Señor director:
Este 2021 estará marcado por un inusitado número de elecciones en los cuales elegiremos desde concejales y concejalas hasta presidente o presidenta de la república. Dentro de estos eventos electorales, el que por su trascendencia cobra mayor relevancia es la elección de las y los Convencionales Constituyentes, quienes tendrán en sus manos la tarea de redactar la nueva Constitución que nos regirá para las siguientes décadas, siendo el primer texto constitucional elaborado mediante un proceso electoral democrático en nuestro país, con paridad de género y escaños reservados para pueblos originarios.
El resultado de este trance está en disputa, para que sea un éxito se necesitará contar con una mayoría de Convencionales Constituyentes que estén a favor de las demandas que posibilitaron este proceso constituyente, al mismo tiempo que se requiere una ciudadanía que se mantenga activa durante toda la elaboración de nuestra Carta Fundamental.
Pero la redacción de la nueva Constitución, por sí misma, no será el término de este proceso. Una vez que el nuevo texto esté elaborado y entre en vigencia habrá que llevarlo a la práctica y defenderlo, de manera que lo establecido no quede como letra muerta ni se le dé una interpretación distinta al espíritu con que fue establecido.
Es por lo anterior que también necesitaremos autoridades idóneas que trabajen en base a la nueva política que debe venir de la mano con la nueva Constitución. Será un periodo de transición, donde -esperemos- pasemos de un modelo neoliberal a un nuevo modelo de desarrollo y una política más abierta y transformadora, acorde con las aquello que contundentemente el pueblo de Chile manifestó en el plebiscito del 25 de octubre.
Gonzalo Guajardo Gavilán
Abogado
Universidad de Chile
