciar estas becas con la generación de un sistema que reciba la retribución del becario de Becas Chile, en el contexto de sus objetivos; el impulso definitivo al desarrollo económico, social y cultural del país. Este sistema de retribución hay que instaurarlo, considerando trabajo intersectorial – interministerial, con alianza de la industria. Por ejemplo, trabajar de la mano con el Ministerio de Desarrollo Social podría tener ventajas significativas en el desarrollo país, disminuir la pobreza en todas sus dimensiones, y construir un sistema eficiente, justo y digno. Generar un sistema retributivo donde la Beca no es un premio individual del becario, sino que la mejor oportunidad para lograr tangiblemente el tan anhelado, pero lejano desarrollo. Un crédito para la mitigación de estas Becas, es un insulto para la defensa de los derechos que la mayoría de los Chilenos estampará el próximo 25 de Octubre.

Rolando Silva, Hermann Thomas, Camilo Godoy, Jaime Cataldo
Ciencia Contra el Recorte

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