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«Nos duele que los trabajadores no quieran levantar la empresa»

El brazo derecho del dueño de uno de los imperios financieros más grandes del país, Maxo Calderón, y negociador en la huelga, asegura que el acercamiento planteado por el Gobierno para llegar a acuerdo con los funcionarios, ya no dio frutos. Agrega que la oferta de compartir las utilidades no se retirará y que la huelga implica un efecto nefasto para ambas partes.


Luego de una semana en paro de la mitad de los empleados de la empresa Johnson’s, la solución para zanjar la huelga se ve lejana para el gerente general, Max de la Sotta, debido a que ni la mediación del Gobierno le hace ver una salida al conflicto.



En conversación con El Mostrador.cl, De la Sotta explica que se mantienen firmes con la propuesta de que los empleados participen de las utilidades y de que mantengan sus condiciones laborales. Niega que los sueldos tendrán un impacto con este beneficio, pues ni ellos saben cuánto serán las utilidades.



Pero más que la huelga, asegura que la plana ejecutiva está "dolida" por el hecho de no tener el 100 por ciento de los sindicalizados detrás de un gran objetivo: levantar los resultados de la empresa.



Respecto a la contratación de reemplazantes de la huelga -lo que es delito-, De La Sotta aclara que las incorporaciones no se relacionan con la movilización, sino con las necesidades de la empresa en periodos de ventas mayores.



Esta semana se han desarrollado protestas por parte de los empleados de la firma, pues alegan que los ejecutivos se han mostrado intransigentes ante sus demandas. ¿Cuál es la posición que tienen respecto a ese punto?



– Como en todo orden de cosas, hay que analizar este tema bajo un contexto más amplio. En los últimos seis meses, empresas Johnson’s ha negociado colectivamente con cuatro sindicatos, tres de los cuales han firmado con absoluta conformidad la propuesta de la empresa.


Uno de los puntos de mayor molestia de los sindicalistas es que la empresa ha reemplazado a los huelguistas, por lo que se dirigieron ayer a la dirección del Trabajo.



– Estamos, absolutamente, dentro del marco legal, y esto no se asocia necesariamente al tema de la negociación colectiva. El mes de diciembre es sumamente representativo para el retail (o comercio), lo que se traduce en que las ventas se duplican o más, en comparación a un mes normal. Por lo tanto, esta área siempre está sobredotada en diciembre.



Como posible solución, la directora del trabajo María Ester Feres propuso la formación de una mesa de trabajo integrada por ustedes y los funcionarios. ¿Qué respuesta dan a esa instancia?



– Esa instancia de mediación ya existió y asistimos con la mejor disposición. Esto fue la semana pasada antes de declararse la huelga. Lamentablemente, no llegamos a puerto con respecto a la propuesta de la empresa. La propuesta estipula el pliego actual de condiciones actuales, más IPC futuro y el 10 por ciento a repartir entre los sindicalizados de las utilidades consolidadas el 2004 y 2005.



Pero los funcionarios dicen que el 10 por ciento sólo equivale a la repartición de 300 mil pesos en dos años, lo que equivale a una merma de 8 por ciento de los sueldos mensualmente.



– Es difícil que sepan ellos cuánto serían los montos a repartir, porque tampoco lo sabemos nosotros. Eso está en directa relación al volumen que tengamos. Es una propuesta absolutamente seria, transparente y válida. Hay que considerar, como han dicho los expertos y analistas, que este país está saliendo de un ciclo recesivo, para entrar en un ciclo de bonanza. Por sí sola ofrecer el 2 por ciento de las utilidades no sería muy atractivo, pero se ven las proyecciones de los analistas de la bolsa. Las grandes acciones ganadoras son las del retail, porque mejorarán los resultados de las ventas.



De La Sotta agrega que «la gente pierde la incertidumbre, visualiza una mayor estabilidad laboral y aumenta el nivel de consumo con lo que nos vemos favorecidos. Esa es una propuesta que aceptó el resto de los sindicatos, pero que aún no se llega a acuerdo con este otro sector».



Pero los empleados insisten en que no darán pie atrás. ¿Cuál es la situación que se vislumbra si no se replantea este punto?



– La instancia de mediación ya existió. Estaríamos muy gustosos de terminar con la huelga. La huelga nos duele. El hecho de no tener el 100 por ciento de la gente sindicalizada detrás de un solo objetivo, levantar los resultados de la empresa y que nos beneficie a todos. Ese es el dolor más fuerte nuestro, más allá de la huelga que, obviamente, pesa, ya que involucra administrar un conflicto nefasto para ambas partes. Estamos buscando caminos alternativos.



Más allá de la inconformidad con lo propuesto por ustedes, los dirigentes también acusan que su empresa ha realizado prácticas antisindicales, como filmar a los empleados en las huelgas o de hacerlos firmar luego de votada la huelga, con el fin de que no aparecieran apoyando la paralización.



– No han existido prácticas antisindicales y de la misma forma que ellos hicieron un relevo y sensibilizaron a la gente en función de sus pronunciamientos, nosotros hicimos lo mismo, siempre en términos normales, desde un punto de vista legal. Cada jefe de punto de venta busca el beneficio de la empresa, sensibilizando a la gente. La huelga es un derecho de los funcionarios.



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