Directorio del organismo compuesto por representantes del privados y públicos se reunirá en diciembre para analizar el 2006 y fijar los planes para la próxima temporada. Su presidente, Carlos Cuevas, quien a su vez es director del parque Pumalín, dijo que la ruta que pretende construir el Estado a través de los terrenos será tema de discusión inevitable.
Durante la primera quincena de diciembre el directorio de la Fundación Pumalín, que preside Carlos Cuevas, se reunirá para realizar el balance 2006 y aprobar el presupuesto 2007. Sin embargo, la ocasión también será aprovechada para informar sobre las gestiones realizadas para evitar que el parque sea atravesado por un camino interior, como lo ha planteado el ministro de Obras Públicas (MOP), Eduardo Bitrán.
"El tema del camino, junto a otros temas, es algo que tenemos que conversar en la reunión de directorio (…) Lo que nosotros siempre hemos dicho es que el Estado chileno siempre ha tenido la facultad y todas las leyes a la mano para establecer un camino cuando así lo decida, eso nunca lo hemos puesto en tela de juicio", aclara de entrada Carlos Cuevas, quien a su vez es director del parque Pumalín, declarado Santuario de la Naturaleza el año pasado.
Consenso en el directorio
El ideólogo de esta área protegida es el ecologista norteamericano Douglas Tompkins, quien donó -mediante la ONG The Conservation Land Trust- todos los terrenos a la Fundación Pumalín, que desde el año pasado debe velar por su destino.
Su directorio está compuesto por el propio Tompkins y tres representantes, el intendente de la Décima Región, un personero del obispado de Ancud, y otro de la Universidad Austral, todos los cuales tienen derecho a voz y voto. A los anteriores, se le suman dos miembros de los consejos comunales de Hualaihué y Chaitén, quienes solamente pueden opinar.
Cuevas señala que existe bastante "consenso" entre los integrantes del directorio, así como claridad en los objetivos generales de la fundación, que en los próximos días deberá tocar abordar la controversia por el camino interior que pretende construir el Estado, y respecto del junto a Tompkins ha intentado evitar que se concrete, aunque con nulos resultados.
«Nosotros simplemente lo que hicimos fue proponerle otra alternativa (el camino costero), que fue la que nos parecía mucho mejor, más barata, socialmente con mayor rentabilidad, desde nuestro punto de vista: ambientalmente menos impactante. Y esa alternativa el Estado no la consideró en su momento, no tuvimos oportunidad de explicarla, el ministro no nos recibió hasta después que tenía tomada una decisión», se queja.
«Ahora francamente lo que queda, como dijo el ministro, es realizar todos los estudios que se requieren hacer para un camino de esta envergadura, los próximos dos años e incluso el 2009 se van a tener que realizar todos los estudios de ingeniería. Recién ahí vamos a tener algo concreto», agrega.
Líneas de transmisión
Para Cuevas ese lapso de tiempo es clave, ya que les podría ayudar a reponer su idea de una ruta costera, con un sistema de modernos transbordadores y no exponer al parque a la destrucción por parte del hombre con obras civiles de envergadura, respecto de las cuales aún se desconocen los detalles. "No está claro el trazado, si se van a hacer puentes o un sistema de túneles que permitan conectar los distintos valles", plantea.
Con todo, y si el escenario es totalmente adverso a sus pretensiones, el presidente de la Fundación Pumalín sostiene que "esperamos que el camino que se haga por la zona interior, no sea con los estándares de los que se ha estado hablando."
«Hasta antes de esta polémica, lo que se le escuchaba a las autoridades en los medios de comunicación era que poco menos que el Cuerpo Militar del Trabajo iba a entrar con dinamita y lo iba ha hacer todo con un presupuesto mínimo, y eso nos tenía francamente preocupados", reconoce.
Sin embargo, el foco de amenazas ambientales en el parque Pumalín no se cierra con el tema del camino. Está previsto que éste se realice a la par con las líneas de transmisión eléctrica del proyecto de Endesa y Colbún en Aisén, que desecharon una ruta submarina como se hace en los países nórdicos.
Cuevas ve que todas estás intervenciones podrían afectar el flujo de turistas, que este año podría llegar a 12 mil y que prefieren este destino por sus prístinos paisajes.
