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«Confrontación extrema y denuncias sin propuestas no rinden frutos»

Al evaluar los resultados de la última encuesta CEP, el cientista político afirma que la ausencia de un proyecto político sigue siendo el principal defecto de la oposición para capitalizar el desgaste de la Concertación. Sobre los liderazgos del sector, cree que Sebastián Piñera sigue siendo la mejor carta y que Pablo Longueira »es un precandidato sin futuro».


El investigador del Centro de Estudios Públicos (CEP) Óscar Godoy asegura que la reciente medición de este instituto no fue positiva para la Alianza, porque «no hay un cambio sustantivo». A partir de la estrategia de denuncias sobre corrupción, admite que se esperaba un aumento significativo de la oposición, de seis a ocho puntos, lo que en definitiva no sucedió.



Según Godoy, el bloque de derecha «no logra todavía posicionarse como una coalición de partidos que sea una alternativa de gobierno», por lo que recomienda terminar con esa actitud reactiva que han adoptado desde que se conocieron las irregularidades en los programas gubernamentales. «No es suficiente para que la gente le de un crédito a la oposición, sino que se requieren propuestas serias», sostiene.



En opinión del cientista político, el bloque de oposición «tiene que presentarse como una opción distinta, definir un gran propósito de país que sea un proyecto político y no una mera alianza de interés electoral».



Respecto a la evaluación de las posibles cartas presidenciales del sector para 2009, cree que el abanderado de RN Sebastián Piñera está en una buena situación, con un 45% de respaldo y 23% de rechazo, mas no así el senador UDI Pablo Longueira, que tiene un 39% de reprobación y sólo un 26% de aceptación.



En este escenario, Godoy sostiene que el empresario de RN sería por el momento la mejor carta del sector, pues se trata de un personero que «que representa una línea de centro-derecha liberal, sin compromiso con el antiguo régimen".



Y es que pese al esfuerzo de Longueira por cambiar su imagen y la leve mejoría en su apoyo, Goodoy afirma que «nunca va a llegar a un nivel que lo haga un presidenciable con futuro». Al respecto, insiste en su tesis de que los colaboradores del régimen militar «no van a poder nunca llegar a la Presidencia de la República».



Sin embargo, reconoce que la también senadora gremialista Evelyn Matthei, que es evaluada positivamente en el sondeo, podría ser una excepción. «Lentamente ha ido ganado legitimidad, como una mujer extraordinariamente inteligente que ha ido limando sus aristas duras en comparecencias públicas».



Pese a que sostiene que el tema de género continúa siendo atractivo para la ciudadanía, respecto de la alcaldesa de Concepción, Jacqueline Van Rysselberghe (UDI), piensa que «recién está emergiendo como personalidad pública, hay que esperar todavía un tiempo para poder evaluarla».



Magro resultado



-En la última encuesta del CEP la Alianza sube levemente (de 20% a 24%)y aunque detuvo su tendencia a la baja, mantiene un escaso respaldo. ¿Cómo ha sido el resultado de este sondeo para la derecha?
-Obviamente es un mal resultado, porque después de las denuncias sobre el tema de corrupción había esperanzas fundadas de que la Alianza se empinara más arriba, seis a ocho puntos. Además, ese tenue aumento está en el margen de error de la encuesta. Entonces, no hay un cambio sustantivo, no se ha producido un giro importante, ni un cambio de dirección. En consecuencia, la Alianza no logra todavía posicionarse como una coalición de partidos que sea una alternativa de gobierno a la Concertación.



-Ante la postura confrontacional de la derecha en el tema de corrupción, pareciera que la gente prefiere premiar la cercanía de la Presidenta. ¿Los partidos de la Alianza deberían considerar esto a modo de autocrítica?
-Creo que la política de confrontación extrema y de denuncia sin que haya una propuesta propositiva acerca de los temas, por ejemplo, de probidad, no rinde frutos. Hay que recordar que lo que está pendiente en la Alianza es un proyecto de país que sea atractivo para las grandes mayorías, y que en ese contexto se hagan propuestas en distintas esferas de las políticas públicas, entre ellas la probidad. Pero el tema ha sido tratado de forma aislada, denunciando de una manera muy certera actos de corrupción cometidos por agentes públicos. Eso tiene un valor en sí mismo, pero no es suficiente para que la gente le dé un crédito a la oposición. Como te decía, el problema es que la gente no lo percibe como un movimiento de gobierno alternativo.



