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Rusia y el petróleo sobre los 100 dólares el barril. ¿Por qué? ¿Por cuánto tiempo? ¿Cómo impactará en Chile? Opinión

Rusia y el petróleo sobre los 100 dólares el barril. ¿Por qué? ¿Por cuánto tiempo? ¿Cómo impactará en Chile?


Como se ha señalado, el  mundo enfrenta una crisis energética que se expresa principalmente, en un aumento sostenido de los precios de los combustibles fósiles y en particular del barril de petróleo Brent, referencia para Chile, que ha aumentado su precio en más de 45% durante este año y que se espera, seguirá subiendo por sobre los cien dólares el barril, sobrepasados durante esta semana.

Malo para la economía del país.

Las razones son múltiples pero una de las más importantes es el aumento sostenido de la demanda a medida que se relajan las restricciones de movilidad en los países industrializados, después de la contracción de la economía mundial producto de la pandemia del Covid-19.

A lo anterior se agrega: la limitada capacidad de los mercados para agregar producción a la misma velocidad que la demanda; las características de la crisis en el hemisferio Norte, con una explosiva demanda de China, Europa requiriendo más combustibles fósiles durante el invierno y ahora la necesidad de reemplazar el gas natural que obtiene de Rusia. Se suma que los inventarios de crudo, diésel y gasolinas están en niveles inferiores al promedio de los últimos cinco años y las tensiones geopolíticas en torno a Ucrania, que amenaza sacar del mercado parte de la producción de petróleo y gas natural exportados por Rusia.

En el último informe mensual publicado por la OPEP el cartel pronostica una demanda para este año que superará los volúmenes previos a la pandemia, con un promedio en torno a los 101 millones de barriles por día.

Varios países y la propia Agencia Internacional de Energía (iea, por si siglas en inglés) han solicitado a la OPEP+ aumentar su producción de crudos para disminuir la volatilidad actual. El cartel hace caso omiso a esta solicitud y mantiene la decisión tomada durante el primer semestre del año pasado, de aumentar su producción desde agosto del 2021 en 400.000 barriles cada mes, hasta reponer la volúmenes que tenían antes de la pandemia, lo que a este ritmo se debería alcanzar no antes de septiembre de este año.

Además de la disminución de la producción de la OPEP+, la fuerte caída de los precios por una menor demanda durante la pandemia sacó del mercado alrededor de 3,5 millones de barriles que no eran rentables producir a precios inferiores a los 50 dólares.

Los países que hoy pueden aumentar su producción como Arabia Saudita, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos, mantienen firme su respaldo a la decisión de la OPEP+ de ajustarse a la decisión de aumentar gradualmente la producción cada mes.

Irán también podría sumar más producción pero depende de los acuerdos sobre su programa nuclear.

Rusia, que también podría aumentar su producción, hoy es el principal aliado de la OPEP, ha aumentado su influencia sobre miembros clave como Arabia Saudita y utiliza estas ventajas para presionar a Occidente en el conflicto de Ucrania.

Fuera de la OPEP+, Estados Unidos es el único país que puede agregar producción de petróleo de manera significativa mediante el aumento de las perforaciones en las cuencas con reservas en reservorios no convencional (shale oil).

La duda que subyace a la reacción de la OPEP+ para no aumentar su producción, es su real capacidad de reacción a los requerimientos actuales. Como señala la propia iea, en su informe del mes de febrero, existe una brecha de 900.000 barriles diarios entre los niveles de producción objetivo comunicados por la OPEP y su producción real.

Si suponemos que los países productores fuera de la OPEP+ están explotando y exportando a su máxima capacidad, el déficit en los mercados internacionales seguirá aumentando en los próximos meses, profundizando la volatilidad de los mercados y sosteniendo los precios al alza por sobre los 100 dólares por barril.

El conflicto en Ucrania agrega una gran volatilidad no solo en la industria de los hidrocarburos fósiles, también a la industria de las tecnologías asociadas a las energías renovables. Rusia es el quinto país en el mundo con más reservas de petróleo y el primero con más reservas de gas natural. También es clave en la producción de metales críticos para la transición energética como, aluminio, cobalto, cobre, níquel, platino y paladio. Un conflicto a mayor escala no le conviene a nadie.

La pregunta siguiente es por cuanto tiempo permanecerán los precios del petróleo por sobre los cien dólares el barril.

La mayoría de los expertos señalan que el precio de equilibrio entre oferta y demanda de petróleo está en torno a los 70 dólares por barril. Esto sin considerar la invasión de Rusia a Ucrania, que podría agudizar aún más el desbalance actual y que, sin ninguna duda, mantendrá los precios al alza.

Recordemos que en los años 2008, 2011-2014 el mundo experimentó situaciones similares de alta volatilidad y precios por sobre los cien dólares pero, en todos los casos, vimos caídas de más de 45 dólares que reflejaron el balance real entre oferta y demanda en esos años.

¿Cómo nos impacta en Chile?

Debido a la dependencia de los combustibles fósiles importados, Chile siempre pierde en cada ciclo de alta volatilidad como el actual. Con los precios en trayectoria al alza, como fue el año 2021, el mayor costo se transfiere al consumidor final mediante el aumento de los precios de las bencinas, del gas licuado, de los alimentos, del transporte público y de la electricidad, con el consiguiente impacto en la inflación y en el poder de compra de las familias.

Caídas bruscas de los precios del barril de petróleo también puede significar grandes pérdidas para el país. En este caso, producto de la política de paridad de importación, los costos son transferidos a una empresa del Estado. ¿Cómo ocurre esto?. Debido a la ubicación geográfica de Chile, existe un lapso de tiempo, que puede ser de varias semanas, entre el momento que se compra una cantidad de barriles de petróleo y el momento en el cual se venden los productos en el mercado interno. En este escenario, compramos combustibles o petróleo a precios relativamente altos y los vendemos a un precio menor.

El riesgo y el costo asociados al colapso de los precios del barril de petróleo se transfieren a la ENAP, empresa estatal que ha absorbido millonarias pérdidas en el pasado producto de la caída de los precios y de los márgenes de refinación.

Lo que vemos hoy será parte de la normalidad durante esta década.

La necesaria transición energética hacia la descarbonización de la economía mundial y el consiguiente abandono de los combustibles fósiles, está disminuyendo la inversión en la exploración y producción de nuevos yacimientos de petróleo, lo que anticipa una capacidad cada vez más acotada de los productores fuera de la OPEP+ para aumentar su producción.

En el escenario definido por la transición hacia una economía sin combustibles fósiles y sustentable, debemos esperar una mayor volatilidad de los mercados de la energía en el mundo y al cual Chile estará extremadamente expuesto, a menos que, de una vez, planifiquemos y tomemos decisiones de largo plazo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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