La UDI terminó por aceptar que trabajar separadamente de RN puede significar costos importantes para Joaquín Lavín. Así es que se resolvió retomar el trabajo conjunto con su aliado. La primera manifestación pública se verá esta tarde en la reunión que tendrán en La Moneda, cuando presenten una propuesta común sobre financiamiento de los partidos.
En lo que podría constituirse en la primera señal pública de trabajo conjunto en la Alianza por Chile, los representantes del pacto opositor concurrirán esta tarde a La Moneda con una posición única en torno a los temas de la Agenda de Modernización del Estado, que los presidentes de todas las colectividades políticas abordarán junto al equipo político del gobierno, encabezado por el ministro del Interior.
No sólo es la evidencia de un acercamiento de posiciones en el sector, también es una importante señal de avance en los temas más difíciles y cruciales dentro del paquete de medidas propuestas para el acuerdo marco sobre transparencia.
A las 17.00 se iniciará la reunión cuya agenda contempla nueve temas. El silencio administrativo, proyecto de ley sobre ‘nuevo trato’, compras públicas, Rentas Municipales II, tribunal de libre competencia, financiamiento de la política, legislación sobre gestión financiera y comisión permanente ‘especial’ de presupuesto, son las iniciativas que se analizarán en el encuentro.
Para enfrentar estos temas en forma mancomunada, las dos colectividades comenzaron reuniéndose el lunes pasado en el Instituto Libertad, hasta donde llegaron el presidente gremialista, diputado Pablo Longueira, y los senadores Jovino Novoa y Juan Antonio Coloma, quienes fueron recibidos por el presidente de RN, Sebastián Piñera, y por la directora ejecutiva del organismo, María Luisa Brahm.
En opinión de algunos de los participantes en la sesión, ésta resultó bastante fructífera ya que finalmente ambos partidos lograron acuerdo en torno a la fórmula para enfrentar la negociación con el gobierno en materia de Agenda de Modernización del Estado.
Tanto RN como la UDI -dice una fuente que estuvo en el encuentro- debieron ceder en algunas de sus posiciones originales hasta que se llegó a un consenso que dejó conformes a ambas partes.
Financiamiento y control al gasto de los partidos
Los consensos son más bien conceptuales, ya que respecto al control del gasto electoral, se acordó que las campañas políticas deberían estar basadas en un criterio de ‘austeridad’.
No obstante, el límite al gasto debe ser realista -basado en ítemes objetivos-, pues uno demasiado bajo podría impulsar a los partidos a evadirlo. Tampoco debería ser exageradamente alto, para que no se convierta en impracticable. Así es que se acordó una cifra algo mayor que lo planteado en el proyecto actual, que se establece un 0,03 UF por elector y 0,015 para el caso de la segunda vuelta.
El tema de la austeridad de las campañas ha sido una de las banderas de lucha de Sebastián Piñera y es su «logro» haber sumado a sus aliados. Este tema es sensible en la colectividad de Antonio Varas porque siempre se ha estimado que el enorme apoyo empresarial a la UDI ha redundado en su crecimiento parlamentario.
En cuanto a la necesidad de transparentar los aportes de los particulares a las campañas electorales, el punto lo ganó la UDI. Se acordó que los aportes ‘significativos’ deben ser transparentes, aunque se está estudiando la forma utilizada para manifestar esa transparencia.
Aquí es donde entra a jugar la propuesta de la UDI en torno a darle mayor autonomía al Servicio Electoral, cuyo director debería ser electo a través de una propuesta del Ejecutivo, pero con la aprobación del Senado. Sería el Servicio Electoral el que tenga acceso a la información completa (aunque en privado) sobre los financistas.
Otro de los aspectos en que se impuso la tienda de Longueira es en lo que se refiere a defender el derecho de los particulares a poder poner su dinero a favor de una determinada candidatura, si así lo desean.
