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Creación artística: una urgencia para Chile Opinión

Creación artística: una urgencia para Chile

Fernando Gaspar
Por : Fernando Gaspar Director de Creación Artística de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile
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Promover el trabajo artístico como una forma de generación de conocimiento implica reconocer que, a lo largo de la historia de la humanidad, las artes han sido fundamentales para el desarrollo de nuestras sociedades.


Una de las misiones principales de las universidades es la generación de conocimiento, que se manifiesta a través de diversos resultados del trabajo de investigación, el desarrollo de tecnologías, la vinculación con el medio y la creación artística. Durante décadas, las instituciones de educación superior en Europa, Estados Unidos y América Latina han reconocido la importancia del desarrollo artístico en nuestras sociedades, implementando modificaciones internas que promueven una mayor producción artística por parte de sus académicos, así como una mayor valoración de esta actividad universitaria.

¿Por qué es importante para una universidad fomentar la producción artística? Porque la creación artística es una forma de generación de conocimiento que comparte similitudes con otras áreas. Los resultados del trabajo artístico son el producto de un proceso sistemático y, tanto los procesos como los resultados, promueven la construcción de comunidades con capacidades reflexivas, críticas y sensibles. Esto se traduce en una mayor empatía, solidaridad y creatividad.

El desarrollo de la creación artística dentro de las universidades implica diferentes etapas, desde la planificación del trabajo hasta la realización de investigaciones y prácticas, y finalmente, la materialización de los resultados en expresiones artísticas como trabajos audiovisuales, musicales, escénicos, coreográficos, visuales, literarios, entre otros. El proceso de creación artística es igual o más complejo que otras formas de generación de conocimiento que se desarrollan en laboratorios, talleres y espacios académicos.

La creación artística produce un conocimiento que suele ser disruptivo y que surge de un trabajo reflexivo. Se manifiesta en una variedad de prácticas creativas que fusionan la tradición con la innovación. Las expresiones artísticas fomentan la reflexión y estimulan el pensamiento crítico, promoviendo un conocimiento sensible y explorando diferentes alternativas que ofrecen respuestas a preguntas planteadas tanto a nivel individual como comunitario.

Las actividades artísticas son el resultado de procesos sistemáticos que, en muchos casos, requieren de una formación especializada, el desarrollo de habilidades en colaboración con otros y la creación en el contexto de espacios de aprendizaje reconocidos en su disciplina.

Las universidades comprensivas entienden que la producción artística es una de sus tareas prioritarias, ya que a través de ella se desarrollan expresiones que otros campos del conocimiento no abordan. La riqueza y la complejidad del trabajo artístico permiten explorar y examinar conflictos humanos de manera única, generando espacios de convivencia que promueven la solidaridad, la empatía y el trabajo en equipo, tanto en la formación artística como en la práctica de las artes.

El trabajo creativo va mucho más allá de ser meramente decorativo, orientado al disfrute, el adorno o el entretenimiento. Por el contrario, desafía a los creadores y al público a alejarse de un pensamiento exclusivamente utilitarista y práctico.

En sociedades basadas en el conocimiento, donde los problemas que nos afectan requieren enfoques interdisciplinarios, el desarrollo de la creación artística en las universidades es fundamental para proponer alternativas innovadoras, críticas y sensibles. Esto se ha comprendido en diferentes universidades y proyectos interinstitucionales, donde especialistas de diversas áreas colaboran para abordar problemas específicos, generando conocimiento enriquecido por diversas trayectorias disciplinares y expresiones variadas.

Promover el trabajo artístico como una forma de generación de conocimiento implica reconocer que, a lo largo de la historia de la humanidad, las artes han sido fundamentales para el desarrollo de nuestras sociedades. En la actualidad, las necesidades de empatía, mayor compromiso, estímulo al pensamiento crítico y valoración de la memoria histórica son condiciones y valores que favorecen un desarrollo social armonioso. La creación artística es una actividad privilegiada para fomentar comunidades que incorporen estos valores y desarrollen esas capacidades.

La Ley de Educación Superior reconoce que la creación artística es una de las actividades principales de las universidades. Por ello, es importante respaldar este reconocimiento con un mayor apoyo al ecosistema de investigación y desarrollo, que permita impulsar la innovación y la creatividad, y no nos impida aprovechar el inmenso potencial que las artes tienen para enriquecer nuestros entornos y nuestra vida en comunidad.

Las universidades tenemos la responsabilidad de fomentar comunidades creativas y comprometidas, y de impulsar el trabajo interdisciplinario para estar mejor preparados para los desafíos que enfrentamos en la actualidad. En esta tarea, al igual que en muchas otras, la creación artística debe estar presente y enriquecer la generación de conocimiento en nuestras universidades.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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