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La luz amarilla se prende en el oficialismo

Perdieron cerca de sesenta  alcaldes, algunos en comunas  sensibles. Otros a pesar de tener rivales ensombrecidos por la corrupción fueron aplastados y el triunfo que la Concertación exhibió como la gran “mayoría sustantiva” en los porcentajes de concejales, con 9 puntos sobre la derecha, fue gracias a las listas separadas, el conejo que Pepe Auth sacó del sombrero. Aunque los líderes del PS y la DC se nieguen a reconocerlo como tal.


19:40 horas. El primer cómputo oficial en la Estación Mapocho está retrasado. Pero las primeras mesas escrutadas y en especial los rostros congestionados de los ministros que llegan a La Moneda demuestran que las cosas no andan bien. El primero en encender la alarma es Sergio Bitar, ministro de Obras Públicas, quien minutos antes ha dicho frente a los micrófonos que los resultados le darán el triunfo al oficialismo pero con “una advertencia y esa advertencia es que mejoremos para dar a Chile gobernabilidad y progreso” .

 En efecto, las declaraciones del ministro serán con distintas entonaciones, lo mismo que dirán los líderes de la Concertación, claro que antes del primer cómputo oficial, cuando la derrota de Jaime Ravinet frente a Pablo Zalaquett es ya un hecho (47,0% y 36,1%) y las palabras de Bitar aumentan el letargo en el salón Salvador Allende del Partido Socialista. En la sede de Paris 873 sólo está el personal de planta y hay un puñado de periodistas viendo la transmisión de TVN mientras esperan que baje Camilo Escalona y algunos militantes anónimos que intentan acomodar las cifras para que el golpe no parezca tan duro.

La noticia de que Sady Melo ha sido elegido por quinta vez alcalde de El Bosque pasa inadvertida al lado de la derrota aplastante que Pedro Sabat (59,3%) le propició a Danae Mlynarz (32, 1) en Ñuñoa. Ni hablar de la humillación que le dio Manuel José Ossandón (70.1%)  a Jorge Ayala (22.8%) también del mismo partido, en Puente Alto. Sólo la victoria con que se empinó Jorge Gajardo(52,3%) a Gustavo Hasbún(47,6%) en La Florida, mejoró un poco los ánimos.
   
El germen del triunfo

Pedro Sabat fue uno de los alcaldes que durante gran parte del año fue torpedeado por el oficialismo debido a su relación con escándalos de corrupción que pasaron por la Contraloría  y en su caso hasta por los tribunales. En el mismo saco estaban los “alcaldes GMA”  de la UDI Carolina Plaza de Huechuraba, Virginia Reginato de Viña del Mar y Gonzalo Cornejo, que dejó su cupo a Sol Letelier en Recoleta La mancha de la corrupción ni siquiera los ensució, por el contrario, todos arrasaron en sus respectivas comunas.

La idea que sí funcionó fue la que el presidente del PPD  lanzó en mayo. Pepe Auth propuso competir con listas separadas en la elección de  concejales (PPD-PRSD y PS-DC), y aunque a los que siempre se opusieron nunca terminó de gustarles, los resultados de esta iniciativa permitieron proclamar la victoria del oficialismo en los porcentajes de concejales, considerada la cifra políticamente más significativa de todas.

Justo después de comer las empanadas que se repartieron entre los presentes, Camilo Escalona bajó las escaleras de la sede para proclamar el triunfo de 9 puntos sobre la derecha en la elección de concejales, sin dejar de reconocer la derrota a nivel de alcaldes: “Hemos tenido perdidas sensibles, que no esperábamos, no supimos escoger los liderazgos que se necesitaban”, dijo, y en ningún momento atribuyó la “ventaja sustantiva” como la llamó Insulza, a la idea de las listas separadas. Al contrario, Escalona fue tajante para desacreditarla: “No fue una buena idea porque no se tomó en cuenta la señal de desunión que representaba, lamentamos profundamente esta experiencia y espero que hayamos quedado aleccionados para no repetirla”.
   
Moledora de alcaldes

Al final del día, el 4 a 0 que vaticinó el vocero Francisco Vidal horas antes de las votaciones se transformó en un digno 3 a 1 y dejó a la Concertación con 60 alcaldías menos, con bajas en todos los porcentajes  y con la sensación térmica instalada de que la Alianza le pisa los talones en la carrera presidencial. Aparte de Santiago, la Concertación recibió duros golpes en  Valparaíso y Cerro Navia. Las rencillas le llevaron a perder Estación Central, que pudo arrebatarse a la derecha de haberse omitido la DC.

Por eso, el semáforo amarillo se encendió en el oficialismo desde  La Moneda para abajo. La Concertación  “debe renovarse, escuchar el rumor de la calle, para escuchar su mensaje y da un nuevo dinamismo a su acción política», dijo la presidenta Bachelet en la celebración del triunfo más amargo en toda la historia de la coalición. En cuatro años, el oficialismo bajó de un 45 a un 38% en votación de alcaldes. Puede que sea el tiempo de escuchar a los viejos articuladores del conglomerado como Insulza, que está seguro de que el bloque puede seguir al mando “en la medida que nos ordenemos un poquito más, hagamos mejor las cosas y dejemos de lado algunas peleas subalternas que no conducen a ninguna parte». Hoy puede ser el comienzo de ese nuevo orden cuando con resultados en la mano se reúnan los presidentes de partido.

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