¿Cómo van a resolver la pugna por influencia entre los socialistas liberales más cercanos a la fundación Expansiva y los socialistas más ortodoxos por copar el programa económico de la candidata y los eventuales puestos de mayor decisión en ese ámbito?
-No estoy de acuerdo con que haya una pugna. Has distintas visiones, diferentes formas de acercarse a determinados temas, pero no lo transformaría en una pugna. Las pugnas normalmente llevan a conflictos y de ahí pasamos a la destrucción del proyecto común. Yo estoy dispuesto a escuchar a la gente de Expansiva. En algunos aspectos ellos pueden tener razón. Así también estoy convencido de que la gente de Expansiva escucha con mucha atención a todos aquellos que creemos que hay que introducir modificaciones a determinados aspectos de nuestras políticas públicas. Tenemos que fortalecer el rol del Estado para encaminar al país en una perspectiva en que se disminuyan crecientemente las desigualdades. Hay muchas materias que requieren más recursos públicos. Yo no le tengo temor a este intercambio de ideas, y no creo que haya derrotados y victoriosos. Michelle es la única que debe ganar.
-¿Cuál es la diferencia central entre esos dos tipos de progresistas?
-Por lo pronto, todos ellos son integrantes del Partido Socialista. Si ellos adscriben al partido, comparten esta histórica lucha por una sociedad más igualitaria, más libertaria, más solidaria, por terminar con el egoísmo al que nos lleva una sociedad de mercado. Si son socialistas es porque quieren una sociedad libre, que entienda las discriminaciones. Si ellos tienen diferencias en el plano económico, eso no debería alejarlos de los valores esenciales de los socialistas. Si no los comparten, tienen la puerta abierta para irse del Partido Socialista.-
