Publicidad

El elefante blanco que arrastra el nuevo director de Servicio de Salud de Iquique

El aterrizaje del médico cirujano designado por Soledad Barría para hacerse cargo del proceso de renovación del servicio, viene secundado por serias críticas a su gestión en el Servicio de Salud de Valdivia, donde la paralización de las obras del nuevo consultorio Jorge Sabat, que atiende a la mitad de la población de la ciudad, ha mantenido por más de dos años en condiciones “indignas” a los pacientes y funcionarios. El intendente de la zona incluso solicitó a Ricardo Fábrega un sumario administrativo para determinar responsables.


El próximo lunes 27 de octubre, el médico cirujano Joel Arriagada asumirá la labor de director interino del Servicio de Salud de Iquique, en reemplazo de Maritza López, a la que se pidió la renuncia a raíz del escándalo de los pacientes portadores de VIH Sida que no fueron notificados de su situación.

El demócrata cristiano, cercano al subsecretario de Redes Asistenciales, Ricardo Fábrega, se hará cargo de la conducción del proceso de renovación del servicio. Pero su arribo a la Región de Tarapacá estará marcada por cuestionamientos a su labor en el mismo cargo en Valdivia, donde fue objeto de fuertes críticas por su responsabilidad en la compleja situación que el consultorio provisorio del Centro de Salud Familiar (Cesfam) Jorge Sabat -ex Gil de Castro- atraviesa desde hace casi tres años.

Condiciones insalubres

El lugar donde funciona el centro Jorge Sabat, el ex hogar Pedro de Valdivia -que había sido declarado insalubre- sería utilizado desde principios de 2006, por un año, hasta que se construyera el consultorio nuevo, de un costo de 750 millones de pesos, cuyas obras estaban proyectadas para ser concluidas el 22 de mayo de 2007.

La explicación dada por las autoridades municipales para que el ex hogar quedara habilitado para atender pacientes fue que se invertiría en los arreglos necesarios, explica el presidente del Colegio Médico de Valdivia, Alfonso Sánchez.

Aunque se hicieron trabajos las condiciones distaban mucho de ser «dignas». Box separados por tabiques de madera que no permitían ninguna privacidad, ratones, instalaciones eléctricas precarias que implicaban riesgo de incendios, e incluso que los doctores atendieran con parkas porque recién al mediodía se lograba temperar el recinto, eran el pan de cada día en el Jorge Sabat, relatan médicos del centro.

Quiebra la constructora

Según ellos, durante las obras para construir el nuevo consultorio, las 50 mil personas que se atendían en el Jorge Sabat debieron ser recibidas en las mismas condiciones, mientras en la zona se empezaba a hablar del elefante blanco de las obras del nuevo consultorio.

El presidente del capítulo de médicos de atención primaria del Colegio Medico de Valdivia y dirigente de los médicos del ex Gil de Castro, Juan Pedro Bergeret, explica que en general la relación de Arriagada con los funcionarios era bastante buena. Pero esto cambió cuando la constructora empezó con problemas de avance en las obras.

«Nos enteramos por obreros que trabajaban en la construcción y eran pacientes del Centro que no se estaban cumpliendo las normativas técnicas y que cada vez había menos personal. Partieron con 60 y terminaron con dos trabajadores», dice. El motivo: La empresa se había declarado en quiebra.

Cuando los funcionarios pidieron explicaciones, el director del servicio «dio la cara y prometió reuniones quincenales con nosotros y con la población. Pero esto no se fue cumpliendo y terminamos en una relación  de tensión», asegura el médico.

Bergeret, además, señala que «estas obras fueron mandatadas por el gobierno y el ejecutante es el Servicio de Salud. Arriagada era el representante de la implementación de la obra y el responsable político de su atraso».

La carta del Colegio Médico

De esta forma empezó el ping pong de los plazos. Promesas y cambios de fecha constantes terminaron por agotar la paciencia de los funcionarios del lugar, que en julio de este año empezaron a movilizarse. Inmediatamente apareció la entonces seremi de Salud, Estela Arcos, a clausurar el lugar por no cumplir las condiciones sanitarias, pero fue removida de su cargo y anulada la clausura.

Bergeret reconoce que tuvieron varios contratiempos, como el cambio del sistema de regionalización. Pero que también hubo problemas de gestión, «de transparentar cosas, los recursos, de solicitar fondos antes. Cuando el tema se hizo mas público, salió la plata para mejorar las condiciones y se pusieron plazos más claros para finalizar las obras».

En agosto, el presidente nacional del Colegio Médico, Pablo Rodríguez, viajó hasta Valdivia para conocer en terreno las condiciones del lugar. Allí, se reunió con los dirigentes locales de la Atención Primaria, con Sánchez, Arriagada y el alcalde Bernardo Berger (RN). La solución no se hizo esperar. Hace un mes se retomaron las obras del consultorio definitivo, se inició el traslado de una parte de los pacientes a una escuela con mejores condiciones y se ha mejorado la infraestructura del ex hogar. Y como fecha de entrega para el nuevo consultorio se definió enero de 2009.

Además, el Colegio Médico envió una carta a la ministra de Salud, Soledad Barría, donde se calificaba a Arriagada como «mal administrador», ya que consideraban que no había actuado con la diligencia que correspondía, «por lo que lo acusamos de grave falta a sus deberes y que su gestión no fue la adecuada», detalla Sánchez.

El oficio de Allamand a Contraloría

En tanto, el 17 de julio el intendente Iván Flores solicitó a Fábrega un sumario administrativo interno en el Servicio de Salud, para determinar responsables por el atraso de las obras.

Además, el 7 de agosto la municipalidad interpuso un recurso de protección contra el Servicio de Salud a favor de los 143 funcionarios del Consultorio Jorge Sabat por las dificultades originadas de la no terminación de las obras y la prolongación excesiva de la utilización del inmueble transitorio. 

El senador (RN) Andrés Allamand también plasmó sus quejas. El parlamentario de la zona entregó a la Contraloría Regional antecedentes para perseguir responsabilidades funcionarias por incumplimiento de la ejecución de las obras del nuevo consultorio y la fiscalización del contrato.

«Esta obra va a terminar por costar el doble y dos años después del plazo establecido. Hubo un conjunto de negligencias e irregularidades: se le extendieron plazos a empresa, se cursaron pagos que no correspondían a avances. Y finalmente la empresa quebró y abandonó los trabajos», dice Allamand, quien solicitó públicamente al intendente Iván Flores, a la ministra y a Fábrega que, en virtud de su responsabilidad funcionaria se solicitara la renuncia de Arriagada. «Barría y Fábrega quedaron en hacer indagaciones. Pero hasta hoy no he tenido noticias. Cuando la Contraloría termine de realizar los procedimientos quedará más que establecida la negligencia e responsabilidad de Arriagada».

Distinto opina Alfonso Sánchez. El presidente del Colegio Médico de Valdivia asegura que «la designación de Arriagada puede ser positiva. Este es un caso puntual, no toda la gestión ha sido mala. Él tiene condiciones de liderazgo y pondría bastante orden».

Publicidad

Tendencias