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TVN: todo el poder al directorio

Gabriel Angulo Cáceres
Por : Gabriel Angulo Cáceres Periodista El Mostrador
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La figura más potente no será la del Director Ejecutivo, sino los directores que, en «beneficio del pluralismo», aumentarán de seis a ocho. Aunque deberán ser «intachables», tendrán facultades para intervenir en la programación y tendrán más rango para manejar la empresa al estilo de un canal privado. Pero seguirán siendo cuoteados políticamente y aumentarán sus dietas.


El capítulo entre Karen Doggenweiler y el comando de Eduardo Frei dejó claro que ocupar una silla en el directorio de TVN ya no es lo mismo que antes. El proyecto que quiere modificar la Ley 19.132, que rige a la estación, le da mucho más poder a ese órgano del gobierno corporativo. Históricamente el  director ejecutivo ha sido la persona con más rango de acción dentro del canal y el directorio funciona como una instancia consultiva, que se exhibe como un ejemplo muy gráfico de pluralismo, al mantener quirúrgicamente las cuotas políticas, pero sin demasiado poder real.

En este caso el directorio apareció tomando el control del asunto, y decidió no imponer sanciones ni alguna restricción formal a la animadora. Pero fue Daniel Fernández quién movió las piezas para contener una crisis mayor. Esta posición del directorio con tintes decorativos es la que irritaba especialmente a Francisco Vidal. El actual ministro de Defensa fue presidente de la entidad y trató siempre de involucrarse en las decisiones más contingentes del canal y casi siempre encontró un muro en los ejecutivos encabezados por Fernández. Una de las excepciones fue la «victoria» de Vidal cuando logró poner al aire el programa político Estado Nacional.

Por eso, cuando Vidal regresó a La Moneda, no sólo estaba feliz de volver a hablar. Desde la Secretaría General de Gobierno se esmeró en diseñar una ley que le quitara poder al director ejecutivo, subordinándolo expresamente al directorio, instancia que además decidirá la programación cada cuatro meses. El proyecto propone que el directorio pueda «evaluar la gestión del Director Ejecutivo cada vez que este lo requiera».

La prueba de blancura

El proyecto convierte al directorio en un poderoso cuerpo al mando de una compañía con brazos en todos los soportes de contenido. Si la ley se aprueba (ya terminó su tramitación en la Cámara) la empresa amplía su giro. Además de servicios de televisión podrá «explotar y operar»  el transporte de señales digitales, producción discográfica, Internet, radiodifusión y producción cinematográfica.

Es decir, una empresa que no ha estado fuera de la crisis, pero que en años buenos como 2007 generó utilidades por $4 mil 500 millones, con estatus de autonomía dentro del Estado pero que debe autofinanciarse y por eso no puede dejar de ganar dinero como cualquier canal privado. La nueva ley le permitiría contraer créditos con autorización del Ministerio de Hacienda.

El canal se moderniza pero la designación del directorio, a cargo de gobernar el negocio, sigue estando en manos del Congreso. Ahora los nominados deberán tener un «compromiso con el pluralismo y la Televisión Pública», señala el proyecto. Con todo lo difícil que puede ser probar eso, el inciso probablemente ahorre una discusión como la que dejó afuera de la instancia a Mahmud Aleuy, cuestionado por su paso a la cabeza del diario La Nación.  El proyecto pone más condiciones para ser candidato a ocupar un sillón, y previene también descuidos como el de Pablo Keller, en enero del año pasado, quien debió renunciar cuando se supo que tenía juicios pendientes.

Lejos de la BBC

Pero en cuanto a la conformación del gobierno corporativo, el canal público chileno no es comparable con la organización que sustenta a la BBC, uno de los modelos más respetables del mundo, al que TVN en el fondo, aspira.

«A diferencia de TVN, la BBC depende directamente de sus audiencias ya que son ellas las que pagan un monto mensual (140 mil al año) por acceder a la transmisión del canal», dice Arturo Arriagada, investigador y profesor de la Universidad Diego Portales y residente en el Reino Unido como estudiante de la London School of Economics.

Arriagada explica que «la nominación de miembros del directorio -en el caso de la BBC- esta sujeta a mayores filtros que le dan mayor independencia a la elección. La misión de la BBC establece total independencia política y comercial y concentra su atención en las demandas de las audiencias. La BBC depende del BBC Trust (un fideicomiso) cuyo rol es supervisar la gestión del Director Ejecutivo. La elección de los miembros del fideicomiso está afectada por el gobierno, pero pasa por varios filtros -como evaluadoresindependientes- en un proceso publico».

El proyecto que espera en el Congreso regula los conflictos de interés y le quita el carácter secreto a la sesión del Senado donde se eligen los directores, pero crea un consejo de tres personas (ex directores ejecutivos o miembros del directorio) que decide la dieta anual de los directores  según «remuneraciones de la plaza», como consigna el proyecto.

Por ahora, un director gana unos 160 mil pesos por sesión, con un máximo de 16 de éstas. Mientras, el Director Ejecutivo gana poco más de 9 millones de pesos líquidos, según informa la página del canal. Por último, el proyecto ordena al directorio rendir cuenta anual al Senado.

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