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Inician campaña en Japón y China para restringir ingreso de celulosa

El IEP, liderado por Manuel Baquedano, ha diseñado una campaña para advertir a los compradores de celulosa chilena del daño ambiental que ha producido el grupo Arauco en el santuario del río Cruces. Primero fueron los estadounidenses, luego los europeos, y ahora vienen los asiáticos, que importan más del 50% de la celulosa que se produce en Chile.


El Instituto de Ecología Política (IEP) logró que un grupo de eurodiputados se planteara la posibilidad de realizar ajustes al Tratado de Libre Comercio (TLC) de Chile con la Unión Europea (UE), con el fin de frenar los efectos destructores de la producción de celulosa. Con ese fin viajarán a nuestro país -en octubre- algunos parlamentarios liderados por la italiana Mónica Frassoni, copresidente del Grupo de los Verdes europeos.



La diputada señaló que «no es admisible que el incremento en cifras comerciales tenga, como otra cara de la moneda, la destrucción del medio ambiente», aludiendo a la crisis ambiental que afecta al santuario de la naturaleza, Carlos Andwanter, luego de la entrada en funcionamiento de la planta de Celulosa Arauco y Constitución (Celco), en Valdivia, el año pasado.



Según explica a El Mostrador.cl, Bernardo Reyes, director del Programa de Economía Ecológica del IEP, el objetivo de apuntar a la UE es porque consumen aproximadamente el 36% de la celulosa que se produce en Chile, por lo que el próximo paso de la organización no gubernamental (ONG) será advertir a Japón y China, los cuales junto a otros países asiáticos importan cerca del 50% del commoditie.



Estos dos bloques consumen la mayor parte, debido a que en esos continentes están localizadas las principales plantas procesadoras de productos derivados de dicha materia prima, mientras que EEUU y América Latina sólo importan el 12%, y el porcentaje restante corresponde a naciones del Medio Oriente.



"Con Japón tenemos contactos con organizaciones no gubernamentales, mientras que en China también tenemos contacto con organizaciones similares, pero también con varios miembros del Ministerio de Medio Ambiente. Esto no lo vamos a hacer solos, sino que con el apoyo de nuestros socios de Europa, donde tenemos aliados con los que podemos generar un diálogo más fluido con el gobierno chino", sostuvo Reyes.



El profesional comentó que efectivamente los europeos tienen una mayor conciencia ambiental, al igual que Japón, pero en China es donde se observa un mayor retraso en este punto. A pesar de ello, han recibido buenas señales estos últimos días.



"China acaba de hacer importantes declaraciones a nivel internacional, sobre sus nuevas metas ambientales para los próximos diez años. Esas metas son extremadamente ambiciosas y dicen que China busca posicionarse con estándares mundiales en calidad ambiental. Esto se debe al impacto negativo de la tasa de crecimiento en el medio ambiente, que es realmente alarmante, por ello tiene que introducir importantes reformas para introducir la variable medioambiental. Al contrario, creemos que a los japoneses no les será tan difícil pedirles que adopten medidas, porque están más avanzados", puntualizó.



Fuerte apoyo de la UE



El fuerte apoyo europeo que ha logrado el IEP está sustentado en la conciencia que durante estos últimos 15 años se han formado en el Viejo Continente sobre los efectos nocivos de la industria del papel, que la sitúan como la tercera más contaminante del planeta.



"La globalización de los residuos de la celulosa ha sido el foco importante de las organizaciones ambientales en Europa, que han logrado que se transforme la industria del papel hacía una industria libre de cloro o hacía una que ha cerrado todos sus circuitos, de tal forma que sus contaminaciones son realmente muy bajas", afirmó el especialista.



Lo anterior ha significado a que la celulosa europea sea mucho más cara que la chilena.



"Si nosotros tenemos la celulosa más barata del mundo, la pregunta es ¿cómo se logra eso? Se logra, simplemente, externalizando los costos ambientales o socializándolos como se los quiera llamar, en las comunidades aledañas, primero y, luego, a través del mar, globalizando las externalidades", agrega Reyes.



En el IEP estima que si los eurodiputados profundizan en este último aspecto, se podría llegar a determinar que existe dumping ambiental, porque se puede producir barato, ya que no existen estándares ambientales globales.



Diputado "verde" chileno



A su turno, el diputado "verde" y presidente de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la cámara baja, Leopoldo Sánchez (PPD), manifestó que el pedido de sus homólogos europeos es completamente racional.



"Creo que los términos del acuerdo de libre comercio obligan a cumplir ciertas cuestiones básicas, y lo que ha ocurrido con la planta de celulosa de Celco, construida en las inmediaciones de un humedal que está protegido por Ramsar, plantea un cuestionamiento serio al respecto. Le recuerdo que en 1998, con la bancada verde, nosotros nos opusimos a su construcción en ese lugar", expresó.



"Creo que aquí no hay un problema de soberanía más o soberanía menos. Aquí hay un problema de la salud y los equilibrios medioambientales que, finalmente, si no se respetan, afectan al ser humano. Por ello, creo que al gobierno no le queda otra que revisar el acuerdo, además hay que recordar que Chile se sometió voluntariamente a la evaluación de la OCDE, precisamente, porque quería obtener un informe favorable de parte del organismo, pero sus 52 observaciones confirman que queda mucho por hacer", concluyó.



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