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La insólita historia del asalto con bomba de tiempo en Rancagua

Comerciante Luis Núñez Santis contó su día de horror, luego que una banda de delincuentes dejara en su casa una falsa bomba de tiempo y amenazara de muerte a su familia, si no recogía inmediatamente $3 millones del banco. Los antisociales lograron engañar al jubilado con seis cilindros rellenos de arena adosados a un reloj. [Actualizada]


"Don Luis, abra la caja con mucho cuidado. Eso me ordenaron por teléfono. Lo hice y adentró había seis cartuchos de dinamita, con una masilla pegada y un reloj al medio. Parecía una bomba». Así relató el comerciante rancagüino Luis Núñez Santis (82) el día de horror que vivió ayer, luego que una banda de delincuentes dejara un artefacto que simulaba ser una bomba de tiempo en su casa y amenazara de muerte a su familia si no recogía inmediatamente $3 millones del banco. Esta es la primera vez que ocurre un asalto con estas características, absolutamente cinéfilas, en Chile.



Todo comenzó temprano, cerca de las 10 de la mañana, cuando Núñez fue a realizar unas diligencias al centro. Al volver a su casa, ubicada en Baquedano 313, cerca de las once, se encontró con un paquete muy bien envuelto, con su nombre y dirección.



Antes de que el microempresario tuviera oportunidad de revisar su contenido, sonó el teléfono. Al otro lado de la línea una voz, que lo trataba de Don Luis, le pidió que abriera con cuidado el paquete, donde encontró el artefacto que, aunque la víctima no lo notó, no eran más que seis cilindros metálicos rellenos de arena adosados a un reloj. Junto a éste había una carta donde amenazaban con asesinar a su mujer, hija, yerno, dos nietas y un bisnieto si no hacía lo que decía la voz.



Núñez recuerda que la persona dijo entonces que partiera inmediatamente al banco Santander a buscar $3 millones de su cuenta corriente. Núñez, desesperado, dijo que no tenía esa cantidad, pero el desconocido lo trató de mentiroso, porque sabía que tenía ese monto en el banco y pasó a detallarle las indicaciones: que buscara una llave dentro del paquete, que la usara para abrir un locker del supermercado Puerto Cristo, de calle Brasil. El desconocido le indicó que luego metiera el dinero que debía sacar del banco en un bolso escondido en el locker y que volviera a su casa con el bolso para esperar más instrucciones.



Núñez, asustado y sin pasársele por la cabeza la idea de pedir ayuda a la policía, siguió las instrucciones al pie de la letra y regresó a su casa. Alrededor de las 14 horas recibió otro llamado de los delincuentes. Querían comprobar si había recogido el dinero, y luego de la sumisa respuesta de Núñez, la voz dijo, en primera instancia, que pasarían a buscar el dinero, pero después le ordenaron que lo entregara en un punto cercano a su hogar. Núñez preguntó qué tenía qué hacer con la bomba y le respondieron que la colocara, con mucho cuidado, junto al dinero.



El comerciante obedeció y al momento de entregar el bolso con la bomba y el dinero se dio cuenta de que los extorsionadores parecían muy jóvenes y, uno de ellos, claramente menor de edad. Los increpó, pero éstos, siempre muy respetuosos, le respondieron que hacían esto para sobrevivir.



La investigación



Mientras Núñez se reunía con los extorsionadores, su mujer dio aviso a Investigaciones quienes, cuando el comerciante regresó a su hogar, realizaron un retrato hablado de los sujetos. Los funcionarios policiales les mostraron las imágenes a toda la familia y la hija del comerciante creyó reconocer en uno de ellos al ex novio de una empleada de la casa.



Posteriormente, a Susan Nuñez (la hija) se le enseñó un video del supermercado donde aparecía un sujeto colocando un bolso en un locker y que confirmó sus sospechas. Con este dato se capturaron a dos personas y se recuperaron $2.600.000 mil en una población de la ciudad.



Los delincuentes fueron atrapados por efectivos de Investigaciones durante una serie de allanamientos realizados hoy en la madrugada.



Uno de ellos fue indentificado como Héctor Gálvez Cáceres de 33 años. El segundo detenido es menor de edad (15 años) e inimputable ante la ley por este motivo. El tercer involucrado, que aún permanece prófugo, sería hermano del menor capturado.



Hoy en la mañana se realizó la audiencia de control para formalizar la investigación contra Gálvez, que permanece en prisión preventiva. La empleada de la casa tampoco ha sido detenida y, hasta el momento, no hay orden de hacerlo.

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