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La estrategia de Ilabaca para alterar el rumbo de la salud en la capital

Mauricio Ilabaca obtuvo un puesto trascendental para la reforma sanitaria, que absorberá al Sesma y asumirá la labor fiscalizadora de los seis servicios de salud de la región, desde el próximo año. El nuevo seremi del ramo no olvida que tendrá un protagonismo semejante al intendente Metropolitano o al alcalde de Santiago al hablar de su debut en el cargo.


Mauricio Ilabaca es la nueva autoridad sanitaria de la capital. De esta manera se zanjaron semanas de soterradas disputas por el mando de la salud en la Región Metropolitana entre la Democracia Cristiana (DC) y el Partido por la Democracia (PPD), que involucraron al ministro de Salud, Pedro García, y al subsecretario de la cartera, Antonio Infante, entre otros personajes.



Y no era para menos, ya que el nuevo Secretario Regional Ministerial (seremi) de Salud asume el que hasta hace poco era un puesto prácticamente anónimo y de escaso poder, pero que se convertirá, desde el primero de enero del próximo año, en una plataforma política y mediática desconocida en la región, gracias a las modificaciones que introducirá la reforma a la salud, particularmente la Ley de Autoridad Sanitaria, en el Gran Santiago.



Este ex director del Sesma y ex jefe de la división de medioambiental del Minsal orientará su estrategia a posicionarse como el rostro de las transformaciones estructurales que introducirá en la capital el proyecto más importante de la reforma -ya que el plan AUGE es sólo el más vistoso- y que consisten fundamentalmente en separar la función prestadora de servicios, de la rectora, que regula y fiscaliza la actividad del sector. Ilabaca admite que esto no será fácil y lo grafica diciendo que si "para cualquiera cuesta cambiarse de casa, imagínese conformar una nueva institución".



Esta nueva institución consistirá en que la seremi asumirá la labor fiscalizadora de los seis servicios de salud de la región, además de absorber al Servicio de Salud Metropolitano del Ambiente (Sesma), que dejará de existir en los términos actuales. Claro que no en enero de 2005, sino que cerca del 2006, sostiene Ilabaca, para dar un período de transición entre los sistemas.



«Quizás el reto más importante -dice Ilabaca- es que esta estructura funcione. Que se asiente. Porque es un desafío importante cuando uno recibe recursos humanos de seis lugares diferentes, además de los recursos que ya existían en la seremi de Salud, más el trabajo conjunto con el Sesma».



Precisa que esta estructura «establece una separación de funciones que permiten que la red asistencial tenga su propia estructura bien definida y una preocupación concreta. Y, por otra parte, una autoridad sanitaria que se haga responsable exclusivamente de este tipo de temas y que por lo tanto pueda lograr sus objetivos".



"Junto con separar estas funciones, algo muy importante -para el diseño estratégico- es establecer presupuestos separados para ambas autoridades, tanto para la red asistencial como para la autoridad sanitaria, ya que anteriormente había competencia por los recursos financieros. Y si a uno lo evaluaban por deuda hospitalaria o por cumplimiento de metas asistenciales, obviamente que los recursos los iba a gastar en esas áreas. Por lo tanto, al haber separación de funciones, va a haber una preocupación más explícita por estas mismas áreas que antes pudieron haber sido los parientes pobres".



Por ello plantea un diseño orientado a asentar esta estructura de manera de poder "asumir hacia la comunidad un rol de protección de la salud, de prevención, de promoción, de manera que haya una presencia de la autoridad sanitaria que permita ayudar a que la gente cambie sus estilos de vida hacia conductas más saludables".



Agrega que "otro tremendo desafío va aparejado con la capacidad de generación de un diagnóstico de salud pública y posteriormente de un plan de salud pública" orientado a prevenir enfermedades y no sólo curarlas, lo que implica un cambio de foco respecto del sistema actual.



Todo lo anterior debiera contribuir al posicionamiento del seremi como un rector potente, como una autoridad sanitaria de peso en la Región Metropolitana.



-Como seremi de salud tendrá las facultades de sanción con las que ahora cuenta el Sesma más las de los servicios de salud de la Región Metropolitana. ¿Lo convertirá esto en una especie de súper fiscalizador para la población?



-Más bien vamos a transformarnos en personas en poder de nuestro rol en salud pública; con muchas responsabilidades, con tremendos desafíos, pero con una tarea fascinante en el sentido de que tenemos que responder a una nueva realidad. Y tenemos la oportunidad de desarrollar nuevos modelos y una nueva forma de hacer salud pública en nuestro país.



-No sólo eso, también tendrá la oportunidad de aparecer casi todos los días en televisión cumpliendo esta labor. ¿Cómo toma el saber que contará un protagonismo comparable al del Intendente Metropolitano o al del alcalde de Santiago?



-Con mucha humildad. Con la misma humildad que demostramos cuando estuvimos en el Sesma. Yo estuve en el Sesma durante seis años y al cabo de ese tiempo privilegié ser jefe de división de salud ambiental para poder aportar la experiencia que tuvimos en esos años al resto del país.



-Por muy humildemente que asuma el cargo, ese potencial de protagonismo en los medios de comunicación podría generar rivalidades con otras autoridades.



