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‘Luis Riveros ha realizado su labor y ahora, por sensatez, le toca a otro’

La académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, que forma parte del grupo de docentes que objetó la repostulación de Luis Riveros, reafirma que el objetivo de la carta enviada al dimitido rector es reflexionar sobre los problemas de la casa de estudios. Además, señala que si Riveros ocupa nuevamente el cargo, no habrá espacios para la renovación.


El miércoles pasado, un grupo de académicos de distintas facultades de la Universidad de Chile escribieron una carta al dimitido rector del plantel, Luis Riveros, donde no sólo le hicieron ver los problemas que afectan a la institución, como un estancamiento y malas remuneraciones, sino que también criticaron su postulación para transformarse nuevamente en la máxima autoridad de la Casa de Bello.



Riveros respondió el viernes a los cuestionamientos que le han formulado los docentes, asegurando que el objetivo de la misiva no ha sido el interés de generar un debate interno, sino que »buscar o construir faltas» durante su gestión; al tiempo que desestima cualquier inhabilidad por intentar ocupar el cargo por un tercer período consecutivo y el primero de acuerdo a los nuevos estatutos.



En entrevista con El Mostrador.cl, Sonia Montecino Aguirre, profesora del Departamento de Antropología de la U. de Chile y directora del Centro Interdisiciplinario de Estudios de Género de la Facultad de Ciencias Sociales, reafirma la postura que expresó junto a otros ocho académicos.



Montecino sostiene que el objetivo final de la misiva fue «invitar a toda la comunidad universitaria a reflexionar sobre ciertos tópicos que nos parecen cruciales a la hora de elegir a una nueva autoridad», y también para «preguntar y opinar, a ejercer nuestro derecho como claustro, a sacar a luz y compartir nuestras ideas».



– Según la carta, no tienen una buena opinión de la gestión de Luis Riveros. ¿Cómo califica el trabajo que realizó el dimitido rector en sus dos períodos?
– Sabemos que toda acción humana es perfectible y por ello siempre los grupos sociales están demandando por llegar a horizontes cada vez más cercanos a la solución de sus problemas. En nuestro caso, hay muchos asuntos no resueltos, entre ellos, el de una dignificación de nuestro quehacer que pasa, entre otras cosas, por ganar sueldos acordes y justos a las labores que desempeñamos. ¿Se puede pedir dedicación exclusiva si las remuneraciones que ganamos son miserables en relación a las exigencias y responsabilidades que tenemos como docentes, investigadores y difusores del conocimiento?



Por otra parte, vivimos una burocracia exagerada, que impide resolver problemas mínimos en un corto tiempo. Además, estamos frente a un mundo social cambiante que nos demanda respuestas y acomodos, nuevas relaciones y formas de encarar nuestros vínculos con el Estado, las empresas y otros actores que suponen flexibilidad, gestión expedita, amplitud de criterios, pluralismo, pero dentro de un horizonte común que lamentablemente hoy no tenemos.



Nos preocupa el sistema de gestión basado en el laissez faire, que sobrevalora el espacio individual por sobre los objetivos comunes de la universidad. Cada cual vive y deja vivir, que no lo molesten, no rinde cuenta; es un estilo de vida que conduce a privatización de la Universidad de Chile aunque la propiedad pertenezca al Estado.



– ¿Qué le parece que Luis Riveros quiera postularse por tercera vez?
– Me parece triste. Así como tenemos que propiciar políticas del "buen retiro" como las jubilaciones para no eternizarnos en nuestros puestos, deberíamos propiciar la rotación del poder, su circulación y su renovación. Las autoridades deben cambiar, los tiempos han cambiado. El profesor Riveros ha realizado su labor, ha aportado lo suyo, y ahora, por sensatez y porque lo dice el estatuto, les toca a otros.



Estancamiento



En la carta sostienen que durante la gestión de Riveros la Universidad de Chile se ha estancado ¿Cree que con otro rector, la universidad retome ese liderazgo?
– Pensamos que la renovación de las autoridades es importante, sobre todo porque comenzamos a vivir una nueva etapa no sólo dentro de la institución, gracias a los nuevos estatutos, si no también en el país, ya sea en la búsqueda de equidad, cambios culturales en relación al ejercicio del poder, entre otras cosas.



