Pese a su triunfo, los resultados -287 votos contra 239 que obtuvo su rival, Adolfo Zaldívar- la ponen frente a la tarea no sólo de recuperar terreno frente a Michelle Bachelet, sino también de asegurar que toda la Democracia Cristiana se ponga tras su candidatura y trabaja con fuerza por ella.
"La Sole va en el coche, carolín, directo a La Moneda, carolín cacao..". A la una y media de la mañana los partidarios de Soledad Alvear comenzaron a celebrar la ya segura victoria de la ex canciller como abanderada presidencial de la Democracia Cristiana. El triunfo quedó claro mucho antes de las 4 o 5 de la mañana, horario habitual en que la DC suele despejar sus grandes decisiones.
La cifra de 287 votos (54,8%) significó para Soledad Alvear una victoria lo suficientemente sólida como para que no hubiera en la Junta Nacional sombra de objeciones en torno al resultado. Pero, como confesaron algunos de sus partidarios, hubiera sido "todavía mejor" una distancia más amplia sobre Adolfo Zaldívar: mal que mal, el presidente del partido obtuvo un 45 % nada despreciable en la competencia sin tregua con que ambos personeros disputaron el derecho a ser el candidato de la DC para llegar por cuarta vez a La Moneda.
Este margen de no más de 48 votos sobre su contendor sigue obligando a Soledad Alvear a desplegar esfuerzos para integrar a todo el partido detrás de su candidatura. Sin embargo, el tema de quién conducirá la DC a lo largo de la campaña presidencial de Alvear no se tocó en la sesión de anoche. Nadie del círculo de Adolfo Zaldívar mencionó la posibilidad de que éste renunciara a la presidencia de la DC, cuestión que sí se había insinuado varias veces en las últimas semanas.
Arduo trabajo
Voto a voto pelearon a lo largo de todo el día los "operadores" de ambos comandos por convencer a los más de 500 delegados presentes, lo que indicaba que hasta la media tarde de ayer sábado no había una definición clara de lo que podía pasar. Sólo entrando ya la noche los rostros relajados de la gente del equipo de Soledad Alvear y algunas palabras del discurso final de Adolfo Zaldívar dieron las primeras señales de que la ex canciller contaba ya con el compromiso de la mayor parte de los sufragantes.
Lo que no impidió, sin embargo, que los resultados se esperaran con la respiración contenida en los conteos de cada una de las 10 mesas, porque hasta la penúltima todavía se temía que algún recuento diera vuelta los resultados para un lado u otro. Así de inciertos eran los pronósticos; situación que no se veía en la DC desde la Junta Nacional de Talagante, donde se irguió como candidato Patricio Aylwin enfrentándose a Gabriel Valdés, Andrés Zaldívar y Eduardo Frei.
Discursos notables
La jornada de ayer de la Junta Nacional comenzó en la mañana con la larguísima sucesión de intervenciones de todos los que se inscribieron para tener derecho a explicar ante el micrófono por qué estaban con Alvear o con Zaldívar.
De la seguidilla de discursos los que más llamaron la atención fueron los de Lorenzini, de Tomás Jocelyn-Holt y el de Andrés Zaldívar. El ex presidente de la Cámara de Diputados hizo gala de toda su ironía para hablar sobre la eficacia del gobierno de Ricardo Lagos en materia de puentes y sobre los viajes presidenciales. Lorenzini recurrió también numerosas veces al recuerdo de "lo mal que estaba la DC antes", es decir, cuando la conducción estaba en manos del aylwinismo, sector del que Soledad Alvear es fiel representante.
En tanto, el ex diputado Tomás Jocelyn-Holt criticó lapidariamente el rol desempeñado por el PPD Eugenio Tironi en el comando de Soledad Alvear y las palabras que el sociólogo se permitió respecto de la Democracia Cristiana. Lo más importante de su planteamiento es que tuvo la particularidad de indignar a la pre candidata, quien expresó más tarde a los suyos su enojo por la reiteración del "tema Tironi"
Por su parte, Andrés Zaldívar marcó uno de los primeros momentos claves de la Junta cuando manifestó "yo estoy con mi hermano Adolfo, pero quiero decirte, Soledad, que si eres la candidata yo te apoyaré".
Chica de clase media
Los contendores se reservaron 90 minutos finales para hacer sus respectivas exposiciones. "El discurso" frente a la asamblea no es un tema menor dentro de la liturgia demócratacristiana. En la larga historia de la colectividad más de una vez un discurso brioso y convincente ha llevado las cosas a última hora por derroteros insospechados.
Así es que ambas intervenciones eran esperadas con el máximo de atención. Soledad Alvear se planteó frente a la concurrencia con un cuidado discurso, que si bien no abordó ninguna propuesta muy concreta -por cuanto llamó a hacer las propuestas programáticas "todos juntos" después de asegurar su triunfo- apeló a las emociones y a la empatía.
"Nunca imaginé vivir esta situación, ni la busqué, ni la soñé. Nunca he tenido obsesiones presidenciales: han sido las circunstancias las que me han puesto aquí", comenzó Alvear. "Pero debo confesar que cuando asumo una responsabilidad la cumplo, trabajo hasta lograr los resultados y las más de las veces así ha sido", agregó.
