Desde un tiempo a esta parte el ex presidente Eduardo Frei Ruiz Tagle -en campaña para ser el candidato de la DC- ha señalado que su padre fue asesinado, sin siquiera conocer las piezas del sumario. Se suma la reciente declaración de la perito Carmen Cerda en el mismo sentido. ¿Qué hará el juez Alejandro Madrid si no tiene las pruebas suficientes para acreditar un homicidio? Lo cierto es que su carrera hacia la Corte Suprema se truncará, algo en lo que coinciden sus colegas.
El ministro en visita Alejandro Madrid está siendo presionado por la familia Frei, principalmente por Eduardo, el senador, quien quiere ser candidato a Presidente. Y eso lo coloca entre la espada y la pared si es que quiere llegar a la Suprema.
Este es el comentario obligado en los pasillos de tribunales entre abogados y ministros del primer y segundo piso. Y es que la reciente publicación hecha por el diario La Segunda la semana pasada, donde la perito Carmen Cerda, designada por el propio Madrid para hacer una pericia a los restos del ex Mandatario, habló antes de tiempo asegurando que Frei había sido asesinado, le cayeron como un vaso de agua fría.
No sólo el ministro Madrid quedó sorprendido, sino también el propio abogado de la familia Frei, Alvaro Varela, así como los otros querellantes. La revelación de Cerda determinó que Madrid, conocido por su paciencia, le hiciera una "parada de carro" pública a la experta, señalando que ella no tenía la facultad para emitir ese tipo de opiniones.
Es que el fantasma de las presiones de la familia Frei traspasa las rendijas de las oficinas de los ministros en la Corte. Muchos no creen en la tesis del homicidio, otros aseguran que "hay cosas raras", otros creen que será imposible probar que lo mataron y si fuera así, mientras no haya un culpable, tendrá poco sentido.
Lo cierto hasta ahora es que, desde un tiempo a esta parte, Eduardo Frei Ruiz-Tagle ha venido sosteniendo que a su padre lo asesinaron. Sin embargo él, como su abogado y el resto de los querellantes, no tienen acceso al sumario. De hecho el ministro Madrid ni siquiera ha emitido alguna resolución al respecto.
De hecho, las declaraciones de Cerda son, en el tiempo, muy cercanas a la entrevista que el propio Frei dio a TVN, donde señaló que su padre era el primer presidente "mártir" de la historia chilena.
Los peritajes que existen hasta ahora son sólo dos. Uno del FBI y otro de Cerda. El primero sostiene que no es posible establecer la causa de muerte por el tiempo transcurrido. El segundo que Frei murió no por un veneno, sino por una serie de sustancias que le fueron aplicadas en un canon de tiempo.
La tesis de los Frei, entonces, ha ido cambiando en el tiempo. En 2000, Carmen Frei dijo que lo había envenenado el químico de la DINA Eugenio Berríos. Posteriormente, y debido a la aparición del Laboratorio de Guerra Bacteriológica del Ejército, como también al envenenamiento de militantes del MIR en 1981, el objeto de la culpa se modificó y fue la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE).
Luego apareció que el ex chofer de Frei padre era informante de la CNI y que incluso agentes de ese servicio represivo estuvieron en la clínica Santa María, hecho comprobado por el magistrado.
Posteriormente, la línea se dirigió hacia algunos médicos que operaron al ex mandatario en 1981 y 1982 en la clínica Santa María, en una querella que fue presentada hace algunos años por el propio Álvaro Varela y cuyas solicitudes de procesamiento fueron rechazados por Madrid.
En este sentido, el último informe emitido por Cerda sirve precisamente para probar esa tesis, ya que al tratarse de "una serie" de elementos o medicamentos, los únicos que tuvieron ese alcance fueron sus doctores de cabecera.
Y aquí hay otra diferencia. En un primer momento se sostuvo que una persona había envenenado a Frei, luego que la autopsia que se le realizó no fue autorizada. En este caso el propio Patricio Rojas, a estas alturas un ex amigo de la familia, aseguró que el propio Eduardo Frei le pidió que se realizara.
El ministro Madrid, algunos de cuyos cercanos lo describen como "no presionable", tiene la misión de establecer, desde la "sana crítica", esa expresión judicial que denota al sentido común, si Frei fue asesinado o no, quiénes lo hicieron y de lo contrario sobreseer la causa.
Pero si Madrid no llegara a la convicción de que hubo acción de terceros por la falta de pruebas, si los peritajes ordenados al extranjero no entregan los antecedentes suficientes, estará en una posición muy incómoda para la continuidad de su carrera judicial. Y esto porque caería sobre él un pesado rótulo de denegación de justicia.
De hecho, la Presidenta Bachelet, la titular de la DC Soledad Alvear y políticos de los distintos sectores, han señalado públicamente que Frei fue asesinado, haciéndose eco de las expresiones de Carmen y su hermano Eduardo.
Madrid sabe que está pisando una zona complicada, un campo minado, donde los hechos no se mueven con la lógica judicial, sino política, donde la verdad procesal es tirada hacia los extremos, por los distintos interesados como una presa en disputa.
En cualquier caso, Madrid aún está molesto con las palabras de la perito Cerda, ya que se sintió pasado a llevar como la autoridad a cargo de la investigación. Conocida es su personalidad de juez austero y "honrado hasta la molestia" -como lo describe un colega- por lo que el ritmo del juicio, ahora, depende de los peritajes europeos o que aparezca un agente de la época confesando "yo lo asesiné". Sin duda algo poco probable.