Opinión
La creación de la Defensoría de la Niñez marcó un hito en el protagonismo de niños, niñas y adolescentes (NNA) en la discusión política. El Presidente Gabriel Boric ha reafirmado la importancia de visibilizar a NNA como actores de nuestro país y no solo como sujetos de beneficios o cuidados. En este contexto, la discusión constituyente abrió espacios para la reflexión sobre la importancia y la forma de la participación ciudadana de NNA. El borrador de nueva Constitución establece explícitamente los derechos de NNA, entre los que se encuentran “a ser escuchados y a participar e influir en todos los asuntos que les afecten en el grado que corresponda a su nivel de desarrollo en la vida familiar, comunitaria y social”. Lo estipulado en el borrador de la Constitución es un punto de partida que debe ser detallado de manera concreta para diferentes contextos y así hacer real la participación ciudadana de NNA.
Por consiguiente, esta apertura y motivación a la participación política de NNA nos plantea el desafío de desarrollar mecanismos para facilitar y asegurar que suceda de forma robusta. El concepto de autonomía progresiva, también recogido en el borrador de nueva Constitución, muestra alternativas para entender la participación ciudadana de NNA como un camino hacia su formación crítica y desarrollo integral. La participación ciudadana entendida en un sentido amplio, más allá del ejercicio del voto, puede ser significada como una práctica cotidiana que implica construir relaciones basadas en el diálogo, la proposición, la creatividad y la colaboración, todas habilidades del siglo XXI fundamentales de profundizar.
En ese contexto, escuelas, instituciones sociales, grupos comunitarios, pueden ser espacios para la participación ciudadana a través de sus actividades, incluyendo la práctica de la participación en su labor. Existen múltiples recursos provenientes del mundo de la educación y la cultura que pueden ser integrados a la práctica de la participación ciudadana de manera innovadora y vinculada a diversas temáticas.
“Voces de niños, niñas y adolescentes para el proceso constituyente” es un proyecto que pretende comunicar esa posibilidad. Fue llevado a cabo en conjunto por la Unidad de Estudios Aplicados de la Escuela de Antropología UC, el Centro de Justicia Educacional, el Centro de Estudios Interculturales e Indígenas, Unesco, Unicef y Cecrea del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, y responde a la búsqueda de metodologías apropiadas para facilitar la participación de NNA.
El primer y fundamental argumento que el proyecto sostiene es que NNA quieren y necesitan participar. La participación ciudadana no es para NNA un deber a cumplir, sino que un derecho que desean ejercer. Durante el desarrollo del proyecto nos empapamos de las ideas y posiciones de NNA frente a diversos temas, muchas de ellas muy distintas a los enfoques gastados y estandarizados del mundo adulto. En un momento de cambios constantes a una velocidad vertiginosa, y crisis sociales y medioambientales, las nuevas generaciones perciben el mundo de una forma muy distinta a la de los nacidos durante el siglo XX. En esa línea es importante destacar que la participación ciudadana de NNA no es un ejercicio meramente educativo orientado a la formación de NNA, sino que a través de él la sociedad se puede beneficiar con nuevas perspectivas.
Las diferentes instituciones vinculadas a la niñez –públicas, académicas y sociales– deben ser protagonistas en la promoción de la participación ciudadana de NNA y en la provisión de espacios y herramientas para garantizar este derecho.
La participación ciudadana, tanto con relación a adultos como a NNA, se ha transformado en una muletilla política, materializada muchas veces en procesos sin contenido y sin posibilidades transformadoras. Esta situación ha desalentado la participación en muchos contextos y es parte del desafío resguardar que no sea el caso para NNA. Cuidar su entusiasmo, ganas y enorme potencialidad para aportar a su país es fundamental.
