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Reparto y pensiones en las Fuerzas Armadas Opinión

Reparto y pensiones en las Fuerzas Armadas


Alejandra Cox, presidenta de la Asociación de AFP, afirmó recientemente que “el sistema de reparto de los militares va a caer por su propio peso, porque no se puede mantener”.[1] Dado el contexto, supongo que se refiere al déficit creciente que han sufrido muchos sistemas de reparto de cobertura nacional.

Demostraré que el sistema de reparto de los militares resiste perfectamente la reducción de la natalidad que ha ocurrido en Chile. Pero lo que es cierto a nivel de las FF.AA., no lo es a nivel nacional; esa reducción de la natalidad, redujo la viabilidad financiera de las pensiones financiadas por reparto que han existido en muchos países y en Chile también, desde los subsidios de pensión mínima hasta las pensiones solidarias.

El motivo es simple y no depende de la orientación política de un país, ni del objetivo o de la calidad de la política de pensiones: en el financiamiento por reparto, las pensiones de este mes se financian con tributos aplicados el mes anterior a los trabajadores y empleadores. La esencia del aspecto financiero del “reparto” es esta simultaneidad de ingreso y gasto. No tiene un mecanismo de ahorro previo que separe en el tiempo el ingreso del gasto.

Cuando disminuye la natalidad, como ya ocurrió en Chile, se estanca el número de personas que paga impuestos o cotizaciones, los de 21 a 64 años, pero el número de mayores de 65, que recibe, sigue aumentando por varias décadas por el efecto retardado de la fase previa de mayor natalidad.

Para un sistema de pensiones de reparto de cobertura nacional, el estancamiento de la población de 21 a 64 años deja casi fijos los ingresos (sea que se llamen impuestos o cotizaciones), pero el gasto en pensiones aumenta por varias décadas por el efecto retardado. El INE proyectó que en Chile, el número de personas de 20 a 64 años se estancaría en algo más de 13 millones entre 2020 y 2050, pero que el número de personas de 65 y más se multiplicaría más de 2 veces, hasta 5,4 millones en 2050.[2] Eso indica que las pensiones de reparto de cobertura nacional “caen por su propio peso, porque no se pueden mantener” dado el déficit creciente que implican. A menos, por supuesto, que ocurran imposibles, como duplicar las tasas de impuestos o cotización, o que se aumente la edad de inicio de pensión desde 65 a 78 años.

La situación para el sistema de reparto de los militares es muy distinta, porque ellos reclutan y pasan a retiro cada año un número fijo de personas. Este número, de alrededor de 2.500 personas al año, corresponde hoy, después de la disminución de la natalidad, apenas al 1,0% del grupo de jóvenes que cumple 21 ese mismo año. La pequeña escala que tiene este grupo en el total nacional, explica que los militares puedan mantener su reclutamiento anual a pesar de la disminución en la natalidad general: hubo, hay y habrá amplia holgura para ello. Mientras se mantengan constantes el número de reclutados y de pasados a retiro cada año (lo que está definido por ley y no puede ser modificado por la pura voluntad de las FF.AA.), las cifras financieras del sistema de reparto de los militares serán impermeables a una disminución de la natalidad a escala nacional. Este elemento clave del sistema de pensiones de las FF.AA. demuestra que la afirmación de la señora Cox está equivocada.

[1] https://m.elmostrador.cl/mercados/2021/04/12/presidenta-de-la-asociacion-de-afp-el-sistema-de-reparto-de-los-militares-va-a-caer-por-su-propio-peso-no-se-puede-mantener/
[2] https://www.ine.cl/estadisticas/sociales/demografia-y-vitales/proyecciones-de-poblacion

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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