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La persecución política contra Pablo Neruda y sus años de fugitivo

Reuniendo testimonios de quienes ayudaron al poeta a escapar del país en 1948, Neruda fugitivo: Testimonios, logra recrear cada situación vivida por el escritor en su periodo de clandestinidad.


Uno de los primeros escondites por los que pasó Pablo Neruda luego de ser desaforado fue el departamento de Víctor Pey, en las cercanías de Plaza Italia, donde estuvo oculto y sin salir a la calle por aproximadamente tres meses. "Una vez salimos con Pablo a pasear a la azotea del edificio y ante mi sorpresa, su dicha lo llenó por completo, lanzando versos al viento de felicidad y por supuesto de ira hacia el tirano González Videla", comenta Pey.



El documental Neruda Fugitivo: Testimonios, dirigido por Hugo Arévalo, recoge, en los lugares exactos de los hechos, la voz de los protagonistas que ayudaron al poeta, dando origen al relato vivo y emocionado de los trece meses de clandestinidad de Neruda a lo largo de Chile. Visitando casas y departamentos en Santiago, Valparaíso, Punta de Tralca, Santa Ana de Chena, San Juan de Pirque y el Lago Maihue, el realizador construye un documento único que acerca al espectador a las desventuras del Premio Nobel sufridas tras su persecución política.



Este trabajo está planteado como una exaltación a los nobles valores solidarios de los seres humanos. A aquellos que humilde y silenciosamente y sin haber conocido personalmente con anterioridad a Neruda, ofrecieron sus casas como refugio para protegerlo de la persecución.



En enero de 1948, Pablo Neruda (en esos momentos senador de la República), pronuncia en el Congreso discurso su "Yo acuso", en el que denuncia la persecución del Presidente Gabriel González Videla contra el Partido Comunista, tratándolo de traidor. Un mes más tarde, el Parlamento cursa el desafuero y la orden de detención contra Neruda a petición del mandatario. Inmediatamente el PC decide sacarlo del país, escondiéndolo durante un año en diversos lugares a lo largo de Chile, hasta que la opción de salir por el paso fronterizo cercano a Futrono se concreta.



En un asertivo instinto realista, el realizador Hugo Arévalo reconstruye los hechos junto a quien fuese confidente y amigo del poeta, Víctor Pey, caminando por las mismas paredes que los cobijaron hace décadas en el sector céntrico de Santiago.



"En una ocasión, Pablo tuvo la sensación que el portero lo había reconocido y se volvió loco. Para su tranquilidad tuve que llamar al sujeto con la excusa de que necesitábamos unos arreglos en el departamento. Neruda pasó unos treinta minutos con él para cerciorarse de que seguía de incógnito".



Y continúa: "Pablo Neruda se entretenía escribiendo poemas un tanto groseros y agresivos. Los depositaba en un sobre con la dirección y me encargaba enviarlos. Generalmente tenían como destino senadores y diputados".



La historia de este trabajo documental se remonta a 1970, cuando Arévalo estaba dirigiendo la serie de veinte documentales "Historia y Geografía de Pablo Neruda" para Canal 13. Para el rodaje, ambos debieron convivir juntos durante seis meses. Entre las muchas conversaciones sostenidas en este período, apareció fuertemente el tema de la clandestinidad del escritor.



Meses más tarde se encontraron en el lago Ranco, donde el poeta le trazó en un mapa el recorrido realizado a caballo a través de la Cordillera de los Andes hasta Argentina. Allí Neruda le confidenció la ubicación de varios escondites en los que permaneció ese año de persecución y le hizo prometer a Arévalo que realizara un documental abordando su período de clandestinidad.



"Durante los largos años de realización de este trabajo recibí la incomprensión, el escamoteo y la postergación de muchos, sin embargo la concreción del mismo es una muestra clara de la solidaridad humana. Muchas personas colaboraron para materializarlo, desde señalar una casa, dar un testimonio, aportar una fotografía o facilitar un helicóptero. Gracias a todos ellos, Chile y el mundo pueden conocer hoy en detalle esta historia", señala el director.



Tras su estada en Santiago, el poeta se trasladó a la parcela El Roco, propiedad de Patricio Cuevas. "Mi papá le ofreció sacarlo del país por el valle El Yeso, pero Neruda se negó debido a que no se encontraba en condiciones de pasar a esa altura en caballo. Después, tuvo que cambiarse a la casa de una tía ya que un retén de Carabineros cercano amenazaba con descubrirlo. Finalmente, emigró a la V Región", afirma Alejandro Cuevas, hijo del dueño del fundo.



Pablo Neruda creía que en Punta de Tralca se encontraría a salvo, ya que por la cercanía con su hogar en Isla Negra la policía no intentaría buscarlo ahí. Sin embargo, las pesquisas se intensificaron y el vate debió cambiar nuevamente de residencia, movilizándose esta vez a una parcela en Santa Ana de Chena, propiedad Julio Vega. "Neruda se hizo pasar por ornitólogo durante su estadía en el sector", señala Sergio Viel, quién lo transportó en más de una ocasión. Y agrega: "La última vez que trasladé al escritor fue de Santa Ana al centro de Santiago".



Después de haber intentado salir en un barco desde el puerto de Valparaíso, escondido en el cerro Los Lecheros, Neruda se ocultó en la casa de Sergio Insunza. "Tenía mucho miedo que de repente la policía apareciera en el lugar", dice el amigo. Por su parte Neruda, más concentrado en crear, señalaba: "Aquí he escrito parte de mi libro Canto General, mientras dura esta persecución del traidor González Videla".



Intentos desesperados



En un intento desesperado por sacar al poeta de Chile, Víctor Pey contactó a Jorge Bellet, quien trabajaba en un fundo en Futrono, solicitándole su ayuda. "Para todo lo que sea contra el Gobierno de Gabriel González Videla, puedes contar conmigo, le respondí. Lo sacaremos por un paso que salga a San Martín de los Andes", comenta Bellet.



El Partido Comunista facilitó un automóvil y una escolta para trasladar al poeta al lugar de partida. "Salimos a las seis de la mañana de Hauinaihue. Tuvimos que cuidar mucho a Neruda porque no sabía cabalgar", comenta Juvenal Flores, unos de los arrieros que lo acompañó.



En febrero de 1949, tras un año en la clandestinidad, Pablo Neruda logra salir de Chile a través de un paso cordillerano en la cercanías de Futrono, montando a caballo y guiado por tres arrieros. El 4 de marzo, el poeta llega a San Martín de Los Andes.



Neruda fugitivo: Testimonios se trasforma en un único e inédito documento sobre las innumerables peripecias que Neruda tuvo que sortear para escapar de la represión impuesta por el Presidente Gabriel González Videla. Con abundantes testimonios y detalles sobre esta interesante historia, el director Hugo Arévalo, logra conformar un lúcido y revelador retrato de los aspectos más oscuros y desconocidos del escritor.



Con motivo de la gran ayuda que Jorge Bellet le proporcionó, Pablo Neruda señaló: "Fue para mi un pequeño emperador que ordenó abrir sesenta kilómetros de camino en la selva virgen para que un poeta alcanzara la libertad". Sin duda, una frase extensiva a todos quienes cooperaron para concretar una fuga tan justificada como cruenta.





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