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Suprema anula primera cadena perpetua calificada del nuevo sistema penal

Sala Penal del máximo tribunal dictó sentencia de reemplazo por considerar que en el juicio contra Juan Pacheco Vega, conocido como el ‘ladrón de la bicicleta’ y detenido en Temuco, no quedó suficientemente establecido que haya actuado con premeditación para llevar a cabo los robos de los que se lo acusa. Por ello lo condenaron a 20 años de prisión en lugar de los 40 años del fallo del Tribunal de Juicio Oral.


En votación dividida, la Segunda Sala de la Corte Suprema anuló la primera sentencia de presidio perpetuo calificado dictada en el nuevo sistema procesal penal, dictada por el Tribunal de Juicio Oral de Temuco en contra del llamado «ladrón de la bicicleta», Juan Pacheco Vega.



El pasado 9 de septiembre, los jueces orales Jorge González, Erasmo Sepúlveda y Alejandro Vera, sancionaron al mencionado imputado a la pena de 40 años de presidio efectivo, en su calidad de autor de 21 robos con intimidación, 3 robos con violencia y un delito de receptación de especies robadas.



Estos magistrados consideraron que en los ilícitos cometidos por Pachecho concurrían las agravantes de su reincidencia, la reiteración del delito y la premeditación conocida.



Sin embargo, los miembros de la Sala Penal del máximo tribunal, Jaime Rodríguez Espoz, Rubén Ballesteros y los abogados integrantes Fernando Castro y Carlos Künsemüller, con el voto en contra del ministro Alberto Chaigneau, estimaron que esa sentencia contenía vicios de nulidad, dado que en el proceso no quedó plenamente establecido que todos los delitos cometidos por el sujeto fueron perpetrados con premeditación.



Fundamentos



Según el fallo de la Suprema, de los hechos consignados en la resolución de los jueces de Temuco «surge con nitidez que, si bien el inculpado con una reiterada conducta delictual en un determinado tipo de delitos, y que permitiría calificarlo como un delincuente en serie, actuaba en cada caso conforme a un patrón de conducta o de especialidad delictiva, sin que ese sólo aspecto material, pueda ser suficiente para comprender o presumir en él, la fase previa de planificación reflexiva respecto de cada uno de los ilícitos que se le atribuyen».



«A lo sumo se revela que el sujeto, en una vida de continuo obrar contra derecho, ejecutaba con mayor destreza aquello que siempre realizó, sin que por ello pueda sostenerse o tenerse por acreditado, que en cada caso obró con premeditación conocida, ni aún por el hecho de atacar a un determinado género de personas, en un sector u horas preestablecidos, apareciendo que la ejecución de la conducta en cada caso, estaba dada más bien por el aprovechamiento circunstancial de esas condiciones, más que un elemento comprensivo de un plan preestablecido, preciso y coordinado», consignó la resolución.



«Tanto es así que no aparece de los hechos asentados que el incriminado conociera a las victimas, sus desplazamientos, el porte de pertenencias susceptibles de ser apropiadas, por lo que en esas condiciones, no puede estimarse que hubiere obrado con premeditación conocida», concluyó el máximo tribunal.



Historia del caso



Según la prensa local, Juan Francisco Pacheco Vega causó terror en Temuco. En su mountain bike roja asaltó durante 5 meses a más de 40 personas, en su mayoría mujeres solitarias.



Desde agosto hasta diciembre de 2004, este sujeto mantuvo atemorizados a los habitantes de la sureña ciudad. Nadie sabía dónde ni cuándo cometería sus robos, por lo que la figura de un ciclista y el sonido de los pedales pasaron a transformarse para las mujeres temuquenses en un símbolo de peligro inminente.



Carabineros de la 2° Comisaría de Temuco, encargada de la captura, logró establecer, tras años de trabajo, su modus operandi. En bicicleta, ataviado con un jockey o un pasamontañas, una parca celeste y mochila negra vacía, Juan Pacheco comenzaba su viaje desde Pedro de Valdivia hasta la Avenida Alemania, a la altura del Hospital Regional. Luego subía hacia Thiers, Phillipi y Doctor Carrillo, para continuar por la avenida San Martín y Población Millaray. Finalizando su recorrido en la Villa Entrelagos.



Ese era su circuito para delinquir. Pero sus robos no eran hechos al azar. Acostumbraba a observar a las mujeres que circulaban por el sector solas o acompañadas de niños. Una vez seleccionada la víctima, estacionaba su bicicleta y rápidamente corría hacia ellas, abordándolas con un cuchillo de 15 cm de hoja. Las amedrentaba con fuertes garabatos, aconsejándoles que entregaran todo para que no se viera obligado a "actuar".



De acuerdo a testimonios de las víctimas consignados en la investigación, al antisocial sólo le tomaba 30 segundo adueñarse de las prendas. Luego corría hacia su mountain bike roja para arrancar en sentido contrario, asegurándose de que ningún vehículo, sobre todo policial, lo siguiese.



En total, según la sentencia del Tribunal Oral de Tenmuco "el ladrón de la bicicleta", sustrajo 21 carteras, 1 mochila, 3 chaquetas, 5 celulares, joyas, tarjetas, cheques y dinero en efectivo.

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