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La estrategia de Armendáriz en el inicio de la carrera a fiscal nacional

Cuarto Tribunal de Garantía declinó otorgarle al funcionario un año de plazo para su investigación, luego de que basara su exposición en alargar las transcripciones de las escuchas telefónicas para agravar la comisión de delito. De todos modos, el Ministerio Público formuló cargos contra 10 personas.


Las operaciones internacionales de drogas son las que dejan mayor rédito mediático a las fiscalías. Ésa es una máxima que nunca falla.



Así, a 24 horas de que se iniciara formalmente la carrera para fiscal nacional, el perseguidor oriente Xavier Armendáriz lanzó este viernes una operación antidrogas contra una organización familiar dedicada al traslado de cocaína usando burreros hacia Europa, que no superó los 20 kilos en un período específico de tiempo, a pesar de ocho meses de investigación.



Más aún cuando, pese a que el fiscal Víctor Santelices, quien estuvo acompañado de Armendáriz en la audiencia de control de detención, solicitó un año de plazo para indagar, el Cuarto Tribunal de Garantía sólo le otorgó 90 días.



En la sala del tribunal, la fiscalía debió usar la consabida estrategia de revelar las interceptaciones telefónicas, alargándolas para tratar de aumentar la gravedad de un delito más bien acotado a un tráfico de "barreros", aunque no menos importante en términos de la lucha contra el narcotráfico.



Frente al juez



Santelices formalizó ayer por el delito de tráfico de drogas y asociación ilícita a una decena de supuestos miembros de la organización, entre ellos el italiano Giovanni Ciulla, avecindado en Chile, líder y financista de la banda dedicada al narcotráfico, la cual comandaba junto a su esposa Romina Villalón.



También formuló cargos contra Juliet Quijada, Elena Guerrero, Ana Jiménez y Julio Farías, quienes pertenecen al clan familiar más cercano a Ciulla, que tendría nexos con la mafia de su país.



Además, se les atribuyó participación en los ilícitos a Marisa Quintanilla, Jorge Guerra, Perla Espinoza y María Hortencia Quintanilla, quienes oficiaban como correos humanos viajando a Perú, para adquirir la droga y luego entregarla en Europa.



Todos fueron detenidos en operativos simultáneos que realizó la Brigada Antinarcóticos en las comunas de La Cisterna, Renca, Vitacura, Las Condes, Vitacura, La Reina y Valparaíso.



Casi en su totalidad, fueron detenidos gracias una orden emanada de los jueces de garantía Jorge Norambuena y Marcia Castillo.



Elena Guerrero fue la excepción, pues se encuentra cumpliendo una condena de 30 años tras ser aprehendida en Italia el 26 de octubre de 2006 tratando de internar siete kilos de cocaína de alta pureza.



La mujer se acogió a un beneficio penal y logró ser trasladado hasta el COF de Santiago, donde continúa cumpliendo su condena.



Todos quedaron en prisión preventiva, debido a que el juzgado consideró que existe un latente peligro de fuga, sobre la base de las penas asignadas a los delitos que se les atribuyó, que podrían llegar hasta los 20 años de cárcel.



¿Y el lavado?



Los correos humanos presuntamente enviados por el clan de Ciulla fueron detenidos en distintas fechas, luego de ser detectados con cocaína adosada a su cuerpo bajo las vestimentas.



Este es el caso de Carolina Pizarro, quien fue detenida el 28 de febrero pasado por la policía española en el aeropuerto de Madrid con 3,2 kilos de cocaína.



Luego de esto, otros cuatro correos humanos serían detenidos: Oscar Jara Quezada, José Carrasco Barra, María del Carmen Orellana y Alejandra Linco Tranamil, procesados en Ámsterdam, Paris y Madrid.



Al ser consultado el fiscal por este medio, respondió que aún no había claridad sobre los bienes y el lavado de activos detrás del tráfico de droga de este clan.

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