-Aquí hay que comprender los roles de cada cual. En particular ya tuve una conversación con el intendente (Marcelo Trivelli) y he quedado muy convocado a participar del proyecto de convertir a Santiago en una capital de nivel mundial, aportando el punto de vista de la salud a ése proyecto, abriendo puentes, viendo qué hace falta a la salud en nuestra región, para que pueda ser promocionada, para ayudar a superar las brechas de inequidad que existen particularmente en el mundo rural, en las provincias que rodean a Santiago y, por cierto, también en los bolsones de pobreza que tenemos acá.



-Suena muy bien pero ¿va a haber luchas por figuración pública en la región?



-Por lo menos de mi parte tengo muy claro cuáles son mis objetivos y por qué estoy acá. Mi función y mi interés es abrir espacios públicos como ocurrió en los años de exposición pública en el Sesma, en que aprovechamos cada una de esas instancias para poder entregar a la gente mensajes saludables para avanzar en la cultura sanitaria.



-Pero ahora estará más expuesto.



-Igual de expuesto. Fui seis años director del Sesma. Haciendo una recapitulación de ese período hubo cuatro intendentes, tres directores de la Conama Metropolitana, es decir, pasó bastante agua bajo el puente, hubo muchos conflictos y la verdad es que logramos hacer un trabajo extraordinario y fortalecer una institución muy respetada como es el Sesma.



-La verdad es que no veo áreas de dificultad y éste es un tema de deberemos trabajar con altura de miras y con un objetivo de servicio público también.



LA LLEGADA AL PODER



-Su llegada a este puesto no ha estado exenta de polémica. De hecho, al interior del PPD se habló de una operación de la DC para conseguirlo.



-Yo no estoy en condiciones de emitir juicios en esta área. Sólo puedo mencionar que presenté mis antecedentes al concurso (organizado por la intendencia), fui seleccionado y aquí estamos.



-Precisamente el argumento de esa colectividad para hablar de operación era que los requisitos del concurso estaban hecho a su medida, puesto que se pedían cinco años de experiencia en temas medioambientales e igual tiempo de trabajo en salud pública, lo que dejaba fuera a todos los candidatos progresistas.



-Ése es un juicio. Yo no puedo pronunciarme sobre juicios. Estoy hablando de hechos concretos en que hubo condiciones que fueron explicitadas y donde hubo bastante tiempo para presentar antecedentes y esas fueron las reglas en las cuales a mi me tocó actualizar mi currículo y presentarlo.



-¿Pero fue transparente el concurso?



-Sí, de hecho me enteré por los medios de comunicación para postular.



-Además, yo vi el documento que envió el intendente con los tres nombres y de esa terna el ministro escogió.



-Una de las personas que no compartiría esta visión es la directora del Sesma, Soledad Ubilla, quien ansiaba ser la nueva seremi de la región, pero al final ni siquiera intentó postular. ¿Es ella la gran perdedora de esta elección?



-Cuando uno está en el área pública, uno tiene muy claro cuáles son las razones por las cuales está pensando en hacerse elegible para determinadas funciones. Aquí fui convocado por el ministro de Salud para participar en un proyecto extraordinario y lo hemos aceptado. Concursé, presenté mis antecedentes. Y bueno, no veo que haya ninguna situación de conflicto.



-Mi interés es hacer el trabajo de la mejor forma posible en una Concertación donde confluyen los esfuerzos de muchas personas, muchos hombres y muchas mujeres, entre los que estamos quienes trabajamos en el área metropolitana en salud.



-Pero precisamente dentro de esa Concertación hay criticas hacia su labor. Particularmente por lo que los sectores más próximos al diputado PPD Guido Girardi han llamado una política sanitaria neoliberal.



-Yo no sé qué entienden ellos por neo liberal y a qué se refieren en particular.



-Se refieren a la política ministerial sobre alimentos transgénicos, por ejemplo.



-La verdad es que no he conversado nunca con Guido este punto. A nosotros, como autoridad sanitaria, lo que nos correspondió fue abordar situaciones con temas nuevos, alimentos nuevos y en este caso tuvimos que abordar lo que está ocurriendo en el mundo de la tecnología de los alimentos y particularmente en los transgénicos. Uno no puede como fiscalizador, como funcionario normativo, abstraerse de una realidad. Por mucho que uno pueda tener opiniones sobre ello, debemos enfrentar eso y evaluar que han hecho otros países y esa es la gran tarea que nosotros cumplimos.



-¿No teme que estos puntos sensibles para algunos parlamentarios puedan convertirse en una amenaza para su gestión?



-Obviamente que quisiéramos no tener animosidades o más problemas de los que ya los desafíos nos están imponiendo. Así que ojalá pudiéramos tener la relación más fluida con todos los parlamentarios.



-Pero a Guido Girardi en particular, ¿lo ve como una amenaza?



-Yo no tengo ningún problema con Guido, como tampoco con ningún otro actor. En mi rol como salubrista yo no he tenido una carrera con elección popular posterior, usando como trampolín el lugar donde estoy trabajando, mi intención ha sido la del servicio público y por lo tanto son ámbitos diferentes.







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