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U. de Chile responde a Contraloría por reestructuración en Ciencias Sociales

El decano Eugenio Aspillaga señaló que esta semana será reingresado al organismo el decreto que suprime 42 cargos académicos en la Facultad de Ciencias Sociales en la Casa de Bello. Sobre los cuestionamientos a la decisión, dijo que los afectados podrán postular nuevamente, vía concurso, y confirmar así su compromiso con la universidad.


A más tardar el viernes la Universidad de Chile reingresará a la Contraloría el Decreto de Reestructuración, mediante el cual, se suprimen 42 cargos académicos de la Facultad de Ciencias Sociales. El documento había sido devuelto por el organismo contralor el 4 de agosto, debido a las quejas que presentaron los docentes afectados por el fin del proceso.



La reestructuración en la facultad se inició en 2003 y concluyó en marzo con la disolución de la comisión que había sido creada para tal efecto, la cual evacuó un informe en donde describe las líneas prioritarias para el desarrollo académico de los departamentos de Antropología, Educación, Psicología y Sociología, en los próximos años. Por ejemplo, la puesta en marcha de la Reforma Procesal Penal obligó a fortalecer áreas como la psicología jurídica y la antropología forense, por señalar algunos casos.



Ahora, respecto de las reclamaciones de los académicos afectados por la reorganización, el actual decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Eugenio Aspillaga, señaló a El Mostrador.cl que ésas son de diversa índole. Hay algunos que señalan que el proceso es ilegal, otros denuncian que no fueron informados debidamente sobre las implicancias de éste, y también están los que, a juicio del decano, han hecho descalificaciones "en algunos casos injuriosas" contra quienes encabezaron el proceso de reestructuración, y en las cuales prefiere no ahondar.



"Es bastante lamentable que la Contraloría se haga cargo discrecionalmente, no de las cuestiones jurídicas, sino que también de diatribas, descalificaciones, que son muy subjetivas, y de otras cuestiones que no tienen nada que ver con el conflicto jurídico en que esto se produce (…). Y es arbitrario hacía nosotros como Ciencias Sociales, porque la Contraloría tramitó sin cuestionamiento dos decretos exactamente igual, con la misma estructura, que son los de la Facultad de Economía y de Medicina, lo que marca una cierta discriminación".



"Uno podría perfectamente decir que aquí hay personas que tienen capacidad de lobby con algunos mandos de la Contraloría, mandos medios seguramente, que han significado esta consulta a la universidad, que por lo menos podría haber venido depurada", asegura Aspillaga.



En busca de profesores más comprometidos



El académico recordó que ya en enero se marginaron a 18 profesores que no se ajustaban al nuevo perfil de la facultad y, en esta oportunidad, son 42, gran parte de los cuales seguirá recibiendo sus remuneraciones mientras Contraloría no se pronuncie al respecto. Una vez terminado ese trámite, los afectados podrán participar en los concursos para llenar nuevos cargos.



"Por ejemplo, en psicología hay un profesor que es una eminencia en psicología jurídica, pero desgraciadamente le puede dedicar a la universidad sólo cuatro horas semanales, y en los análisis que se hicieron en la facultad, parecía del todo poco razonable tener jornada menores de seis horas en la mayoría de los departamentos. Incluso, para una unidad académica se optó sólo por tener jornadas completas y medias jornadas, y dejar un núcleo pequeño de horas para apoyo a la docencia", agregó.



A mayor abundamiento, el vicedecano, Eduardo Morales, señaló que en ningún caso la reestructuración tiene su origen en un crisis presupuestaria, porque en caso contrario el objetivo sería reducir el número total de horas de clases en la facultad y lo que se ha hecho es tener profesores más dedicados a la universidad.



""Los cargos de profesores de tres horas fueron suprimidos, porque queremos que el profesor tenga media jornada, pero administrativamente había que suprimirlos. No había manera de decir (automáticamente) súbase a media jornada. Entonces, con este proceso nos estamos ahorrando plata; estamos utilizando los mismos recursos, tal cual estaban antes. Los hemos reordenado por líneas prioritarias, por lo tanto, los reacomodos se han hecho en virtud de eso. Y donde no tenemos todavía cubiertas las líneas propuestas, vamos a llamar a concurso", explicó.



"Por ejemplo, teníamos un profesor muy bueno, muy bien evaluado. Tenía tres horas, pero como necesitábamos profesores que tuvieran media jornada o jornada completa, entonces hablamos con él y le dijimos que íbamos a suprimir su cargo, porque vamos a fijar una nueva planta en que van a existir sólo para estas unidades académicas 22 ó 44 horas mensuales", señaló.



