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Convención Constitucional: gobernar es educar Opinión

Convención Constitucional: gobernar es educar

El Plebiscito no debe transformarse en el juicio a los convencionales constituyentes, sino que debe construirse por sobre si queremos avanzar escuchando las demandas de fondo del estallido social de Octubre del año 2018, o queremos permanecer en un modelo absolutamente injusto o indigno que se ha renegado a cambiar por casi 50 años. 


El Presidente de la República Pedro Aguirre Cerda (1938-1941), en uno de los gobiernos dorados del radicalismo, a través del cual se asentaron fuertemente las bases del progreso universal e igualitario del país, transformó la frase “Gobernar es Educar” de Valentín Letelier en un principio ético de todo servidor público y en la misión fundamental del Estado con sus ciudadanos (as), incorporando ese prisma en su programa de Gobierno y transformando en esa época, el rol de la educación y su calidad.

Pero esa frase que tuvo una aspiración ético-política en su momento, enmarcada en la importancia de la educación, a extrapolado en el tiempo y su trasfondo sigue sobreviviendo por décadas. María Angélica Oliva del Instituto de Investigación y Desarrollo Educacional (IIDE) de la Universidad de Talca señalaba el año 2008 lo destaca en una columna en este medio, que “Gobernar es Educar” tiene un triple prisma. Por una parte “… contribuye a formar una ciudadanía democrática que disponga de las claves para participar en el espacio público…”. También “… exige que los ciudadanos dominen el lenguaje apropiado que permita esa participación…”, además de requerir “… generar las condiciones materiales y espirituales para ampliar los márgenes del espacio público, de modo que permita la incorporación de todos al espacio común, especialmente, de aquellos que no tienen voz, por encontrarse excluidos, reprimidos, adormecidos o embotados por el consumismo…”

Coincido plenamente en dicho triple prisma, en donde el trasfondo filósofo-político conlleva no solo a luchar por la dignidad, sino que a fortalecer la condición humana en busca del perfeccionamiento continuo con el objeto de mejorar el bienestar individual y social.

Por eso el Estado, y en especial los órganos que forman parte de él, deben establecer no solo acciones de información de sus acciones e iniciativas, sino conllevar a acciones activas que contribuyan en no solo comunicar (como acción pasiva), sino que lograr socializar el sentido de cada proceso del Estado.

Aquello no es proselitismo del Gobierno de turno, porque el deber encarnado es del Estado, y por ello, todos los poderes que conforman el Estado de Derecho, deben encaminar su acción de la manera más holística posible, considerando en especial a los ciudadanos. Ello no solo implica mecanismos de participación, sino de formación, donde cada persona pueda con criterio y juicio comprender la acción de cada organismo y formarse su opinión y juicio independiente.

La frase “Gobernar es Educar” hoy adquiere relevancia en un proceso tan relevante como en la construcción de la Constitución de todas y todos los chilenos. De allí que la Convención Constitucional solo ha tenido una acción de comunicación pasiva, el que ha sido sobrepasado con juicios emanados por el sobredimensionado poder de algunos medios de comunicación, instalando una visión ideológica y pesimista a fin de sostener un modelo que impida avanzar en los cambios necesarios que requiere nuestra sociedad. Han escondido en sus discursos, un mensaje subliminal de terror, de escenarios catastróficos, impidiendo la concepción de cambios y transformaciones que el Chile de hoy requiere, buscando el retraso, postergación o rechazo de un proceso que implicará una visión de Nación moderna. Esas acciones sólo contribuyen de manera consciente o inconsciente a defender los intereses de aquellos que se han beneficiado de una estructura socio económica basada en la injusticia social y la pésima distribución de los ingresos.

La Convención Constitucional, entre las normas aprobadas, contempla una visión holística del país, con innovaciones y avances que nos permiten construir un Chile sobre los cimientos del reconocimiento, el respeto, la dignidad, la inclusión y la igualdad. Terror se ha hecho con el concepto de plurinacionalismo, pero no dicen nada respecto a la triada que recoge el concepto de un Estado unitario, además de intercultural y plurilingüístico.

[cita tipo=»destaque»] Ese modelo de comunicación es el que se debe romper, ya que la ciudadanía debe tener la total información para que su juicio sea acorde a su opinión, y por tanto la nueva Constitución sea abordada de manera holística y no un interés de una o un grupo de personas, impidan un real avance del Chile que queremos.[/cita]

Ya lo señala el abogado constitucionalista y doctor en Derecho por la Universidad de Yale, que el alcance de los artículos sobre plurinacionalidad se refiere a que «Chile es uno y, en este territorio soberano, existen distintos pueblos indígenas que se identifican como naciones. (…) Se trata de un proceso democrático sobre el cual se pueden establecer canales institucionales para entenderse».

Asimismo, la Convención Constitucional agrega a la Naturaleza como ente de derechos constitucionales, crea la Defensoría de la Naturaleza, la Defensoría de la Niñez, la Defensoría del Pueblo, la Agencia Nacional de Aguas, el acceso gratuito a la justicia, un reconocimiento constitucional a los derechos de la niñez, establece la mediación como medio de resolver los conflictos vecinales, mediante los Centros de Justicia Vecinal, reconocimiento al trabajo doméstico, el derecho al ocio, a la neurodiversidad, al acceso a cuidados paliativos, el derecho a cuidado, a la igualdad sustantiva, a la relevancia suprema de los derechos humanos, avance fuertemente en el reconocimiento de derechos humanos de segunda generación.

Si bien, cuando se afecta el modelo es cuando ha traído mayor controversia, especialmente en temas de salud y educación entre otros, creo importante que lo positivo en lo que se ha avanzado no quede en el olvido y en los salones de discusión del ex Congreso Nacional, y hace falta retomar la acción comunicacional y territorial para informar a la ciudadanía, a la comunidad, barrio por barrio, del contenido de las normas aprobadas, bajo un prisma neutral de transmisión de información y conocimiento.

Hubo en sus inicios una iniciativa impulsada por la Vicepresidencia de la Convención Constitucional, para formar y capacitar monitores territoriales voluntarios, que permitiesen llevar a cada comunidad, barrio y población el contenido y avance de la Convención Constitucional. La búsqueda de elementos informativos neutros es lo que requiere la sociedad a fin de formarse su propio juicio. Hoy es muy común que se entregue paquetes de opinión ya previamente elaborados a la población, para que se repita dichos conceptos sin un juicio previo. Ese modelo de comunicación es el que se debe romper, ya que la ciudadanía debe tener la total información para que su juicio sea acorde a su opinión, y por tanto la nueva Constitución sea abordada de manera holística y no un interés de una o un grupo de personas, impidan un real avance del Chile que queremos.

En este punto la Convención está en deuda, y estando ad-portas de entregar su borrador de texto constitucional, se hace necesario nuevamente plasmar la acción del Estado bajo el prisma de “Gobernar es Educar”, recuperando el conocimiento informado, y no la información pasiva, para que cada chileno y chilena pueda tener un juicio fundado, valórico y democrático para abordar con responsabilidad el plebiscito de salida, el que fijará el destino de la nueva Constitución. El Plebiscito no debe transformarse en el juicio a los convencionales constituyentes, sino que debe construirse por sobre si queremos avanzar escuchando las demandas de fondo del estallido social de Octubre del año 2018, o queremos permanecer en un modelo absolutamente injusto o indigno que se ha renegado a cambiar por casi 50 años.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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