Altercados gubernamentales por la salida del director ejecutivo de la Conama han dado pie a críticas de fondo a la institución. Expertos de distintos sectores aseguran que urge un cambio, pero debaten si es mejor crear un Ministerio de Recursos Naturales, una superintendencia del Medio Ambiente o simplemente potenciar la actual institucionalidad.
Más consecuencias que las previstas inicialmente está teniendo la renuncia del director ejecutivo de la Comisión Nacional del Medio Ambiente (Conama), Gianni López. Al conflicto político desatado tras la orden del Presidente de la República, Ricardo Lagos, de mantener al funcionario en su puesto hasta que él mismo anuncie su decisión, deben sumarse ahora las críticas de fondo que está recibiendo esta entidad.
Los cuestionamientos surgen a un mes de cumplirse diez años de la promulgación de la Ley de Bases Generales del Medio Ambiente, fecha en que el Ejecutivo debe enviar un proyecto que perfeccione la Ley 19.300, que creó la institucionalidad ambiental que rige actualmente al país.
Cuando aún no se resuelve si Gianni López será el quinto director de la Conama que deje su cargo en medio de una polémica, en casi diez años de existencia, voces de distintos sectores discuten sobre los motivos de este periódico rodado de cabezas y sobre las alternativas para mejorar o, más aún, cambiar radicalmente esta institución.
Sobre la alta rotación de autoridades en la Conama, el director ejecutivo de la Fundación Terram, Rodrigo Pizarro, sostiene que la explicación está en la estructura misma de la Comisión que, "primero, depende de la Secretaría General de la Presidencia, por lo tanto siempre está sujeta a presiones políticas y aun coyunturales y, segundo, porque esta entidad no tiene ninguna atribución directa, todas estas atribuciones las tienen los ministerios sectoriales, lo que obliga al director de la Conama a negociar con ministerios que, a su vez, son evaluados por su propios compromisos. Entonces difícilmente un ministro de Obras Públicas va a atenuar su política de infraestructura si es evaluado por la cantidad de kilómetros de carreteras de construye".
Agrega que "esta dependencia de La Moneda y la ausencia de atribuciones son lo que hace que todos los conflictos que se generan sean exacerbados, obligando a la salida del director ejecutivo", independientemente del perfil que tenga.
Al respecto, el gerente general de Gestión y Calidad Ambiental (Gescam), Hernán Durán, plantea que la sucesión de directores ejecutivos se entiende más bien al considerar el retraso chileno en materia medioambiental, incluso respecto de países vecinos y no desarrollados. "En Chile la Conama se creó con un promedio de 15 años de atraso con respecto a América Latina. O sea, somos el país que partió más tarde con el tema ambiental en la región (…) Por lo tanto, ha costado mucho poner de acuerdo a los actores involucrados en las decisiones; a los trabajadores, a los empresarios, a los políticos, ya que no es gente que haya sido formada en una cultura ambiental, porque en Chile este no era un tema de política nacional durante los setenta y los ochenta".
En este sentido, explica que cuando finalmente se forma una autoridad ambiental, no se le da la prioridad que corresponde. "La Conama se crea como un organismo secundario dentro del Gobierno, y yo nunca he estado de acuerdo con que sea un organismo con tan poco peso político".
Una visión parcialmente similar sobre este tema es la que tiene el senador de la Comisión Nacional de Medio Ambiente, Antonio Horvath (pro RN), quien afirma que "hay una falla en el sistema, porque hoy en día, más que preocuparse de la sustentabilidad del país, los directores ejecutivos de la Conama pierden mucha energía sustentando su propio cargo, ya que están muy sujetos a presiones de ministros, de subsecretarios, en fin. Eso no puede ocurrir con una autoridad que maneja el tema ambiental de un país entero".
Disputa por una nueva institucionalidad
Aunque el diagnóstico sobre los motivos de la alta rotación de directores de la Conama sea parecido, las soluciones propuestas están lejos de ser similares. Las alternativas que se barajan guardan relación con la independencia de la entidad estatal, con subir de rango al director del organismo y con la principal arma de la comisión: el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), mecanismo diseñado para controlar los efectos provocados por los proyectos de inversión en el entorno.
Mientras el director ejecutivo de Terram sostiene que "reconociendo las limitaciones que existen y reconociendo también que ya hay una estructura institucional, yo trataría de mantener las atribuciones que la Conama tiene en torno al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, pero haría que el estudio mismo sea una decisión exclusivamente técnica y que su aprobación esté en manos únicamente de la Conama".
Sobre este punto, añade que más allá de los SEIA "la Conama debe ser una entidad simplemente autónoma de las decisiones políticas, que funcione como una especie de Contraloría o como una especie de Banco Central".
Al respecto, Herán Durán afirma que "tranformar a la Conama en un Banco Central sería un absurdo", ya que "la función del Banco Central es emitir normas y preocuparse de que esa normativa se vaya modificando, se vaya regulando (…) También hay un ministerio de Hacienda que maneja el presupuesto y hace la gestión. Y hay otros organismos como la Superintendencia de Bancos que fiscalizan que eso se cumpla. Entonces yo creo que toda actividad pública tiene que tener una entidad que formule políticas, otra que fiscalice y otra que regule las normas".
Por ello propone la creación de un Ministerio del Medio Ambiente y que, como complemento, "la Superintendencia de Servicios Sanitarios asuma las funciones que no asume actualmente con respecto al aire y los residuos sólidos, por ejemplo, y que otra superintendencia se preocupe de la flora y fauna natural".
Sobre la propuesta ministerial agrega que "el medioambiente es un tema holístico, no es un tema unidimensional, y un aspecto del tema es que haya una institucionalidad que esté acorde a la importancia del tema, y yo no tengo ninguna duda de que la institucionalidad acorde con la importancia del tema es que haya un Ministerio del Medio Ambiente".
Acerca de este planteamiento, Pizarro enfatiza que "lo central es una Conama autónoma, que aprueba o desaprueba los Estudios de Impacto Ambiental técnicamente y que aprueba o desaprueba programas de Gobierno y evalúa directamente a los ministerios sectoriales".
Y aunque sostiene que "bajo el esquema que yo he propuesto no se justifica un ministerio", no descarta que, a futuro, sería positivo que pudiera haber "un Ministerio de Recursos Naturales, porque el agua está en el Ministerio de Obras Públicas, lo forestal en Agricultura, pesca en Economía", lo que es negativo para realizar una buena gestión de estos bienes.
Una opinión más cauta sobre este punto es la sostenida por el senador Horvath quien plantea que más que un ministerio lo recomendable es que «por ley el director de la Conama tenga rango de ministro" y agrega que "en todas partes es así. Cuando Gianni López o quien sea va a una reunión internacional de medioambiente se encuentra con puros ministros". A juicio del parlamentario, esto permitiría a la autoridad ambiental conversar de igual a igual con otros secretarios de Estado, sin el gasto fiscal que implicaría construir todo un ministerio.
Durán recela de esta opinión, sostenida también en los últimos días por personeros del PPD. "Somos un país al que le cuesta tirarse con fuerza. Entonces están diciendo pongamos a alguien con rango de ministro, que es un pasito. Bueno, yo feliz, es mejor que la situación actual, pero si me preguntan cuál es el paradigma aquí, yo creo que es ir hacia un ministerio".
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