La Universidad de Chile necesita también que esos "nuevos aires" se instalen en su interior, la renovación pasa también porque académicos y académicas seamos capaces de superar el déficit de pertenencia que nos aqueja y pensar en conjunto en otra manera de construir universidad. Lo que es muy claro es que sí en ocho años no se han cambiado los estilos de liderazgo, ni hemos vivido grandes y profundas transformaciones ¿qué podría augurar que con otro período de la misma autoridad ellos se produzcan? En otras palabras: parece casi seguro que, repitiendo por tercera vez lo que ya hay, no habrá renovación.



– También dicen que la universidad ha bajado lugares en varios aspectos como los profesores con magíster, facultades, etc. ¿Qué le parece que esto esté ocurriendo?
– Sin duda, nuestra universidad posee todavía altos estándares en muchos aspectos, pero grandes falencias en otros. Cuando hablamos de recuperar nuestro lugar, ello quiere decir ser capaces de encarar nuestras debilidades, entender que es preciso tener una política de retiro no traumática, comprender que hay que propiciar la inclusión de los jóvenes, generar mayor transversalidad disciplinaria, romper con la noción de facultades ricas y facultades pobres, propiciar la educación continua fortaleciendo cada una de las etapas de la misma, tejer sobre la atomización para construir sentido de pertenencia, pero sobre todo entregar calidad en cada una de nuestras aulas.



En resumen: tenemos que recuperar el liderazgo desde los valores del pluralismo, libertad de cátedra, equilibrio entre las distintas disciplinas, equidad económica, espacio para todos los miembros de la comunidad académica: un liderazgo integrador. Ese espíritu ha desaparecido, y hay que volverlo a construir, y por lo demás la discusión sobre el espíritu está ya acordada en la Misión de la Universidad que hoy son ley en los nuevos Estatutos, ahora falta llevar eso a la práctica.



-¿Cómo se puede remediar esto?
– Nuestra universidad cuenta con valiosos académicos y académicas, muchas veces líderes en sus respectivos campos, que poseen ideas, capacidades y están llenos de proyectos, sin duda ese es un campo propicio para encontrar soluciones, por lo hay que comenzar a escucharlos.



Sin embargo, es minuto de aplicar el sentido común y darse cuenta que es necesario transformar prácticas y hábitos que fueron útiles en otras épocas – como la excesiva discursividad, el personalismo, el favoritismo -, pero que hoy no sirven para enfrentar los nuevos problemas. Se requiere avanzar en coherencia, en equipos plurales que representen la diversidad académica dentro de un proyecto compartido.



Efectos de la carta



– ¿Qué esperan conseguir con esta carta?
– Simplemente poner en escena problemas que nos aquejan a todos, abrir debate, conversación, un involucrarse de la comunidad en el proyecto de universidad que cada uno desea, y por cierto el ejercicio de la libertad de opinión, romper con los miedos, ya que -aunque parezca increíble – esto aún funciona, pues muchos piensan que si se hacen críticas abiertas se perderán los "favores" de las autoridades o los beneficios personales y colectivos que de ellas se han conseguido.



– ¿Qué otras acciones pretenden realizar?
-Las acciones que nos competen como académicos, que son propiciar espacios reflexivos y críticos para encarar un nuevo período eleccionario, y superar ese tic cultural que se gráfica en las comunas, pueblos y provincias que reciben pasivamente y una sola vez la visita de los candidatos, que lo prometen todo, que están de acuerdo con Dios y con el Diablo y luego ¡ni me acuerdo! Ese gesto cultural es el que debe superarse en una institución pensante, pues si no, comienza a dejar de tener sentido ejercer el derecho a elegir.



– Si Luis Riveros se compromete con ustedes y con la Universidad a mejorar los puntos que reclaman, ¿ lo apoyarían o seguirán pidiendo un nuevo rector?
– Para mí, esto va más allá de puntos que se reclaman y de negociaciones más o negociaciones menos, se trata de un proyecto más amplio y de romper justamente con los clientelismos, con la política de si votas por mí, entonces atiendo tu problema. Se trata de cómo en conjunto refundamos la Casa de Bello de manera plural y coherente con los tiempos.



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