CULTURA|OPINIÓN
Construir un Chile inteligente se inicia desarrollando el potencial de los niños y niñas, que es el momento biológico de mayor expansión neuronal, pero debe ir acompañado de valores que desplieguen una inteligencia para la solidaridad, la empatía, la colaboración y que desde esos principios y con esas herramientas enfrente los desafíos de crisis climática, de la desigualdad y preserve lo humano en el futuro.
El pasado viernes 18 de noviembre, bajo el lema “Modo Cooperativo”, se realizó la cuarta versión de Futuristas, un evento de divulgación científica paralelo al Congreso Futuro, que está dirigido a niñas, niños y adolescentes y cuyo principal objetivo no es enseñar o acercar la ciencia a este fundamental segmento de la sociedad, sino hacer que la experimenten, la sientan, se enamoren y, ojalá, convivan para siempre con ella.
Por lo mismo, el Museo Interactivo Mirador (MIM) fue el lugar escogido, en esta oportunidad, para realizar la jornada de modo presencial. Más de 500 niños llegaron, solos o con sus padres, hasta el anfiteatro del MIM ubicado en la comuna de La Granja y hubo más de cinco mil conexiones en línea que siguieron la transmisión de la cuenta de YouTube de Congreso Futuro y el Twitch @Futuristas_chile.
Hasta el MIM también llegaron autoridades como la coordinadora sociocultural de La Moneda, Irina Karamanos -quien tuvo una brillante intervención- y la subsecretaria de Ciencias, Carolina Gainza.
Nos motiva el Futuro porque es lo que podemos cambiar con la experiencia del pasado. Y son estos, ahora menores, quienes lo harán. En ellos está la posibilidad de construir un mejor país, pero en ese camino el rol principal lo juega la Educación y esta debe ser pensada para el siglo XXI, este que estamos viviendo y no el XX que, parece, nos negamos a abandonar.
La educación del siglo pasado es vertical, sigue recetas, tiene certezas -muchas de ellas bastante inciertas-, puertos de llegada predeterminados y le incomoda, sobremanera, la creatividad y la innovación. Pero esas lineales respuestas no sirven en el actual siglo donde la incertidumbre campea, los problemas son sistémicos y solo se pueden resolver de manera colaborativa, de abajo para arriba, y en el cual la creatividad y la innovación son las principales herramientas… los mismos instrumentos fundamentales de la Ciencia.
Queremos una educación secundaria repleta de overoles blancos, pero no de aquellos adictos a la adrenalina de la violencia que, enceguecidos, avanzan por el camino delictual tal como si estuvieran insertos en algún videojuego donde el mejor es quien rompe o mata más.
Queremos overoles blancos incondicionales de la pasión que produce experimentar, descubrir y correr límites… más allá de las actuales fronteras, supuestamente inamovibles.
El principal propósito Futuristas, este apéndice del Congreso Futuro, es encaminar a las futuras generaciones hacia el uso adecuado de las tecnologías y de la ciencia, no solo para acumular más conocimientos, sino que transformarlo en herramientas de uso cotidiano para apoyar la optimización de la convivencia escolar.
Ellos, nosotros y todo el ecosistema, debemos trabajar juntos para construir sociedades más justas y equitativas. Por eso Futuristas es un evento preparado desde les niñes y para les niñes con el que buscamos traspasar los conocimientos multidisciplinarios de una forma horizontal para que los menores comiencen a construir hoy su futuro.
Futuristas busca convertirse en un espacio de encuentro entre la comunidad educativa, estudiantes, profesores y apoderados, y expertos del mundo científico y educacional, quienes aportarán dinámicas, técnicas e investigaciones sobre convivencia escolar y cómo optimizarla.
En un mundo en crisis, donde todas las instituciones quedan obsoletas, porque no solo está polarizado, sino que está fragmentado en múltiples tribus de iguales generadas por las redes sociales, el único antídoto posible es la colaboración.
En ese escenario el Congreso Futuro y la Fundación Encuentros del Futuro son una oportunidad para Chile que, como nunca, necesita de una visión de futuro compartida que enfrente la inmediatez y el presentismo y que una a las universidades públicas con las privadas, a los territorios con el centro, a los empresarios con los ecologistas y a la ciencia con la política y a Chile con el mundo.
Pero un desafío fundamental es superar el adultocentrismo e incluir a aquellos que han sido particularmente excluidos: los niños. Queremos que nuestros futuristas también sean convocados a pensar y construir el futuro, para que no sean objetos de las políticas públicas, sino que creadores y protagonistas de ellas.
Construir un Chile inteligente se inicia desarrollando el potencial de los niños y niñas, que es el momento biológico de mayor expansión neuronal, pero debe ir acompañado de valores que desplieguen una inteligencia para la solidaridad, la empatía, la colaboración y que desde esos principios y con esas herramientas enfrente los desafíos de crisis climática, de la desigualdad y preserve lo humano en el futuro.
Por ello, la tarea que hoy tenemos por delante es que FEF, junto al Congreso Futuro, todas las universidades del país, la Academia de Ciencias de Chile y el apoyo de la Fundación Tremendas vamos a masificar la implementación de ‘cátedras del futuro’, que guíe a niños y niñas por los caminos de la ciencia para construir un Chile inteligente y solidario.
Nota: Las actividades de esta cuarta versión, así como todas las charlas, videos, exposiciones y material de apoyo extra relacionado a «Modo Cooperativo» quedaron alojados para libre uso por la comunidad escolar en el sitio web de www.futuristaschile.cl.