El caso de uno de los afectados



Uno de los académicos incluidos en el Decreto de Reestructuración es la antropóloga Milka Castro-Lucic, quien vive una situación kafkiana. En enero, fue nombrada profesora titular de la Universidad de Chile, uno de los cargos más altos al interior de dicha casa de estudios. Estaba feliz. Pero esa alegría por la designación le duró poco, ya que tan sólo dos meses después, en marzo, era incluida en el controvertido listado destinado a Contraloría.



Por ello, Milka Castro, espera que el organismo rechace definitivamente el decreto y pueda volver todo a la normalidad. Está sentida y se le nota en la voz, especialmente porque recuerda los días en que le tocó trabajar, codo a codo, con el rector Luis Riveros, en la organización del "51 Congreso Internacional de Americanistas: Repensando las Américas en los umbrales del siglo XXI», realizado en julio de 2003. "El cual fue todo un éxito" para las ciencias sociales del continente, pero que es un antecedente que se desvanece entre las prioridades economicistas, según explica.



-¿Cómo fueron notificados de la situación?

-Te explico como fue el proceso: A nosotros se nos informó en marzo, verbalmente, que se había decidido suprimir nuestros cargos. Desde ahí no supimos más nada, si no es porque andamos husmeando, averiguando… para saber qué pasaba. A partir de eso, nos llegó una nota para que nos limitáramos a guiar nuestras prácticas, las investigaciones y punto, pero se nos quitaron los cursos. No podemos hacer clases, ni tener conexión con los estudiantes.



-¿Totalmente desconectados?

-Así es, totalmente desconectados. Pero el caso mío es especialmente patético, porque en enero me ascendieron a profesor Titular, que es la máxima categoría y a la vez me estaban echando.



-¿Y qué está haciendo actualmente en la universidad?

-Me estás llamando al Programa Internacional de Interculturalidad, donde soy directora. Estoy con un montón de proyectos para la Universidad de Chile, que no te imaginas, entonces, es una cosa increíble, que no se entiende. Por un lado, la Comisión Superior de la universidad veía todos mis méritos y me ascendía a titular, con muchos honores y, paralelamente, un grupito de la facultad me pedía que me fuera.



-¿Cómo puede entender el país lo que está pasando en un área muy importante de la generación de pensamientos, de ideas?

-Es difícil que el país entienda. Pero te puedo decir que no hubo pautas de evaluación. Se supone que la universidad, cuando evalúa a un académico, pone una pauta. Esto significa que pone los ítems, rendimientos, en docencia, investigación, publicaciones; no hubo nada de eso. Nosotros, al menos, no los conocemos. Lo hemos solicitado a nivel de abogados y nunca entregaron nada. Sencillamente esta fue una cosa al dedo, donde contaron 54 personas, y los que cayeron, cayeron…



-¿Usted estaba en contra de la reestructuración?

-Nosotros siempre luchamos por reestructurar esta facultad, pero la forma en que se hizo fue como cambiar el eje del poder de un grupo a otro, algo muy mezquino. Hasta ahora no hemos visto un proyecto. Si tú vas a reestructurar, entonces, tienes un proyecto que dice vamos a crecer por aquí o por allá, es decir, en docencia, investigación, extensión, intercambios internacionales y, de acuerdo a eso, el personal que tienes lo evalúas y ves si te calza o no. Aquí lo que hubo fue un problema económico en el que dijeron, en vez de gastar 100, hay que gastar 20.



-¿Ha podido conversar con el rector Riveros?

-El escucha a las personas que él nombra y no analiza el fondo de las situaciones. Porque claro, está metido en tantas cosas. Pero no, no he conversado con él.



No es una cuestión punitiva contra la profesora



Sobre el particular, el decano Eugenio Aspillaga insistió en que en ningún caso el criterio utilizado fue la "descalificación" gratuita para incluir a las personas en el listados.



"Nosotros no evaluamos personas, ni las descalificamos. Lo primero que se hizo fue ver quiénes, dentro del cuerpo, sin duda -enfatiza-, podían ocupar un cargo sin discusión dentro del nuevo modelo de desarrollo. Ahora, en la universidad siempre ha habido procesos que tienen alguna vinculación, pero que son separados. Una es la calificación funcionaria, otra es la evaluación académica, y a alguien le podría extrañar que acaba de ser nombrado profesor asociado en algo, para no individualizarlo, pero lo que hace ese profesor, en particular, pudiera ser a lo mejor un ejercicio académico interesante que tiene su valor, pero no necesariamente corresponder al modelo de desarrollo que se quiere dar a la institución. No es una cuestión punitiva contra la profesora Milka Castro».



-En el caso que ella no quiera postular a los concursos, porque lo que se ofrece no está de acuerdo con su perfil, ¿qué va a pasar con ella?

-Bueno, ella quedaría desvinculada de la institución. A no ser que tuviera una inserción en otra área, que no dependiera de la facultad.




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