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Investigación y desarrollo, un desafío cultural

Por: Iván Suazo Galdames


Señor director: 

La reciente propuesta legislativa sobre la Transferencia de Tecnología y Conocimiento, presentada por el Ministerio de Ciencia (MCTCI), invita a una reflexión más profunda que la mera consideración de sus aspectos técnicos o su impacto en la diversificación productiva. 

A pesar de sus esfuerzos, Chile se mantiene estancado en una economía dependiente de materias primas, con una inversión en I+D que palidece frente a los estándares de la OCDE, reflejando una crisis de visión e incapacidad para trascender el corto plazo. 

El proyecto de ley busca superar estas barreras, promoviendo un diálogo más fluido entre el mundo académico y el sector productivo. Propone, a través de un conjunto de medidas -como la promoción de la ciencia abierta y la creación de un Repositorio Nacional de Información Científica y Tecnológica-, permitir que el conocimiento no se quede en las aulas y los laboratorios, sino que fluya hacia donde pueda generar valor tangible.

Sin embargo, aquí radica el dilema central: la transferencia de tecnología y conocimiento no es simplemente una cuestión de mecánica legislativa, sino un desafío cultural. Requiere de un cambio en la mentalidad de los actores involucrados y de una nueva forma de entender la relación entre la ciencia e innovación con la vida cotidiana. 

No se trata sólo de crear empresas de base científico-tecnológica o de aumentar el gasto en I+D. La ciencia y la tecnología son expresiones de nuestra curiosidad y aspiraciones. La verdadera pregunta es si estamos dispuestos a abrazar ese desafío, reconociendo que el camino hacia el desarrollo sostenible y la diversificación productiva es, en esencia, un camino de transformación de nuestra sociedad.

Iván Suazo Galdames

Vicerrector de Investigación y Doctorados

Universidad Autónoma de Chile

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