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Reacción tardía, cambios deficientes y conservadurismo: las falencias de la selección chilena bajo Lasarte Opinión

Reacción tardía, cambios deficientes y conservadurismo: las falencias de la selección chilena bajo Lasarte

Camilo Godoy Pichón
Por : Camilo Godoy Pichón Sociólogo Universidad de Chile
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El partido de la selección chilena contra Paraguay marca un punto cúlmine de un proceso extraño, con victorias con sabor a poco, empates a 1 y una derrota ante una selección con mucho orden táctico y poco fútbol. Sin embargo, culpar al arbitraje o a individualidades cuando el problema principal es el sistema de juego es meramente una distracción.

En concreto, la selección de Martín Lasarte ha errado en puntos clave durante la primera fase de Copa América y que son extensivas también a la última fecha clasificatoria -no olvidar que allí se lograron sólo 2 puntos de 6 en disputa-. No está bien crucificar por un mal resultado, pero tampoco dejar que la euforia de un triunfo por la cuenta mínima o un empate empañen el diagnóstico más preciso.

En concreto, considerando las fechas de Copa América y Clasificatorias, podemos señalar al menos 3 falencias que el técnico uruguayo no ha solucionado, más allá de la aguda autocrítica de sus conferencias. Primero, la selección chilena juega principalmente a “hacer un buen primer tiempo”, antes que a sostener el ritmo. En esto no quisiéramos caer en la mera nostalgia de la era Bielsa-Sampaoli, sino que apuntar a la necesidad de mantener un ritmo de juego de presión alta más constante y no esporádico.

Nunca intuimos, en ese sentido, que las palabras de Lasarte del 1 de Marzo al asumir la selección, iban a llegar en tono de justificación: “Si van a pensar en un Sampaoli, lo hubiesen traído a él”, dijo aquella vez el estratega ¿Parche antes de la herida?

Lo cierto es que la falta de presión alta es una decisión técnica y no se puede justificar -al menos no plenamente- en la edad de los jugadores: de todos los equipos que disputan la Copa América, Chile es el cuarto con mayor promedio de edad, después de Colombia, Argentina y Perú.

¿Podemos decir que Argentina juega como juega porque sus jugadores son más viejos? Para nada. Scaloni tiene lo que a Lasarte le falta, al menos en el primer punto que acá detallaremos. La primera falencia de la actual selección es su reacción tardía. Si consideramos los partidos oficiales que se han jugado bajo la conducción del técnico uruguayo, la única vez que Chile hizo una sustitución antes del minuto 60’ fue ante Paraguay en el entretiempo: por clasificatorias, ante Argentina, al minuto 65 hizo el primer cambio y ante Bolivia también al 65. Ya en Copa América, ante Argentina el primer cambio vino al minuto 77, ante Bolivia en el 65’ y ante Uruguay -sin considerar los cambios por lesión- al 69’. Estos datos hablan de un cuerpo técnico sin capacidad de reacción oportuna, lento en la lectura del partido y en el ajuste táctico. Que puede plantear muy bien los primeros tiempos y que luego de ello regala al menos los primeros 20 minutos del segundo tiempo al equipo rival.

Pero una vez realizados los cambios, estos muchas veces son deficientes en términos de la efectividad. Lasarte insiste tercamente en Jean Meneses, pese a lo poco que este ha mostrado, reflejando falta de flexibilidad y de apoyo a otros jugadores en banca como Clemente Montes o Felipe Mora. También ha tendido a realizar sustituciones conservadoras, que terminan llevando al equipo atrás. En momentos clave de varios partidos, ha puesto en cancha a Tomás Alarcón, pudiendo llevar al campo a más delanteros. En el partido de hoy, ante Paraguay, de los 5 cambios disponibles, Lasarte hizo sólo 3 y de aquellos, sólo 1 era estrictamente ofensivo: Meneses ¿No era una oportunidad ante Paraguay, un equipo cerrado y físico, para probar con otra fórmula para abrir las líneas y llegar al arco? Probar, por ejemplo, con otros nombres, como Marcelino Núñez, Pablo Aránguiz, Felipe Mora o el mismo Montes.

Pero el problema es el conservadurismo de Lasarte, que prefiere hacer un buen primer tiempo, intentar -excepto hoy- llegar al gol y luego asegurar el resultado. Más allá incluso del joga bonito, ¿alguien le mencionó al técnico que existe la diferencia de goles? El conservadurismo del DT es problemático y nos ha llevado a estar: (1) ad portas de disputar los cuartos de final de Copa América ante Brasil, en Brasil y (2) fuera de zona de clasificación al Mundial -aunque él sólo tenga responsabilidad por las dos últimas fechas-.

¿Alguien puede dudar de que podría haberse ganado a Argentina en Santiago del Estero y en Copa América? ¿Que podría habérsele ganado a Bolivia en ambas instancias, con menos apuros? Pero el DT prefirió asegurar, antes que arriesgar.

El técnico uruguayo, cuando tiene el partido trabado y el equipo rival viene encima, prefiere insistir con la misma fórmula antes que innovar. Esta falta de riesgo se ve en la estadística según la cual más de un cuarto de los jugadores de la nómina actual aún no debutan en algún partido de la Copa América (7 de 26 -sin contar a los 2 arqueros suplentes-).

De todos modos, y en esta misma línea, si la cuestión pasara por lo físico y por el cansancio acumulado, cualquier problema de este tipo se podría resolver moviendo la banca e integrando a jugadores más jóvenes, para refrescar y mantener el dinamismo y la intensidad en el ritmo del partido (como hace el propio Scaloni). Pero si lo que se está intentando no cambia el resultado, ¿para qué insistir con la misma fórmula?

En síntesis, sr. Lasarte ¿de qué sirve hacer sesudas y autocríticas conferencias si en la cancha aplicamos el mismo criterio, insistimos en el “jugador regalón” que no rinde y no mejoramos las falencias?

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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