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San Antonio y Valparaíso: mirando el futuro de nuestros puertos Opinión

San Antonio y Valparaíso: mirando el futuro de nuestros puertos


Contrario a la percepción que parece haberse instalado durante los últimos años, nuestros  puertos de San Antonio y Valparaíso, lejos de ser competidores, son dos eslabones  complementarios de lo que podríamos llamar nuestra “Región Portuaria”, un polo logístico  y estratégico clave para Chile que incluye también a Ventanas y Los Andes. 

En momentos en que nuestras empresas portuarias conmemoran 25 años desde que fueron  creadas por ley como sucesoras territoriales del legado de Emporchi, es necesario refrendar este hecho: ambos puertos, los principales del país, estamos llamados a colaborar y a mirar  el futuro de la mano, como parte de una plataforma logística de la cual dependen más del  60% de los chilenos. 

Casi todo lo que Chile produce y casi todo lo que Chile necesita para funcionar, pasa por los  terminales de Valparaíso y San Antonio. Por aquí transitan 2 de cada 3 contenedores que  entran y salen de nuestras fronteras; por acá ingresan nuestros electrodomésticos, nuestros  alimentos, nuestros vehículos. Desde aquí nuestro país conecta sus negocios con más de 64  países y salen nuestros productos, el cobre, nuestros vinos, nuestra fruta y muchas otras  exportaciones. 

Este rol actual de San Antonio y Valparaíso, por cierto, se debe en gran parte al trabajo  hecho en estos 25 años por nuestros antecesores y que esperamos continuar. Ambas  empresas portuarias, de la mano de sucesivas estrategias impulsadas por el Ministerio de  Transportes y Telecomunicaciones (MTT) y el Sistema de Empresas Públicas (SEP), se han  transformado en materia de competitividad, eficiencia, tecnología y especialización gracias  al esfuerzo constante de nuestros equipos y los concesionarios que se la jugaron junto a  nosotros. 

Nuestro desarrollo también se ha nutrido de la historia portuaria común de Valparaíso y  San Antonio, que se remonta a los tiempos de la Colonia, continuó en los albores de la  República y permanece en la actualidad, y la hemos empujado al futuro. Con la entrada de  nuestros primeros concesionarios, TPS y STI respectivamente, luego una nueva oleada  modernizadora (hoy expresada en ZEAL y TPV, además de DP World, Puerto Panul, Terquim  y Policarpo Toro), nuestros puertos han respondido a las exigencias crecientes del comercio  exterior, a medida que nuestra economía se fue abriendo al mundo. 

Asimismo, porque un puerto se construye también en conjunto con sus usuarios, sus  actores y, sobre todo, con las ciudades que lo acogen, hemos avanzado en modelos de  colaboración colectivos que se expresan, por ejemplo, en nuestras comunidades portuarias 

-COLSA y FOLOVAP-, y también en los distintos canales y espacios de diálogo y conversación  con los vecinos, las instituciones territoriales y las comunidades, en general. 

Hoy también compartimos desafíos, que debemos abordar en conjunto y bajo una  estrategia común: expandir nuestra infraestructura para enfrentar los desafíos del futuro,  atendiendo las realidades locales y las necesidades nacionales, contribuyendo así a la  consolidación de la macrozona central como polo logístico-portuario y fortaleciendo el  turismo facilitando la atención de los cruceros. También estamos llamados a establecer  nuevos estándares para la relación puerto-ciudad en temas ambientales y patrimoniales,  en la relación económica-laboral con nuestros ciudadanos y, además, potenciando las  vocaciones de nuestros territorios, su sostenibilidad, sus sellos y, por qué no, sus  sentimientos: poder ser una fuente de legítimo orgullo para porteños y sanantoninos. 

Pervivir el rol histórico que hemos tenido como los grandes puertos de Chile seguirá siendo  nuestro norte. Nuestro país hoy necesita más infraestructura portuaria en la Región y ésta  requiere motores de reactivación y bienestar social para su población: Puerto San Antonio  y Puerto Valparaíso, ambos enraizados con la historia e identidad de sus territorios, hemos  trabajado durante 25 años para lograrlo, y así lo seguiremos haciendo. 

A fin de cuentas, los puertos movemos carga y contenedores, pero también movilizamos a  nuestros territorios y brindamos oportunidades a nuestra gente que nos apoya a diario.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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