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Gran agricultura y agua: la necesidad de adaptarnos

Por: Pablo A. García-Chevesich


Señor Director:

En la actualidad, las especies frutales que más se producen y exportan en Chile se caracterizan por su alta demanda hídrica. Para producir una palta (Persea americana), por ejemplo, el árbol necesita procesar al menos 150 litros de agua, mientras que, para una guinda (Prunus cerasus), se requieren ocho litros. Sólo una almendra (Prunus dulcis) demanda cuatro litros de este escaso recurso.

Sin mencionar la urgencia de tener una agricultura eficiente en el riego, con riego tecnificado, hidrogeles y control de la evaporación, la lista de especies de alta demanda hídrica es larga, pero más extensa aún es la variedad de especies frutales que podrían producirse con una fracción del agua que se utiliza en los cultivos que hoy existen en nuestro país.

Un árbol de olivo (Olea europea), que genera aceitunas y es la principal materia prima para producir aceite de oliva, sólo requiere de dos riegos por año (durante los inviernos). Otras especies con gran potencial son la deliciosa cereza de Cayena (Eugenia uniflora), el “Lilly Pilly“ (Syzygium smithii), la guava (Psidium sp.), el pomo (Syzygium jambos), la manzana de Java (Syzygium samarangense), el arándalo (Dovyalis hebecarpa), el jujube (Ziziphus jujube), el caimitillo (Chrysophyllum oliviforme), la lúcuma (Pouteria lucuma), los higos (Ficus carica) y la granada (Punica granatum), entre muchas otras.

Como país, el agua se nos termina rápidamente y debemos ser estratégicos respecto de qué cultivar y dónde. En hidrología, esto se denomina “adaptación”.

 

Pablo A. García-Chevesich, Ph. D.

Hidrólogo

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