Actual parlamentaria por Santiago Centro, y una de las cartas mencionadas al interior del PPD para presidir ese partido desde el próximo año, asegura, sin embargo, que esta propuesta del Presidente Ricardo Lagos sigue vigente y que no está sepultada, pese a la seria división existente en el subpacto progresista de la Concertación.
Molesta pero conciente de que en épocas de campaña las agresiones verbales son pan de cada día está la diputada del PPD, Carolina Tohá, en especial al comentar las últimas declaraciones del candidato presidencial de la UDI, Joaquín Lavín, quien sostuvo hace pocos días que "los delincuentes votarán por Michelle Bachelet".
Pese a eso, la vocera del comando bacheletista asegura que la candidata presidencial de la Concertación tiene la facilidad de "no engancharse con eso" y responder con certeza porque «a la ciudadanía no le gusta ese tipo de campañas».
Respecto a la situación interna del bloque progresista, la diputada, quien es una de las eventuales cartas que podrían postularse a la presidencia del PPD desde marzo del 2006, manifestó que si bien las relaciones están en una situación «riesgosa», después de los comicios electorales de diciembre habrá una etapa de recomposición de las mismas.
En cuanto a la posibilidad de llevar adelante el proyecto del Presidente de la República, Ricardo Lagos, de fusionar al PS, PPD y radicales en el Partido por el Progreso, la diputada dijo que ello debe volver a pensarse, aunque de ninguna manera descartarse.
-Hubo recientemente fuertes declaraciones del candidato de la UDI, Joaquín Lavín, en contra de Bachelet. ¿Puede venir una derecha más fuerte y más dura en los próximos meses?
-Eso ocurre comúnmente en todas las elecciones. La reacción de la derecha es muy agresiva y eso no favorece en lo más mínimo a los candidatos que las inician, pues quien emprende ese tipo de estrategias sabe que no recoge mayores adhesiones.
Yo creo que en el caso de Bachelet hemos tenido varias experiencias y no es la primera vez que nos llegan ataques de este tipo, incluso acciones más sucias, pero su manera de reaccionar (de la abanderada) nos da mucha tranquilidad, ya que no engancha con estas cosas.
-¿Cómo el comando y Bachelet frenarán este tipo de situaciones?
-Nosotros no tenemos cómo frenar lo que hace Lavín u otro candidato, lo que nosotros tenemos a nuestro favor es lo que hace ella como candidata. Su manera de reaccionar, la tranquilidad e inteligencia con que responde esas expresiones, es muy consistente en el tiempo. Esa imagen que al principio era un poco abstracta de su liderazgo cada día lo es menos abstracta, en la medida en que se confirma la autoridad que la gente quiere ver en ella. Eso es lo realmente importante.
Nosotros sólo podemos controlar nuestra campaña y no vamos a perder el rumbo porque en ese tono no vamos a entrar; es decir, cuando hay acusaciones se desmienten, pero sin cambiar los objetivos, el mensaje ni el estilo.
-¿Entonces, no le temen a alguna campaña sucia de parte de la oposición?
-La gente rechaza ese tipo de campaña. No quiere el estilo que está utilizando Lavín, pues eso también deja en claro que anda con el norte un poco perdido y que no llega a la gente
Campaña parlamentaria de la Concertación
-En las negociaciones parlamentarias quedaron bastante dañadas las relaciones entre el PS y el PPD. ¿Cuál es el análisis?
-Bueno, efectivamente, en el PPD desde un principio no fuímos partidarios de la competencia en la Sexta Región. El propio diputado Aníbal Pérez, que siempre quiso competir, planteó que se evitara esta confrontación porque era riesgoso en cuanto a la convivencia y a la relación entre los dos partidos.
Yo creo que la experiencia está pensando que efectivamente hay riesgo y que ello exige de los dirigentes y de los militantes una actitud de mucho cuidado para evitar que hayan daños mayores. Hemos tenido algunas escaramuzas en estos días, que yo creo que quienes tenemos responsabilidades debemos de tratar de pararlas y no inflarlas más. Espero que de esto salgamos airosos en el sentido de un buen resultado electoral, ya que mal que mal nos enfrentamos porque tenemos a dos buenos candidatos.
En definitiva, esto es una prueba enorme para nuestros partidos, es una prueba de madurez, de recuperar el norte, de compañerismo y de saber competir en el respeto a quien ha sido nuestro aliado. Estamos en una prueba muy grande y yo espero y confio que la vamos a rendir muy bien a pesar de las dificultades.
-¿Esta negociación le puede generar costos políticos al PPD
-Las elecciones siempre pueden deparar sorpresas y uno nunca de antemano puede jugarse de seguro por un resultado, pero en términos generales yo diría que el PPD en esta negociación se presentó como un partido que tenía una gran plantilla de diputados pero una de senadores un poco restringida. Por eso fue tan importante insistir en Pérez, porque era de los pocos candidatos a senadores que teníamos; sin embargo la situación del Partido Socialista era muy contraria a esta idea, entonces al final en la negociación fue muy difícil buscar el equilibrio.
Nosotros en su momento hicimos este cálculo y llegamos a la conclusión que en este equilibrio el PPD queda bien resguardado, que podemos sumar dos nuevos senadores, o uno en el peor de los casos, y que vamos a quedar con una plantilla de diputados igual o un poco más alta que la que tenemos en la actualidad. Entonces nos quedamos tranquilos desde ese punto de vista de la negociación, aunque nuestro objetivo no se logró: evitar una competencia en la Sexta Región.
Yo lamento mucho que cuando el PPD dijo ‘no queremos competir en la Sexta Región’ todos salieron diciendo que ese escenario no lo queríamos por razones electorales y las razones eran políticas, en directa relación con la salud del subpacto.
-¿Usted cree que le faltó más generosidad al PS?
-En las negociaciones ojalá que todo el mundo tuviera más generosidad. Sin embargo, aquí el problema principal fue que hubo poca flexibilidad. No había acuerdos internos de cómo hacer las pérdidas.
-¿Con esto se agota la posibilidad de crear un Partido por el Progreso?
-Yo sinceramente creo que las razones sociales e históricas para pensar en un proyecto de ese tipo son tan profundas que ello no puede depender de un subpacto electoral.
Hoy día, con todo el aporte que ha hecho tanto el PPD como el PS, creo que son entidades políticas que no están dando cuenta de la magnitud y la profundidad de la fuerza de este fenómeno del progresismo de la sociedad chilena. Y por lo tanto, hay que repensarla (la propuesta del Partido por el Progreso), quizás mantenerla, pero que sea un paraguas común del progresismo que permita a más gente acogerse y participar.
Entonces, no creo que esté el proyecto sepultado, pasa por un momento complicado, pero sus fundamentos son muy profundos y no dependen de una cosa como ésta.
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