El intento de amedrentamiento telefónico del ministro en visita, Daniel Calvo, encargado de la investigación de la red de pedofilia de Claudio Spiniak, habría ocurrido anoche, cuando el magistrado se encontraba en su residencia. El hecho estaría siendo investigado por el Departamento Quinto de la Policía de Investigaciones.
El ministro en visita Daniel Calvo, a cargo de la investigación de la red pederasta vinculada al empresario Claudio Spiniak, recibió amenazas telefónicas de parte de un desconocido.
Así lo confirmaron a El Mostrador.cl fuentes allegadas a la causa.
Las amenazas proferidas contra el magistrado tendrían relación, según las fuentes, al trabajo que ha desarrollado hasta ahora para desentramar tanto las redes de pederastía como las de protección, así como los presuntos vínculos de parlamentarios con el caso.
La llamada habría ocurrido anoche, mientras el magistradio se encontraba en su casa. De inmediato el juez se habría comunicado con uno de los policías que trabajan con él, quien a su vez ordenó el envío de una patrulla a la residencia del magistrado.
De acuerdo a los datos obtenidos por este diario, los hechos estarían siendo investigados por el Departamento Quinto de la Policía de Investigaciones. Aunque esta última versión no ha podido ser confirmada.
La lógica investigativa indica que debieran solicitarse a la compañía de teléfonos los llamados recibidos por el juez, pista que eventualmente podría entregar algunas luces sobre este hecho. En todo caso, lo más probable es que la llamada provenga de un teléfono público.
Hay que recordar que Calvo fue designado como ministro en visita en reemplazo de la titular del 33 Juzgado del Crimen de Santiago, Eleonora Domínguez, debido a la connotación pública que alcanzó el proceso tras las denuncias de la diputada María Pía Guzmán.
Desde que Calvo tomó el proceso en sus manos hay seis personas procesadas. Pese a que hasta ahora se ha mencionado a políticos en el caso, el juez especial no ha hecho mayores maniobras judiciales tendientes a solicitar sus posibles desafueros.
Al ser consultado ayer, el magistrado, con su particular estilo de respuestas a la prensa, descartó que hubiera recibido amenazas, pero al mismo tiempo relativizó sus afirmaciones, señalando que siempre recibía llamadas en su oficina y en su casa. «Pregúntele a quien me llama», insistió en tono medio en broma, medio en serio.
Otro casos de amedrentamiento
Existen varios hechos similares e incluso más dramáticos en la historia del poder judicial de nuestro país. Basta recordar lo sucedido al ministro Sergio Muñoz, que fue seguido por un misterioso automóvil cuando sustanciaba el proceso por el homicidio del líder sindical Tucapel Jiménez.
Otro caso vinculado a amedrentamientos y amenazas es el que afectó al actual jefe del departamento Quinto de Investigaciones, Rafael Castillo, a quien le arrojaron perros muertos al jardín de su casa mientras investigada crímenes ligados a violaciones de derechos humanos.
Aunque no directamente vinculados a amenazas, existen otros episodios de intervención externa en la labor de los tribunales de justicia, como el de O. D., actuario del ministro en visita del caso Letelier, Adolfo Bañados, quien filtraba toda la información relevante del caso a la Auditoría General del Ejército.
Gracias a los buenos oficios de este sujeto, agentes de inteligencia entraron, por ejemplo, a la casa del abogado del Consejo de Defensa del Estado (CDE), Julio Disi, buscando parte del expediente del caso Letelier que éste tenía en su poder. Oscar Delgado era la única persona, además de Disi, que sabía que esa parte de la causa había salido de los tribunales.