Pasó revista a las grandes decisiones públicas que le han correspondido en los últimos años: mencionó que le tocó encarcelar al "Mamo" Contreras como ministra de Justicia, y decir que no a la guerra de Irak como Canciller.
Luego apeló a los presentes en torno al mayor temor de su comando: que los resultados fueran tan estrechos que se ganara por menos de diez votos de diferencia, lo que podía significar un partido trizado. "Al país le va mejor con una DC unida", dijo, "los esquemas polarizados nunca son buenos…No vengo a derrotar a nadie a esta Junta Nacional. Menos me plantearía jamás derrotar a un camarada. No escucharán jamás de mí una palabra crítica a mi camarada Adolfo Zaldívar. Los adversarios están fuera de nuestro partido. Vengo a solicitar vuestro voto para derrotar a la UDI y la derecha a fin de año".
Hizo también un alarde de orgullo por lo realizado en los tres gobiernos de la Concertación y habló de la necesidad de seguir siendo el partido articulador y líder del pacto.
La ex ministra cerró su intervención apropiándose, acertadamente, del leit motiv de su contendor: la defensa de la clase media. "Ver barrios, escuelas, universidades segmentadas no me gusta. Me rebela la desigualdad y el clasismo que se está gestando", dijo.
"Nací y viví quince años en Puente Alto. Luego viví en Ñuñoa, estudié en un liceo público y en la Universidad de Chile. He sido y seré una chilena de clase media, eso marca mi visión de la vida y de la sociedad", aseguró. Luego contó en tono intimista que su padre había comenzado como junior en la empresa en la que luego llegó a tener grandes responsabilidades.
Esta parte de su discurso fue quizás uno de los puntos más altos de su intervención. Después de los aplausos cerró directamente: "aquí estoy, ustedes deciden".
Habla Adolfo
Algunos de los partidarios de Zaldívar especulaban que la apropiación de la idea fuerza de la clase media tal vez descolocó a su líder, porque su intervención, si bien fue mucho más concreta en cuanto a propuestas que la de Alvear, fue también mucho más improvisada y dispersa.
Zaldívar se quejó de los muchos ataques que ha recibido después del 31 de octubre, y se quejó de que lo criticaran por ser desleal con el Presidente Lagos o con la Concertación en circunstancias, dijo, que el comportamiento legislativo de la DC para con el Gobierno comprobaba su lealtad más allá de las críticas que él hiciera al modelo económico.
"Pero lo que más me ha dolido y costado entender, es cuando he escuchado -incluso acá- que lo que anda buscando Adolfo Zaldívar es ganar tiempo para tener una opción, para hacer imposible la candidatura de Soledad Alvear. Esto además de injusto, tendría otro calificativo y nadie puede sostener que en política yo haya estado nunca en algo indebido", se defendió.
Adolfo defendió también el tiempo tomado por la DC para decidir su opción presidencial porque, argumentó, el debate ha vivificado a la colectividad y la DC volvió a tener una importancia política que hace años no disfrutaba.
Luego despejó el tema de la unidad partidaria: "el que gane, aunque sea por un voto, todos estaremos detrás de él". Sin embargo, Zaldívar a continuación explicó latamente sus ideas de programa en el plano económico y social. Y terminó llamando a los presentes a votar en conciencia. "Yo los dejo en libertad de acción", dijo, tal como hizo Eduardo Frei con sus partidarios.
Este llamado a la libertad de conciencia marcó una inflexión en la Junta. A partir de allí comenzó el relajamiento del equipo de Alvear. Ni siquiera esperaron el final del discurso de Adolfo: ya estaban en el pasillo fumando, sonriendo y haciendo los últimos recuentos antes de la votación que se llevó a cabo a medianoche.
Gestos finales
Concluidas las intervenciones, los concurrentes de volcaron a las mesas: a comer o a las de votación. El proceso tardó cerca de una hora. Zaldívar se paseó por las urnas y luego se retiró a alguna dependencia del Edificio Diego Portales mientras Soledad Alvear salió a tomarse un café con su hijo.
A media tarde había quedado descartada la posibilidad, añorada por el equipo de Alvear, de conseguir un acuerdo para que todo el partido aclamara al candidato con mejor handicap en vez de ir al choque de trenes.
Pese a que no hubo acercamientos para ese gesto de unidad máxima, apenas los recuentos confirmaron el triunfo de Alvear, Zaldívar retomó estoicamente la sesión de la Junta Nacional para saludar y nombrar oficialmente a su competidora como la candidata oficial de la DC.
La jornada terminó con un despliegue de caballerosidad de Zaldívar: "No anida en mi alma nada que no sean los mejores deseos, le deseo a soledad el máximo de sus éxitos, que la empresa que hoy comienza la corone con un éxito para la Concertación. Y quiero pedirle a quienes me apoyaron que se pongan a trabajar mañana por el triunfo del partido. Que Dios los bendiga".
Mientras, las pantallas gigantes de la sala de convenciones transmitían un videoclip, oportunamente editado por el comando Alvear, que revisaba en imágenes todos los grandes triunfos políticos de la DC desde Frei Montalva hasta terminar con imágenes de la ex ministra.
Zaldívar se retiró con su círculo más íntimo presumiblemente a su casa, mientras Alvear y los suyos se fueron a la Confitería Torres. La candidata oficial de la DC tendrá como primera actividad una visita al Santuario del Padre Hurtado.
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