Opinión
De acuerdo a lo informado en la Memoria Anual de los últimos cinco años de la Fundación Jardín Botánico, se registra la ocurrencia de al menos 12 incendios forestales entre febrero del año 2017 y el mismo mes del año 2021, sumando alrededor de 44 hectáreas afectadas. Esta periodicidad de incendios forestales, nos muestra un problema estructural que afecta al Jardín Botánico Nacional, así como a variadas zonas de nuestras ciudades: la falta de planificación urbana, que en este caso resguarde al principal pulmón verde no solo de la comuna de Viña del Mar, sino también del Área Metropolitana de Valparaíso.
Lo ocurrido el pasado 11 de diciembre, es una nueva voz de alerta, la más brutal sin duda de los últimos años, con más de 120 hectáreas afectadas. El mensaje es claro: el resguardo y la puesta en valor de los predios que conforman el Jardín Botánico Nacional es una tarea pendiente.
En este mismo sentido, de acuerdo al Catastro de incendios forestales realizado mediante el Sistema Integrado de Monitoreo de Ecosistemas Forestales Nativos, dependiente del Ministerio de Agricultura, muestra un registro desde el año 2010 al año 2021 en el cual es posible observar la concentración de 25 focos aproximadamente en la zona poniente y norponiente del Lote A, el cual deslinda con el sector de Canal Beagle con una alta presencia de sitios eriazos de características boscosas, sumado a la existencia de especies de alta combustibilidad, como son los eucaliptos.
Ahora bien, ¿qué ocurre si miramos al Jardín Botánico y su relación con la ciudad? Por su emplazamiento estratégico, ubicado de forma transversal entre la Población El Olivar y el histórico Barrio El Salto, atravesando importantes vías del Gran Valparaíso como son el Troncal Urbano y el Troncal Sur, no es posible la condición de isla en la cual hoy se encuentra el Jardín Botánico Nacional. Una suerte de silencio urbano, con pésima conectividad mediante el transporte público, siendo la estación El Salto de EFE Valparaíso la más cercana, ubicada a 2,5 km de distancia. Entonces, el problema no es solo los incendios forestales, sino también el cómo la comunidad se ve limitada a acceder, casi de manera exclusiva, mediante el uso del automóvil particular, dificultando los accesos, generando riesgos en la circulación al interior del parque, además de polución y ruidos molestos que sin duda perjudican la experiencia del visitante.
¿No es acaso el Jardín Botánico Nacional el parque más valorado por la comunidad para el esparcimiento en cada fin de semana y durante el verano? Sin duda, el registro de aproximadamente 250.000 visitantes durante el año 2018 es una respuesta contundente.
Entonces, ¿de qué hablamos cuando nos referimos a la puesta en valor de este espacio?
En esencia, hablamos de dotarlo de infraestructura pública que lo integre verdaderamente a la ciudad. No basta con un plan regulador que asigne una condición de zona protegida. No sirve solo el papel para proteger 393 hectáreas que son el pulmón verde y el espacio de recreación más valioso para las generaciones del futuro de nuestras comunas. Hoy la dura realidad nos convoca a ir más allá: la tarea debe ser transformar al Jardín Botánico Nacional en el Gran Parque Urbano del Área Metropolitana de Valparaíso.
Para lograr este objetivo, resulta fundamental la acción conjunta de los diversos organismos del Estado, los cuales mediante una conducción descentralizada, encabezada por la Gobernación Regional, impulsen un Plan Estratégico para la puesta en valor de este Gran Parque Urbano.
Conectar al Gran Parque Urbano con la red de EFE Valparaíso mediante una futura Estación Jardín Botánico, dotándolo así de movilidad sustentable articulada con el Área Metropolitana de Valparaíso; consolidar de una vez por todas un anillo superior del Parque que genere un acceso peatonal con accesibilidad universal, que conecte con las diversas líneas de microbuses que cubren el Troncal Urbano; generar un acceso peatonal con accesibilidad universal desde la parte alta de Canal Beagle, el cual a su vez establezca control mediante el uso regulado de aquellas zonas residuales que hoy son foco de incendios; son todas cuestiones a debatir con la comunidad para mediante un proceso de participación ciudadana efectivo, planificar el Parque Urbano del Área Metropolitana de Valparaíso para los próximos cincuenta años. Ante la tragedia, nuestra tarea es ver las oportunidades.
