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Dealer top de Santiago no le teme a la legalización de la marihuana

Considerado como uno de los que vende la ganja de mejor calidad en el barrio alto, el dealer se siente con el derecho a cobrar elevados precios por su mercancía y asegura que su negocio no moriría si el comercio de marihuana es legal.


El Dealer como lo llaman sus clientes, es conocido como uno de los mejores proveedores de marihuana en el sector Vitacura-Las Condes y por lo mismo sus precios son elevados.



Por el carácter ilegal que tiene su oficio, se niega a revelar su nombre y prefiere que lo llamen Dealer, que es como se denomina a las personas que trafican con marihuana o drogas en general.



Aseguró que "los que compran habitualmente son jóvenes entre 17 y 25 años de un muy buen nivel socioeconómico. Compran casi todas las semanas y lo hacen en grandes cantidades, porque se juntan con amigos para pagar la mano".



El sistema con el que opera el Dealer es a través del teléfono. "Mis clientes me llaman al celular, me dicen cuánto quieren y yo les digo la hora y lugar en el que nos juntamos. Ahora si son personas que conozco hace tiempo, les puedo ir a dejar la yerba a la casa, con un recargo de mil pesos por la bencina".



El Dealer cobra diez mil pesos por los cuatro gramos de marihuana. A pesar de lo caro que puede resultar el vicio, asegura que le va muy bien. De hecho ha cambiado el auto varias veces, tiene un perro de 300 mil pesos y se va a veranear a Bahía Inglesa con toda su familia.



"En promedio, al mes puedo hacer fácilmente diez millones de pesos. Ahora en verano gano menos, porque todos se van de vacaciones. Por lo mismo, es que en estos meses yo cobro un poco más caro, para poder seguir con las misma ganancias" dijo.



En temporada alta, desde marzo a diciembre aproximadamente, el Dealer baja un poco sus precios debido a la alta demanda que tiene. Claro que no los baja demasiado, porque aseguró que "la yerba que vendo es de muy buena calidad y (no es paraguaya, reconocida entre los consumidores como una yerba prensada con neoprén), si bajo los precios el nivel de la marihuana, también tendría que disminuir, con lo que perdería clientes".



Asegura que tiene al menos 250 clientes fieles, que le compran muy a menudo y que pueden pagar lo que sea por un poco de marihuana. "El sector en el que me muevo tiene los recursos para darse el lujo de fumar buena yerba y pagar bien por ella. Lo único malo es que a veces todos quieren yerba y yo colapso, no doy abasto, pero me las arreglo igual".



Aunque sabe que su negocio es ilegal, el tema no le preocupa demasiado, porque tiene otras actividades con la que puede justificar sus ingresos. "Tengo un negocio con todas las de la ley en el que vendo mariscos, así es que ahí lavo el dinero y todo bien" aseguró.



"Legalizar la yerba no significa que yo me quede sin pega. No creo que pierda a todos mis clientes, porque ya los tengo. Pero sí me vería obligado a bajar los precios por un tema de competencia. Además sería bueno, porque la marihuana puede sanar enfermedades como el asma, glaucoma y las crisis de pánico", aseveró.



En ese sentido, coincide con las opiniones de Álvaro Bardón, economista de la Universidad Finis Terrae, al asegurar que la legalización de la marihuana terminaría con las mafias y destruiría al mercado negro en forma automática.



Sin embargo, personalmente no le gustaría que se legalizara la marihuana, "porque perdería todo su encanto. Sería una cosa habitual, no como lo es hoy en día para la mayoría de mis clientes, que lo ven como un ritual. Como una manera de desconectarse del mundo y centrarse en uno mismo".



El dealer reconoce que el placer de la yerba, además de estar en los efectos que produce, radica en que "es un acto ilegal. Comprar es penalizado por ley y fumar también. Si esto se hace en forma legal, perdería todo el placer por hacer lo prohibido, aunque al que le gusta lo va a hacer igual".

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