El experto barcelonés en gestión hospitalaria y asesor del ex primer ministro español Felipe González afirma que a la reforma a la salud chilena le "falta ambición". Asegura que no hay un pacto social que le dé mayor alcance y que es fundamental cambiar el rol de las isapres si el país quiere avanzar realmente.
"Esto solamente lo puede decir alguien que luego se va corriendo", dice el experto barcelonés en gestión hospitalaria, Francesc Moreu, de sus críticas a la reforma a la salud que se lleva a cabo en Chile.
Y tal vez tiene razón, sobre todo si se considera que el invitado de honor del seminario de salud organizado ayer por la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) y el Instituto Libertad y Desarrollo (ligado a la UDI), no habló bien de una reforma que, desde hace ya un buen tiempo, viene recibiendo más críticas del oficialismo que de la oposición. Más aún, tomando en cuenta que en su exposición también se dedicó a criticar a las isapres.
"Lo que pasa es que seguramente los que me invitaron esperaban que dijese lo contrario a lo que he dicho. Pero bueno, es igual", dice.
Este ex asesor del primer ministro español Felipe González, que se ha especializado en los procesos de reforma sanitarios de países latinoamericanos -y que en Chile apoya a la Corporación Médicos Para Chile, rival permanente del Colegio Médico-, no tiene una gran impresión de los cinco proyectos de ley que conforman una de las principales aspiraciones del Presidente Ricardo Lagos.
A su juicio, la reforma chilena "es un proceso necesario, pero que en mi opinión, y con todo respecto, me parece que le ha faltado un poco de ambición", dice Moreu y luego agrega que "si realmente se consiguiese que la reforma a la salud fuera vista como un pacto social", sería muy diferente.
–¿También le falta ambición al así llamado proyecto estrella de la reforma a la salud, al plan de Acceso Universal de Garantías Explícitas o AUGE?
-Yo creo que el AUGE es un avance significativo, pero también es una manera de despistar respecto a lo que debiera ser una verdadera reforma. Es quizás un elemento espectacular, pero cuando lo lees un poco de cerca te das cuenta de que es un elemento de corto alcance.
Moreu dice que "no puede actuarse como si antes del AUGE no hubiese existido vida sobre la tierra", ya que si bien es cierto que la población que se enferme de alguna de las 56 patologías incluidas en el plan recibirá atención oportuna, de calidad y con resguardo financiero, se sigue tratando de problemas que antes sí se atendían. Por eso ve al AUGE como una ventaja, se diría, epidemiológica, pero no más.
Respecto del proyecto de Autoridad Sanitaria -que ya fue aprobado por el Parlamento y que comenzará a regir en enero-, Moreu es más favorable. "Esto me parece una buena decisión, separar lo que es la autoritas y potestas, es decir, el poder normativo y regulador, de lo que es la gestión de los establecimientos asistenciales públicos, y de lo que es la aseguradora pública. A mí me parece que es una buena decisión. Lo único que dañaría es que quizás esta potenciación de lo que es la aseguradora pública, pues podría leerse de forma cruzada como una revisión de cuál es el rol de las isapres".
–¿Y cuál es ése rol que debieran tener las isapres?
-Yo creo que en el futuro el rol de las isapres tendría que orientarse hacia la cobertura de los riesgos de una póliza complementaria, mientras que los riesgos de la póliza catastrófica deberían ser garantizados por esta aseguradora pública.
–¿Y esta reorganización debiera extenderse también a los prestadores?
-Bueno, la prestación de los servicios la podrían hacer indistintamente los establecimientos públicos y los establecimientos privados. Es decir, el rol del sector privado me parece que es mucho más lógico situarlo a nivel de la provisión, que a nivel del aseguramiento, ya que el aseguramiento es más una responsabilidad del Estado, al menos desde mi óptica.
–Pero, al menos en Chile, una medida así podría ser calificada de estatista.
-No entiendo a qué se refiere con estatista.
-Porque estaría minimizándose el rol de las aseguradoras privadas, en favor de un crecimiento de las funciones del Estado.
-Yo creo que las isapres tienen un rol siempre que jueguen en esa póliza complementaria, no como administradora de una póliza de garantía pública. Para esto no hace falta la existencia de la isapre, porque no añade valor particular a la hora de la gestión de esta póliza pública.
-¿Y en qué apoya esta posición?
-Esta no es la posición de un señor que puede haberse vuelto loco, sino que es una reflexión que me parece que va más allá de lo que son las opiniones particulares.
-Además, esta es una discusión que se está teniendo, por ejemplo, en Colombia, que durante mucho tiempo fue considerada como el ejemplo que se tenía que imitar a través de la famosa Ley Cien, que creó una especie de isapres como intermediarios y que en este momento están repensándolas.
-En Colombia, que fue el primer país que a través de esta famosa historia de la Ley Cien creo unos intermediarios aseguradores, ahora se están preguntando si vale la pena continuar manteniendo este intermediario, porque se están dando cuenta que cuestan una cantidad de plata significativa y que el valor que añaden no es perceptible. Y por tanto, están viendo en qué medida esto se puede cambiar.
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