Publicidad
Meter las manos al fuego (la derecha y el caso Hermosilla) Opinión Fotos: AgenciaUNO

Meter las manos al fuego (la derecha y el caso Hermosilla)

Publicidad
Germán Silva Cuadra
Por : Germán Silva Cuadra Psicólogo, académico y consultor
Ver Más

Jugar con fuego es tan peligroso como asegurar que una persona investigada por Fiscalía de Alta Complejidad es totalmente inocente y –como afirmó Moreira– sufre una caza de brujas. Si Ward o Chadwick, ambos UDI, llegan a ser imputados, se habrán hecho el peor autogol en la historia de ese partido.


Iván Moreira no solo intentó salir jugándola considerando que está vinculado indirectamente al caso a través del exfiscal Guerraal declarar a favor de Andrés Chadwick, sino que, una vez más, un dirigente de derecha pone “las manos al fuego” por uno de los suyos con el riesgo de quemarse. Antes lo hicieron por Orpis, Novoa, Karadima y O’Reilly, casualmente defendido por el abogado Hermosilla.

El senador señaló que “la izquierda está empeñada en una verdadera cacería de brujas en contra de líderes de la UDI y Chadwick es una persona intachable. Y le ponemos toda la fianza, porque es un hombre correcto y lo que está haciendo la izquierda es tratar de involucrarlo en cosas donde él puede demostrar que siempre ha actuado bien…”. Añadió que estaban tratando de “tocar” a uno de los “mejores de los nuestros”. ¡Uf! Qué riesgosa apuesta de Moreira.

El senador que se hizo famoso por la frase, también filtrada, del raspado de la olla, con que pedía aportes ilegales para su campaña pareciera vivir en otro planeta: el planeta UDI. Porque el caso Hermosilla no es un invento de un sector político en particular, sino que surge a partir de una pugna matonesca entre abogados que se jactaban de ser ventanillas al poder.

Sumando una nueva arista a esta serie con aire más gansteril que político, la semana pasada se agregó al listado de involucrados el exministro del Gobierno de Piñera, Felipe Ward (UDI). Para aclararle a Iván Moreira, los hechos son parte de las 700 mil páginas de mensajes contenidos en el teléfono de Hermosilla. La denuncia es grave y también tiene como artista invitado al Grupo Patio. En simple, se investiga una compra millonaria de un terreno, ahorrándose dos años de burocracia. Curioso, por decir lo menos.

Felipe es hermano de Carlos Ward, dirigente de la UDI que compitió en las primarias de Chile Vamos, siendo derrotado por Alessandri, y perdiendo un bastión del gremialismo. El dirigente salió raudamente a defender a su hermano, de la misma manera que los presidentes de la UDI, Guillermo Ramírez, y RN, Rodrigo Galilea, lo hicieron con Chadwick. Una apuesta valiente, pero arriesgada.

Si se llegara a comprobar cualquier ilícito que involucrara al exministro del Interior de Piñera, podría significar una catástrofe para el partido fundado por Jaime Guzmán. Solo conviene recordar que existen 60 millones de pesos pagados para la defensa de Chadwick, que Hermosilla olvidó de dónde salieron y que trianguló a través de la cuenta de uno de los Sauer en el extranjero. Curioso, por decir lo menos.

Las esquirlas que está provocando en Chile Vamos el caso del Padrino criollo, parecieran aumentar a medida que van apareciendo nuevos antecedentes. Hermosilla gestionaba desde licitaciones se ha mencionado a Enel y Junaeb hasta la recolección de fondos para la campaña de Piñera. Pero por sobre todo era un fantoche, un vendedor de cuotas de poder. Y en eso no se perdía. Pese a que consideraba a ACH (Andrés Chadwick) “su hermano” e incluso ocupaba un extraño lenguaje de amor hacia él, ofertaba su amistad a otros.

Los diálogos que conocimos la semana pasada, en que le reporta a Jalaff los avances en los enlaces que le hacía con Piñera (SP) y Chadwick (ACH) a su nuevo amigo –“deberías apitutar a alguien”, nos muestran a un Hermosilla que vinculaba a distintos grupos de poder, con dos puntos en común: él y que pertenecían a la derecha.

De ahí lo arriesgado de la estrategia de defensa corporativa con que se jugaron la UDI y RN para arropar a Chadwick. Desde lo político se entiende, porque una eventual caída del exministro del Interior podría afectar la imagen de lo que fue el Gobierno de su primo, y tener un efecto bumerán de consecuencias insospechadas para la derecha, pudiendo impactar no solo las elecciones de gobernadores y alcaldes de octubre –comicios en que, hasta solo unos meses atrás, el sector apostaba a arrasar-, sino que afectar su activo más valioso: la candidatura de Evelyn Matthei, además de las parlamentarias 2025.

El episodio podría mermarle votos a la alcaldesa y favorecer al oficialismo, pero, además, podría darle un regalo en bandeja a José Antonio Kast, dado que los republicanos están fuera del circuito de Hermosilla.

Sin duda, en Chile Vamos no están haciendo un análisis de riesgos correcto. Como señalamos al inicio de esta columna, han metido las manos al fuego muchas veces por gente de su sector y se han equivocado rotundamente. La soberbia, el exceso de confianza, constituyen una conducta de alto riesgo en política, tal como lo demostró el propio Hermosilla.

Llegaron a decir que Jaime Orpis era una especie de líder altruista por la fundación que manejaba en Tarapacá–, perseguido por la izquierda, para terminar condenado, en la cárcel y abandonado por quienes habían metido las manos al fuego por él. También sacaron un inserto de una página en El Mercurio para denunciar una campaña despiadada de la izquierda, cuyo objetivo era arruinar la reputación de un hombre que consideraban santo: Fernando Karadima.

Jugar con fuego es tan peligroso como asegurar que una persona investigada por la Fiscalía de Alta Complejidad es totalmente inocente y como afirmó Moreira sufre una cacería de brujas. Si Ward o ACH (Chadwick), ambos UDI, llegan a ser imputados por un delito, se habrán hecho el peor autogol en la historia de ese partido.

Lo he dicho varias veces en este espacio, creo que Evelyn Matthei debería renunciar a la UDI. Hace unos meses lo justifiqué desde la perspectiva de que muchas personas de centro y centroizquierda que valoran la gestión de la alcaldesa jamás votarían por alguien de ese partido. Sin embargo, dado el espolonazo que está empezando a recibir su colectividad, el sentido de urgencia ha cambiado. Me imagino que Evelyn lo debe estar evaluando, antes de que sea demasiado tarde.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias