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Tompkins advierte que proyecto clave de Endesa no pasará por parque Pumalín

Ecologista dijo que no permitirá que las líneas de transmisión, necesarias para transportar energía desde las cuatro megacentrales que se proyectan en Aisén, al resto del país, pasen por el parque. Tompkins reaccionó así a la visita que este martes realizó la firma eléctrica al Congreso Nacional y en la que se volvió a hablar de la posibilidad de expropiar terrenos en la zona.


El gerente general de Endesa, Rafael Mateo Alcalá, se reunió el martes con la Comisión de Medio Ambiente del Senado, que preside Antonio Horvath (RN), para dar a conocer los detalles de las cuatro megacentrales que pretenden construir en la Región de Aisén, y que son resistidas por la comunidad local.



Uno de los mayores críticos es el ecologista estadounidense Douglas Tompkins, el principal responsable del Parque Pumalín y por donde debería pasar, entre otros terrenos, la línea de transmisión de 2 mil kilómetros que contempla el proyecto de la firma de capitales españoles.



Horvath reconoció que se analizará el impacto de la línea, pero estimó que no debería haber mayores inconvenientes en que ésta cruce Pumalín ya que, recordó, cuando las cerca de 289 mil hectáreas fueron declaradas Santuario de la Naturaleza en agosto del año pasado, se tomó la precaución de dejar una franja -de 100 metros de ancho-, previendo la necesidad de ejecutar alguna obra de importancia para el país.



«La opción de hacer una obra de carácter público, como un camino o una transmisión eléctrica, responde a la normativa común del país, que significa expropiar o declarar de fines de utilidad pública un área, y eso significa entrar a un acuerdo directo o bien por la vía judicial con un plazo que establece la misma ley, por lo tanto, régimen común», afirmó.



Batalla legal



Las palabras de Horvath, sin embargo, no fueron para nada bien recibidas por Tompkins, quien si bien reconoció haber tenido contactos con la firma que estará a cargo de los trabajos -Transelec-, advirtió con una dura batalla legal para evitar que el proyecto se materialice en las actuales condiciones.



«Mi comentario sobre la propuesta de Horvath es que la ley ya ha establecido disposiciones para este tipo de materias y no es el senador el que decide este tipo de cosas -aunque él es propenso hacer todas las clases de proclamaciones, como hemos visto-. Si se construyen las represas y las líneas de transmisión de esa manera, yo sería, como cualquier propietario del mundo, muy infeliz", dijo Tompkins a el El Mostrador.cl.



"Usted podría preguntarle al senador si le gustaría que líneas de transmisión cruzaran sobre su casa o alrededor de sus tierras. De hecho, pregúntele al presidente de Endesa que haría si se viera enfrentado a este problema", añadió.



«Las líneas de transmisión matan el valor de la propiedad y no son adecuadamente compensadas por la ley, todos saben eso, entonces nosotros seremos infelices con las líneas de transmisión gigantes pasando por nuestras tierras. ¡¿Alguien piensa que seríamos felices?!», espetó.



Tompkins admitió haber conversado con Transelec sobre la posibilidad de que las líneas no pasen por tierra, sino que sean instaladas bajo el agua, lo que sería factible técnicamente, aunque un poco más costos, según reconoció.



"En mis discusiones con Transelec, ellos me dijeron que es posible ponerlas bajo el agua, lo que técnicamente es posible. Si las líneas de transmisión se construirán, esperaría que éstas fueran subacuáticas. Es más costoso, pero más rápido para ponerlas y, además, significarán un ahorro considerable en la construcción respecto a las dificultades de terrenos, sin contar las batallas legales y las postergaciones", añadió.



"Transelec enfrentará todas clases de batallas legales con muchos propietarios a lo largo de la trayectoria de las líneas. Los dueños de tierra y el gobierno deben ver el trabajo descuidado que la compañía hizo en las represas de Ralco y de Pangue, dejando un trabajo muy sucio y descuidado", advirtió el ecologista.



Reglas del juego



El encuentro entre los parlamentarios y Endesa estuvo centrado, también, en la posibilidad de flexibilizar el proyecto hidroeléctrico, reemplazando la construcción de la central hidroeléctrica del Baker II, que tendría 5 mil 600 hectáreas de inundación, por una ubicada en el río Bravo, contiguo al citado lugar y que tiene un potencial de 370 mega watts.



El proyecto de Endesa tiene contemplado iniciar la construcción de las centrales en el río Baker y Pascua en dos años más y terminar el 2018, período que coincide con la reformulación de la institucionalidad ambiental, hecho que se abordó en el encuentro en el Congreso.



Sobre esta materia, Mateo Alcalá estimó que el proyecto debiera materializarse de acuerdo a las normas vigentes, pero descartó que el interés de la compañía sea que la ley eléctrica esté por sobre la ley ambiental.



«Creemos que hay una cierta institucionalidad, ciertos procedimientos y nosotros estamos solicitando la concesión eléctrica provisional para poder avanzar en la etapa de prospección del proyecto. Cuando tengamos el proyecto avanzado, tendremos que presentar la solicitud de concesión eléctrica definitiva y el Estudio de Impacto Ambiental y en ella habrá que hacer lo que proceda, apegándose a la legislación vigente", sostuvo.



Sin embargo, Horvath fue más taxativo y recordó que «las reglas del juego para estos grandes proyectos van a ir cambiando en los próximos tres años y ellos tienen que acomodarse a estas reglas».



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