Cifra total aumentó a 2.850 millones de dólares en 2006.
Expertos y representantes de sesenta países se reúnen en Ginebra para buscar soluciones al problema de la deuda externa de los países pobres, que afecta negativamente a sus ya de por sí débiles economías.
«La deuda externa es un factor muy importante en los esfuerzos financieros que realizan los países menos desarrollados para reducir la pobreza», afirmó el secretario general de la Conferencia de la ONU para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), Supachai Panitchpadki.
En su discurso de apertura de la Sexta Conferencia Interregional en Gestión de la Deuda, organizada por UNCTAD y que concluirá el próximo miércoles, Panitschpadki destacó que muchos países han logrado reducir o incluso liquidar las hipotecas.
No obstante, alertó de que la cifra total de deuda aumentó a 2.850 millones de dólares en 2006 y que, por tanto, continúa siendo un aspecto «crítico» para los países con menor renta.
Durante la reunión se revisarán aspectos problemáticos como el concepto de deuda «odiosa» o «ilegítima», que se refiere a los compromisos contraídos por algunos regímenes para unos propósitos que no beneficiaron ni a la nación ni a los ciudadanos, y que, según algunos expertos, no se deberían contabilizar.
También se analizará la falta de mecanismos de arbitraje para resolver las disputas relativas a la devolución de créditos y se evaluará lo que se ha llevado a cabo y lo que aún falta por hacer en condonación de las mismas.
Entre los asistentes está Thomas Courbe, secretario general del Club de París, que agrupa a los principales 19 países acreedores, entre ellos España, Suiza, Francia y Estados Unidos, y a través del cual se han negociado diferentes paquetes de condonaciones.
También asisten responsables de bancos centrales, ministros, expertos de instituciones financieras internacionales, académicos y representantes de organizaciones no gubernamentales.
Los principales aspectos que se discuten son la ayuda efectiva a la deuda, las condiciones de las mismas, la necesidad de un sistema de préstamo multilateral menos dañino, y los efectos de los nuevos créditos en los mercados financieros.
EFE
