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Venta de banco profundiza temor a crisis del sistema financiero

Agobiado por la falta de liquidez, el quinto mayor banco de inversión de Estados Unidos, un titán de Wall Street cuya capitalización bursátil rondaba los US$ 20.000 millones a principios del 2007, fue adquirido por JPMorgan en apenas US$ 236 millones.


La fulgurante desaparición de escena del banco de inversión Bear Stearns, que pasó de valer US$ 3.500 millones en bolsa el viernes a venderse por US$ 236 millones el domingo a JPMorgan Chase & Co, plantea serias dudas sobre el sistema financiero de Estados Unidos.



La pregunta ahora es si lo ocurrido con el hasta hace nada quinto mayor banco de inversión estadounidense, un titán de Wall Street cuya capitalización bursátil rondaba los US$ 20.000 millones a principios del 2007, es sólo la punta del iceberg.



Expertos y responsables políticos discrepan a la hora de responder a ese crucial interrogante.



La Reserva Federal (Fed), que rescató el viernes a Bear Stearns al facilitarle financiamiento a corto plazo, asegura que se trata de un fenómeno aislado y recuerda que la firma era una de las que más había invertido en activos vinculados a hipotecas de alto riesgo.



El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, apuntó también en esa dirección al afirmar que las instituciones financieras del país «son robustas» y los mercados financieros «funcionan con eficacia y eficiencia».



Tanto el banco central como el inquilino de la Casa Blanca han dejado claro, además, que harán todo lo que esté en sus manos para ayudar a capear el temporal.



La autoridad monetaria, de hecho, sorprendió con una serie de medidas para aliviar la crisis crediticia que el diario The Washington Post califica de «dramáticas», Los Angeles Times de «extraordinarias» y el rotativo The New York Times de actuación «sin precedente».



Esas medidas permitirán por primera vez en la historia que las firmas de valores puedan solicitar a la Fed préstamos en los mismos términos que los bancos tradicionales.



Además, la autoridad monetaria redujo en un cuarto de punto, hasta el 3,25%, la tasa que aplica en sus préstamos a los bancos y amplió el periodo de devolución a un máximo de 90 días desde los 30 actuales.



«El anuncio calmó a los mercados y el mensaje implícito es que, si es necesario, la Reserva Federal volverá a actuar», dijo Ken Goldstein, economista del centro de análisis The Conference Board en Nueva York.



Bush también prometió este lunes que su gobierno actuará de forma «decidida» si la situación lo requiere.



Goldstein descarta, de todos modos, que vayamos a ver otro caso similar al de Bear Stearns.



«Puede que se vayan a pique algunos fondos de alto riesgo, pero no creo que vaya a repetirse la situación con otros de los grandes bancos institucionales de Wall Street», afirmó el experto.



Según Goldstein, lo ocurrido «no es una prueba de la fragilidad del sistema financiero, sino de la debilidad de Bear Stearns, el banco de inversión con mayor exposición a la crisis hipotecaria».



Peter Morici, profesor de Economía en la Universidad de Maryland, discrepa y vaticina que habrá más «víctimas» financieras.



«Lo que está ocurriendo es una crisis de confianza en la forma en la que operan los bancos», dijo Morici, quien cree que la Fed debería de adoptar más medidas para forzar una mayor regulación del sector financiero.



Muchos bancos alentaron la actual crisis al diseñar complejos productos hipotecarios que no formaban parte de sus balances y por los que han tenido que asumir pérdidas sustanciales.



Esa situación ha generado aversión al riesgo y miedo, dos de los principales problemas que David Wyss, economista jefe de la firma de calificación de riesgo Standard & Poor’s, ve ahora en los mercados.



«La gente está demasiado asustada y resulta muy difícil obtener préstamos», dijo Wyss.



«Esa situación es fatídica para las compañías que están muy apalancadas y necesitan dinero a corto plazo para continuar con sus operaciones», añadió.



En su opinión, los mercados no están del todo convencidos de que las medidas de la Fed garanticen la liquidez necesaria, aunque reconoce que esas políticas intervencionistas son mejores que el haber dejado que Bear Stearns se fuese a pique.



Mercados y analistas esperan que la Reserva Federal rebaje este martes entre 0,75 y un punto porcentual los «Fed Funds», los tipos de interés que se aplican en los préstamos interbancarios a un día y que sirven de referencia para una gran cantidad de préstamos.



Por Teresa Bouza (EFE)

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