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Potenciando el talento femenino desde la alta gerencia MERCADOS|OPINIÓN

Potenciando el talento femenino desde la alta gerencia

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Muchas mujeres nos conmovimos profundamente y sentimos un gran orgullo al ver el discurso de la recién electa vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris. Ella, de un impecable traje blanco y con una sonrisa plena, habló con aplomo, con carisma y con una tranquilidad absoluta frente a millones y millones de personas. Creo que no hubo ninguna mujer en el mundo que no se sintiera orgullosa y feliz de tener una representante de nuestro sexo en uno de los puestos más influyentes del mundo libre. Su frase: “Si bien soy la primera mujer en ocupar este cargo, no seré la última”, marcará a generaciones de mujeres que verán posible acceder a los puestos más importantes del mundo. Harris será la primera mujer en ocupar el cargo, además de la primera persona negra y la primera de ascendencia asiática. Muchas primeras veces que se suman a sus anteriores hitos como fiscal general de California y senadora por ese mismo estado.

Mucho se ha hablado de ella, de su perfil, se le cuestionó por dura, por haber dejado llorando un par de veces a políticos de gran trayectoria. Se le criticó por no ser suficientemente de color o por estar casada con un hombre blanco y rico. Pero hoy, más que centrarme en eso, me gustaría hablar de cuántos techos de cristal tuvo que cruzar para llegar al puesto que ganó hoy.

Hija de padres emigrantes, nació en un país donde los temas raciales aún eran un “gran tema”. No solo estudió en un colegio integrado, sino que también vivió el ejemplo de su mamá que crio a dos hijas sola, con todas las complicaciones que eso puede traer. Cuando ella reflexiona de su historia, siempre habla de la importancia de su abuelo y de su madre como mentores. El primero, porque pese a ser un hombre sin mayor educación y recursos en un país tan pobre como India, empujó a sus cinco hijos, sin importar el sexo, a estudiar carreras universitarias y posgrados. Su madre, por otra parte, por llegar a Estados Unidos con 19 años a hacer un doctorado, criar dos hijas con rigor y sola, y empujándolas a no tener límites en sus sueños. Un mentor es justamente eso, una persona con cierta experiencia que se dedica a escuchar, acompañar, contener y transferir parte de su historia y conocimientos para que otra persona pueda crecer y desarrollarse. Es un acto de generosidad y de empatía, donde el mentor se pone al servicio del otro, para que este crezca con determinación, seguridad y sentido.

Kamala Harris considera que para ella fue fundamental tener mentores, personas que creyeran en ella. Por eso ella misma ha sido mentora de muchas mujeres a lo largo de su carrera, no solo para inspirarlas, sino porque asegura que ella también crece en el proceso, aconsejando, despertando la curiosidad en el otro y así tener más claridad en el camino a seguir.

Este proceso toma una relevancia fundamental si se considera que aún muchas mujeres no tienen referentes en los grandes puestos de poder de las empresas en nuestro país. Recién se acaba de dar a conocer el Informe para Naciones Unidas para el Desarrollo, donde se evidencia que Chile aún tiene grandes deudas en el combate de la desigualdad, en especial de género. Según este estudio, el ingreso nacional bruto para los hombres es de casi 29.000 dólares, mientras que para las mujeres es de 15.200. Todavía tenemos un tremendo desafío por delante en el mercado laboral en este ámbito, más ahora cuando todos los indicadores de empleo femenino se han deteriorado en el contexto de la pandemia.

Además, no es solo un tema de igualdad de salario, muchas mujeres no quieren acceder a puestos de más poder, porque temen no ser capaces, les asusta no poder cumplir en el resto de los ámbitos, por ejemplo, con sus familias o simplemente porque las criaron diciéndoles que la ambición es bien vista solo para los hombres. Por eso el rol de un mentor, alguien que crea en ellas y que las acompañe en su desarrollo profesional, puede ser la clave para que una mujer se atreva a dar el salto. Entre los principales resultados del primer “Reporte de Indicadores de Género de la Empresas en Chile” de 2018, se revela que, al analizar la proporción de mujeres en las organizaciones por niveles en las empresas, se muestra que esta va disminuyendo a medida que aumenta el nivel de responsabilidad. En el caso de las gerencias de primera línea, el 80% de los puestos son ocupados por hombres y solo el 20% por mujeres. A nivel de cargos en directorios, la cifra se reduce a la mitad, el 10,6% de las posiciones son ocupadas por mujeres y el 89,4% por hombres.

Cuando una empresa se compromete al máximo nivel en este ejercicio, no solo se generan oportunidades para la mentoreada, sino que para los líderes involucrados la mirada también cambia. En 2019 iniciamos en VTR el Primer Ciclo de Mentoring Femenino, programa que busca potenciar el liderazgo de las mujeres talentosas de nuestra organización. El compromiso con la equidad de género es tan genuino y profundo, que fuimos la primera empresa, de las 25 que trabajan con WoomUP, donde el gerente general, Guillermo Ponce, ha sido mentor. En palabras de Gracia Dalgalarrando, fundadora y gerenta general de WoomUp, dado el alto nivel de los mentores, los resultados en las guiadas han sido muy potentes: algunas de las guiadas han tenido ascensos, aumentos de responsabilidad y han encontrado modelos a seguir en VTR.

Con el apoyo de la academia MentorUp y a través de una metodología estructurada, buscamos con este programa transferir conocimientos y aprendizaje a través de la experiencia de un mentor. La idea es que este mentor aconseje, desafíe, estimule y aliente constantemente según las propias necesidades de la mentoreada, para así aumentar sus posibilidades de desarrollo personal y laboral en el presente y futuro. Cuando una empresa se compromete al máximo nivel en este ejercicio, no solo se generan oportunidades para la mentoreada, que consigue más seguridad, visibilidad, claridad de desarrollo de carrera, además de aumentar en el tiempo su nivel de responsabilidad, sino que también los líderes involucrados cambian su mirada, amplían su visión de negocio y generan buenas prácticas asociadas a la equidad de género. Es un ganar por todos lados.

En el primer ciclo de este programa participaron 9 mujeres de distintas áreas de la empresa, y recientemente partimos un segundo ciclo con 10 mujeres que estarán durante tres meses recibiendo mentoring de 10 distintos ejecutivos de primer nivel. El testimonio de una de las participantes revela el impacto que puede tener una iniciativa como esta. “Valoro profundamente la experiencia entregada por el programa de mentoring en VTR, para mí fue un lujo aprender de una persona que ha navegado exitosamente su carrera profesional. El programa aporta herramientas significativas para las mujeres que queremos hacer carrera dentro del mundo empresarial”, argumenta Magdalena Sapag, quien durante el último periodo ascendió de jefa a subgerenta de Portafolio y Pricing de VTR.

Durante el proceso de selección de aspirantes a vicepresidente, varias personas del entorno del electo presidente Joe Biden sugirieron que Harris era “demasiado ambiciosa” para el puesto. La directora de campaña de Biden contestó públicamente que “las mujeres ambiciosas hacen historia, cambian el mundo y ganan”. No puedo estar más de acuerdo con esta afirmación. En VTR seguiremos trabajando e impulsando diversas iniciativas que buscan crear más y mejores oportunidades para todos nuestros talentos, independientemente de su origen, sexo o raza, porque la convicción está en que así construimos una mejor empresa y país.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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