-¿Cómo puede la oposición capitalizar los errores de la Concertación, y la debilidad y falta de destreza política que la ciudadanía percibe en Michelle Bachelet?
-Para poder capitalizar los errores y defectos de la Concertación, esa situación de agotamiento de este cuarto gobierno de la Concertación, la Alianza tiene que presentarse como una alternativa distinta y nueva. Para eso tiene que definir un gran proyecto de país que sea un proyecto político, y no una mera alianza de interés electoral. Hasta ahora han actuado reactivamente frente al acontecer nacional, como ha sucedido con las acusaciones de corrupción, sin propuestas serias que llamen la atención a la opinión pública. ¿Cuáles son las propuestas de la Alianza en relación a la corrupción fuera de la denuncia?



-Pero la Alianza se ha planteado una serie de proyectos para 2007, impulsando proyectos en materia económica, delincuencia, desempleo y educación, además de fortalecer la unidad del sector. ¿Qué tiene que hacer para llegar gobierno?
-Insisto en que la Alianza tiene que trabajar en un proyecto que no sea meramente electoral, sino político, eso es lo central. Hasta la fecha no conozco ningún documento, ningún planteamiento en esa línea.



Bachelet aparece como una figura carismática



– ¿El respaldo para Michelle Bachelet (52%) le deja un espacio a la Alianza para acceder al gobierno? ¿Es posible alternancia luego de esta administración?
-En un régimen presidencialista son normales estos niveles de aceptación pública, porque el Jefe de Estado es el gran proveedor de bienes para la sociedad. El Presidente concentra el poder y una mandataria como Michelle Bachelet, que es cercana, amigable, aparece como una figura carismática que puede solucionar los problemas de la gente. Ahora, cuando se da la circunstancia de una mala coyuntura económica esa popularidad se viene abajo, que fue lo que le pasó a Eduardo Frei Ruiz-Tagle en su periodo presidencial. En cambio, las circunstancias actuales de la economía nacional, ante un consumo que es elevado, generan una sensación positiva.



-En la Alianza se cuestiona que la Presidenta ha aumentado en votación por su personalidad y su manejo mediático, pero no por grandes proyectos. ¿Coincide en esas críticas, o cree que son excusas?
– Lo del manejo mediático es secundario. La Alianza también podría tener un buen manejo mediático si dignificara su comparecencia pública. Lo cierto es que nadie llega a ser gobierno si carece de un proyecto político de envergadura que atraiga a los chilenos.



Los candidatos de la Alianza



– En la encuesta CEP los liderazgos en la Alianza presentan una elevada evaluación negativa. Pablo Longueira presenta un 39% y si bien Sebastián Piñera se mantiene en el primer lugar con un 45% de apoyo, también tiene un 23% de rechazo.
-Creo que Sebastián Piñera esta en una buena situación, con un 45% de respaldo, no así Pablo Longueira. Yo sostengo que las personas de derecha que tuvieron algún tipo de compromiso con el régimen militar no van a poder nunca llegar a la Presidencia de la República. Lo digo casi como un axioma político. El haber participado en el régimen militar es una mochila demasiado pesada.



-En el caso de Longueira, además, presenta un porcentaje de aprobación bajo dentro de la misma derecha (52%), en comparación a otras figuras del sector.
-Evidente, porque que ha tenido una historia de líder ultraconservador, duro. Aunque hoy día esté cambiando de imagen, y su evaluación mejore, nunca va a llegar a un nivel que lo haga un presidenciable con futuro. Creo que es un precandidato presidencial sin futuro.



-Pero en el sondeo también comienza a perfilarse la senadora UDI Evelyn Matthei, quien tiene un 32% de respaldo a nivel nacional, y un 67% entre quienes se identifican con la derecha.
– Ella podría ser la excepción, porque lentamente ha ido ganado legitimidad, como una mujer extraordinariamente inteligente que ha ido limando sus aristas duras en comparecencias públicas. Por el hecho de ser mujer, además, sigue manteniendo el crédito de cuando se eligió a la Presidenta Bachelet. Pero sería un caso excepcional.



-Y respecto a otra mujer, la alcaldesa de Concepción, Jacqueline Van Rysselberghe (UDI). Considerando que tiene un rechazo de sólo un 20%, y corre con un 37% de apoyo, ¿sería mejor candidata?
-No sé, ella es una figura más bien local y recién está emergiendo como personalidad pública, hay que esperar todavía un tiempo para poder evaluarla.



-En la encuesta también un tercio de los consultados considera posible el desplazamiento de la Democracia Cristiana a la derecha. ¿Qué tan factible es la unidad de la falange a la Alianza?
– Eso indica que un 20% que sí cree probable eso. Si la Democracia Cristiana ha estabilizado un electorado de 18% nacional, pero si nosotros pensamos que un tercio de este partido está dispuesto a votar por un candidato de derecha, eso le abre grandes posibilidades de ganar a un hombre que representa una línea de centro-derecha liberal, sin compromiso con el antiguo régimen.



-¿Entonces alguien como Sebastián Piñera sería en estos momentos el candidato más adecuado?
-Si, no veo otro por el momento.



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