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Riñihuazo y memoria colectiva

Por: Bastián Oñate


Señor Director:

En el corazón de la cuenca del río Valdivia, se ubica el río San Pedro. Como lo señalamos desde Fundación Plantae, este río constituye un corredor biológico de altísima biodiversidad terrestre y acuática, y concentra numerosos atractivos turísticos, amenazados por la eventual construcción del proyecto Central Hidroeléctrica San Pedro, que hoy se encuentra suspendido y en tramitación de adecuaciones.

El geológicamente inestable valle del río exhibe cicatrices producidas por masivas remociones en masa, generadas por el terremoto de 1960, que bloquearon el cauce del río pudiendo haber costado la vida de miles de habitantes río abajo en lo que históricamente denominamos “Riñihuazo”, conmemorado cada 24 de julio.

A la ecuación de riesgos se suman el activo y explosivo volcán Mocho-Choshuenco y el sistema de fallas geológicas Liquiñe-Ofqui, inductora de fuertes terremotos superficiales. Adicionalmente, el proyecto se emplaza sobre la falla cortical y potencialmente activa “Llecué”, es decir, una fractura en el manto terrestre justo por debajo del área donde se planea el futuro embalse.

La guinda de la torta la entrega la comunidad científica internacional, que recientemente ha documentado en el mundo casi 1500 terremotos inducidos por actividad humana. Lo problemático de esto, es que han podido atribuir la construcción de embalses o represas a sus principales causas, siendo la primera a nivel sudamericano.

Los centros urbanos represa abajo, como Los Lagos y Valdivia, y sus habitantes, están en riesgo vital.

¿Qué otra evidencia se necesita para NO represar el río San Pedro?

 

Bastián Oñate

Fundación Plantae

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