Señor Director:
La conmemoración del Día Internacional de la Mujer (8M), no pasó inadvertida por los ciudadanos de nuestro país. Las 190 mil personas que se congregaron en una multitudinaria marcha encabezada casi en su totalidad por mujeres de todas las edades, quienes manifestaron sus derechos en toda su dimensión, teniendo como un objetivo común: el respeto a la dignidad e igualdad de género, como uno de los principios básicos en que se sustentan los Derechos Humanos.
Consecuente con ello, creo que el gobierno está empeñado en avanzar precisamente en las demandas que han levantado las mujeres en nuestro país, políticas que merecen ser consideradas y acogidas. En este sentido, el Presidente Piñera manifestó el compromiso al reiterar recientemente que: “trabajará en pro de la igualdad de la mujeres”. Ha sido el propio Mandatario quién en su discurso de iniciar el segundo año de su periodo, señaló textualmente que: “Las mujeres quieren y merecen tener plena y total igualdad de derechos, deberes y dignidad y segundo, quieren y también merecen tolerancia cero frente a todo tipo de violencia, agresión, acoso y maltrato a las mujeres”.
Sin embargo, de modo particular en esta Cancillería, se aprecia contradictoria esta política del Ejecutivo, debido a la realidad que se vive día a día al interior de esta Secretaría de Estado, en materia de un trato discriminatorio hacia funcionarias y funcionarios que laboran en esta Institución del Estado, dándose una señal sintomática precisamente hacia las mujeres, quienes, se ven enfrentadas a diversos tipos de hostigamiento, acoso, maltrato laboral y psicoemocional de sus propios pares y colegas que ocupan cargos de jefaturas y mandos medios.
Aunque nuestras autoridades quieran “tapar el sol con un dedo de la mano”, no será imposible seguir negando una realidad que con el tiempo va a trascender las puertas de la calle Teatinos 180, en la medida que sus funcionarias y funcionarios superen las emociones escondidas, como el miedo y el riesgo que significan poner en peligro la pérdida de su empleo al denunciar estos atropellos a su dignidad como personas y funcionaria.
En las palabras pronunciadas recientemente por el Presidente Piñera, queda al descubierto en nuestra Cancillería la falta de Igualdad de derechos y la carencia de un trato digno. Sumado a ello el maltrato, acoso laboral y denostación hacia las funcionarias por parte de algunas Jefaturas. Esta mala práctica enquistada y acentuada durante este último tiempo, se refleja en la sombra de los pasillos institucional sin que hayamos notado una voluntad más firme y empoderada de la autoridad superior, que es posible que desconozca esta realidad. Esto permite que algunos mandos medios tengan los espacios para soslayar la gravedad de las denuncias. Sin embargo, estos hechos resultan más graves cuando no vemos una posición firme por parte de las asociaciones gremiales, cuyo rol se entiende, es representar y defender a sus trabajadoras y trabajadores en toda su integridad independiente que estas personas sean parte o no parte de dichas asociaciones, pues representar la dignidad del capital humano que trabaja en nuestra Institución, debe ser transversal a cualquier enrolamiento gremial, postura política, religiosa o redes de amistad.
Señor Director, entiendo que lo expresado en este artículo no sea del agrado de nuestras autoridades, ni de los gremios asociados, pero tengo la certeza, como bien lo he manifestado anteriormente, que es una forma para representar y alzar la voz de un gran número de funcionarias y funcionarios qué bajo el silencio del miedo, que no se atreven a hacer algún tipo de denuncia.
Alex Brito Ortiz
Dirigente Gremial
Ministerio de Relaciones Exteriores
