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Gobierno dispara contra duro sistema de trabajo de las multitiendas

Los excesos laborales detectados han hecho tenga en la mira, en especial, a las tiendas por departamento. Pese a ello, continúan las prácticas antisindicales y los abusos se siguen repitiendo, ante lo que la dirección del Trabajo plantea que urge reformar la cultura empresarial, en cuanto al respeto de los derechos laborales.


Debido al complicado momento que viven los trabajadores, al estar insertos en un sistema que absorbe sus derechos y que los llevan a las calles a protestar, como en el caso de los funcionarios de Johnson’s -con una semana de paralizaciones-, la dirección del Trabajo ha debido mediar para encontrar una solución.



María Ester Feres explicó a El Mostrador.cl que ante estos conflictos, el objetivo del organismo no es multiplicar las multas a los infractores, sino arraigar en la cultura empresarial criolla el respeto de las normas. Para ello se han instalado mesas de trabajo con el sector comercio, especialmente para que no se vulneren hechos como el descanso durante la jornada laboral o la subcontratación.

Los casos de excesos laborales preocupan a la dirección, ya que de las 12 grandes tiendas fiscalizadas, a mediados del 2003, cuando se inauguraron las jornadas dominicales del alcalde de Santiago Joaquín Lavín, Almacenes Paris ocupó, lejos, el primer lugar de los incumplimientos. Se les multó con 32 millones de pesos.



A esto se suma que hace una semana la huelga de Johnson’s tiene paralizados a mil 350 empleados -de los cuatro mil de la compañía-, con lo que los empleados golpearon la puerta de la dirección del Trabajo, entidad que finalmente debe hacerse cargo o mediar en este tipo de conflictos. Feres remarca también que la negociación colectiva es un mecanismo previsto por la ley para pactar salarios, en los que más fuertemente han impactado los cambios en las actividades económicas.



En los últimos meses se han generado varios conflictos con las grandes tiendas, como Johnson’s y Almacenes Paris. Se puede hablar de »abusos». ¿Cuál es su visión de las relaciones entre estas empresas y sus funcionarios?



– Estamos viviendo un cambio en el comercio, de las grandes tiendas y centros comerciales, incluida la venta de vestuario, construcción, entre otros rubros. Por otra parte se viven fusiones, alianzas estratégicas y además estas tiendas pasan a tener un rol importante en la actividad financiera. Esto, naturalmente, impacta en los trabajadores, pues la enorme mayoría de los trabajadores del comercio tienen una estructura salarial de un sueldo base garantizado muy bajo, muy inferior al mínimo y efectivamente la gran mayoría de las remuneraciones se hace a partir de las comisiones por venta.



Además hemos tenido cambios en las funciones del personal, han pasado a ser vendedores integrales que se ocupan de varias actividades. En los últimos dos o tres años han aumentado su labor, pasando también a promover tarjetas de crédito y sin que hayan cambiado los salarios. Eso impacta en las remuneraciones, pues hay menos tiempo para vender y se ven afectados. Otro de los problemas se presenta con las grandes liquidaciones: se baja el costo de los productos y también eso tiene un impacto negativo.



A la luz de lo que dice, ¿esta multifuncionalidad es la que más afecta a los empleados?



– Existe un fenómeno en el área comercial. A lo que vamos progresivamente es a tiendas de tipo supermercado, donde está la mercadería a la vista y los trabajadores son, fundamentalmente, reponedores, con lo que se tiene una descalificación de lo que profesionalmente debían desarrollar. Al mismo tiempo hay un estancamiento de los salarios en el retail. Los trabajadores están obligados a hacer más cosas, pero les pagan por la ventas. Ese factor cruza los procesos de negociación colectiva en el área comercial.



Si año a año las irregularidades se repiten, ¿la fiscalización del Gobierno es suficiente?



– Estamos preocupados por este tema, pues una parte importante de la fiscalización es al comercio. Por eso buscamos mecanismos alternativos para que se respeten las condiciones laborales y los derechos a sindicalización y de negociación colectiva. A propósito de la navidad se constituyó una mesa de trabajo con el comercio que acordó las horas de cierre. Luego nos reunimos en enero para definir una agenda de trabajo que priorizara las principales infracciones del sector. La idea es mejorar progresivamente las falencias.



De estas firmas, ¿cuáles son los puntos que se deben corregir para lograr un mejor clima?



– Con las empresas tocamos áreas como la subcontratación, por ejemplo. Estamos levantando diagnósticos. Más que pasar multas, nos interesa lograr que en una cadena comercial se regularicen aspectos laborales. Lo que la gente necesita es que se respeten sus derechos.



Pese a estos esfuerzos, aún no se terminan las prácticas antisindicales.



– La esperanza del Gobierno, cuando hace la última reforma laboral, que introduce la obligación de la dirección del trabajo a investigar, denunciar en los tribunales y establecer la sanción de opinión pública, a partir de revelar cuáles son las empresas infractoras, lógicamente apunta a que de aquí al mediano plazo logremos avanzar en un cambio cultural en Chile. Hace seis meses teníamos a 12 empresas en la lista, ahora contabilizamos 19. Es el momento de explicarle a los consumidores, al país y a los organismos de la sociedad civil, cómo es posible que esos derechos no se cumplan en nuestro país.



Problemas en Johnson’s



Usted invitó a dialogar a la gerencia de Johnson’s, y ellos dicen la iniciativa no surtirá ningún efecto. ¿Qué se puede decir?



– Lo que planteé ayer luego de la reunión con el sindicato, fue que mi gestión no era de mediación, sino que de buenos oficios, para conversar con Max de la Sotta, plantearle la preocupación del Gobierno por la prolongación del conflicto y de la necesidad de flexibilizar posiciones. No era una citación ni invitación formal. Tuve esa conversación sobre la realidad de la empresa, características del conflicto y el cómo buscar caminos para encontrar soluciones.





¿A qué se comprometió De la Sotta?



– El adquirió un compromiso para sentarse a conversar. Toda negociación implica que las partes ganan y ceden también. Desde ese punto de vista afirmó iba a tener las mejores intenciones para encontrar una solución. Conversé con él; ojalá no me desilusione. Aunque no sería la primera vez que pasa, porque ha sucedido en conflictos similares.





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