En este sentido, se está estudiando la factibilidad de generar un subsidio o franquicia tributaria, con límites, para quienes hagan aportes a los partidos -que también podrían ser empresas-, aunque en este aspecto no hay consenso y se requiere mayor debate.
Por otra parte, donde sí existe consenso es en la necesidad que el Estado mantenga una ‘sana neutralidad’ en los procesos electorales y en que se debe buscar una fórmula de ‘castigo’ para aquellos funcionarios públicos que pudieran caer en intervención electoral.
En cuanto al financiamiento estatal, la oposición plantea que éste es necesario para igualar las condiciones iniciales de la competencia. De este modo quienes postulan por primera vez al Congreso o a los municipios, contarían con el respaldo estatal para la difusión de sus ideas, disminuyendo la brecha entre éstos y quienes postulan a la reelección. Sin embargo, el subsidio no consistiría en dinero al candidato, sino más bien el Estado deberá pagar espacios en los medios para que los postulantes puedan acceder a ellos.
La estrategia de la UDI para proteger a Lavín
Hace mucho tiempo que la Alianza por Chile no enfrentaba unida las conversaciones con el gobierno. No obstante, lo que ocurrirá esta tarde no es casual, sino que responde a una estrategia canalizada hacia un objetivo nada menor.
Ante tanto descalabro en la Concertación y frente a las críticas que venían desde la propia alianza hacia el presidenciable de la derecha Joaquín Lavín -que no habría mostrado un liderazgo capaz de unificar al sector ante la debilidad del oficialismo-, la UDI decidió hacerse cargo.
No sólo puso manos a la obra para enfrentar unida a sus socios los hechos de corrupción que afectan al gobierno -juntos presentarán la acusación constitucional contra el ministro de Economía y asumieron una misma posición en torno a la responsabilidad de Ricardo Lagos en los todos los casos, sin llegar al extremo de decir que el Mandatario deba renunciar-, sino que además la UDI le dio a RN el gusto de retomar las reuniones periódicas de la alianza.
Así, una vez al mes las directivas de ambos partidos se reunirán para analizar materias relativas a los temas electorales, en este caso elecciones municipales 2004; pero también temas programáticos e institucionales, cuestión a la que la UDI le había sacado el cuerpo, a pesar del acuerdo al que se llegó cuando Lavín logró reunir en un almuerzo a los presidentes de ambos partidos en septiembre pasado.
La primera de estas reuniones se efectuará el próximo lunes 17 de marzo, a las 14:00 horas, en la tienda de Longueira.
No conformes con eso, también se decidió que Lavín debe asumir una actitud más fuerte en su rol municipal. Para concretar esta disposición los concejales de derecha se convertirán en una especie de escudo para el alcalde. Hasta hace poco la actitud de los concejales fue un tanto pasiva, sin mostrar la fortaleza de su superioridad numérica frente a sus pares oficialistas que lograron poner en tela de juicio la gestión de Lavín. En adelante esto cambiará. No podrán la mejilla y estarán alertas para responder eventuales nuevos ataques de los concejales oficialistas.
Una de las formas para concretar esta estrategia quedó de manifiesto cuando el concejal de Renovación Nacional impidió a Marta Larraechea asumir la presidencia de la comisión que se abocará al estudio del proyecto sobre la nueva sala del Teatro Municipal. Este es sólo el primer paso, porque la derecha tiene como objetivo hacerse de la jefatura de todas las comisiones que en adelante se creen, para evitar darle exposición pública a sus pares de la Concertación.
Por coincidencia a la ‘Martita’ se le impidió el paso a estar permanentemente en los medios el martes recién pasado, luego que la noche anterior Joaquín Lavín había participado en una reunión con los próceres de la UDI, en la casa del vicepresidente del partido, senador Jovino Novoa.
La estrategia pasa por la necesidad de que la Alianza por Chile muestre una imagen cohesionada en torno a la figura de Lavín, frente a una Concertación cada vez más lejana de Ricardo Lagos.
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