Señor Director:
La clasificación de Chile al Mundial de Rugby es sin duda el mayor hito en la historia de este deporte y el mayor objetivo al que aspiraba desde largo tiempo la selección nacional, más conocidos como “Los Cóndores”. Un logro que en el último partido ante EE.UU. se coronó con un final épico.
La presencia de nuestra selección en Francia 2023 visibiliza un deporte que ha estado en silencioso pero continuo crecimiento desde su llegada al país a principios del siglo XX. De practicarse en sólo tres centros urbanos – Santiago, Viña del Mar y Concepción– ahora sus más de 18 mil jugadores se extienden desde la nortina Arica hasta el frío Punta Arenas, incluyendo Rapa Nui, donde se introdujo a mediados de la década pasada.
Un deporte que ha conseguido transversalizarse socialmente, saliendo de los habituales estigmas con los que carga: de ser considerado “elitista” o “violento”, quienes se han acercado a él han podido observar los valores de lealtad, compañerismo y espíritu de superación que entrega. Sólo en la Región Metropolitana, el rugby ya se practica por hombres y mujeres en las comunas más grandes: La Pintana, Renca y Maipú son sólo algunos ejemplos.
Es de esperar que la presencia en el Mundial de Francia ayude a difundir –con ayuda de los medios– el juego de la ovalada, para que más niños y niñas se acerquen y cuenten con una alternativa más en el mundo del deporte. Un mundo que como sabemos, acerca virtudes y aleja vicios.
Javier Carrera Palacios,
periodista deportivo.
