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«No debería haber un cambio en el planteamiento laboral de Frei si entra Velasco»

Claudia Rivas Arenas
Por : Claudia Rivas Arenas Periodista de El Mostrador @crivasa
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Aunque durante su gestión como ministro del Trabajo tuvo más de alguna controversia pública con el titular de Hacienda en temas como la negociación colectiva, Osvaldo Andrade no se espanta ante su posible incorporación a la campaña oficialista. Por el contrario, aclara que de concretarse este paso no influirá en el programa de gobierno de Frei porque su aporte pasaría más bien por capturar adherentes y votación, más que por influir en el área programática.


Sin perder el optimismo, el ex ministro del Trabajo y actual candidato a diputado por el distrito 29 -Puente Alto, La Pintana, Pirque y San José de Maipo-, Osvaldo Andrade, tiene la convicción de que si los equipos de Eduardo Frei no se siguen «disparando a los pies todos los días», el candidato oficialista puede llegar a La Moneda en los comicios de fin de año. Pausado, sin alteraciones, plantea que la política debe constituir un esfuerzo colectivo y que la Concertación no ha dado una buena imagen en ese aspecto últimamente.

En conversación con El Mostrador explica por qué considera un error político y electoral la polémica cita entre integrantes de los equipos de Frei y Marco Enríquez y entrega su impresiónacerca del eventual ingreso de quien fuera su principal contendor al interior del gabinete, Andrés Velasco, al comando del senador DC.

-Usted tuvo notoriedad pública como ministro del Trabajo, ¿Pero cómo ve desde su calidad de candidato, de partidario de Eduardo Frei, lo que está pasando en el comando?

-En lo que es más mi área todavía queda por hacer y en eso, evidentemente, Eduardo Frei me seduce mucho más. Su programa laboral es extraordinariamente más interesante que el de los otros candidatos. Y, desde el punto de vista de la campaña, creo que hay una buena oportunidad de ganar.

-¿Pese a lo que se ha visto hasta ahora?

-La preocupación que tengo es que parece que estamos haciendo todo lo contrario para obtener ese propósito. Si no se vislumbra una imagen de unidad férrea de la Concertación. el gran capital de la coalición, que es precisamente esta capacidad de dar gobierno a Chile, se diluye.

-¿Y qué se debería hacer?

-Lo que yo reclamo es una imagen, una conformación de un equipo de trabajo que se deje de dar balazos en los pies todos los días.

-¿Cómo la polémica acerca de la reunión entre los equipos de Frei y Marco Enríquez-Ominami?

-Me parece que eso es un error político y electoral grave. Electoral porque yo no puedo seducir a nadie en Puente Alto o La Pintana con la candidatura de Eduardo si hay adeptos de él que están conversando con otros candidatos. Le encuentro razón a Escalona cuando dice que una candidatura que no es capaz de bastarse a sí misma empieza a tener dificultades. Desde el punto de vista político también fue un error porque terminó siendo un bochorno, no tiene que ver con buenas o malas intenciones, cuando uno se involucra en una acción política que termina siendo un bochorno se equivocó y hay que asumirlo como tal. Y este error político me preocupa un poco más.

-¿Por qué?

-Porque la crítica que se ha hecho a la candidatura de Marco es que no constituye un esfuerzo colectivo. Es una candidatura que tiene que ver con una aventura personal. Puede ser exagerada, puedo no compartirla plenamente, pero no me cabe ninguna duda que no se constituye como un esfuerzo colectivo. Y lo que hacen los contertulios de esta conversación es, precisamente, generar una acción que no constituye un esfuerzo colectivo, prescinde de los partidos, prescinde del comando y, en consecuencia, lo único que genera es la misma conducta de la crítica que se le hace a Marco. Y creo que esto o lo hacemos entre todos, conversadito -como decimos en Puente Alto-, o mejor, desde la prudencia.

La política de los llorones

-¿No cree que la disputa entre Frei y ME-O puede impedir acuerdo para la segunda vuelta, porque están quedando demasiados heridos en el camino?

-Yo estoy aburrido de la política de los llorones. Aquí todo el mundo es llorón, todo el mundo es víctima de algo y buena parte de la candidatura de Marco tiene que ver con el lloriqueo permanente. Siempre se es víctima de algo, ‘me quieren aplastar, no me dejan hacer esto’. Ser víctima siempre rinde, pero cuidado, la sensatez de la gente siempre opera, por lo menos en el mundo que yo conozco, que es un mundo popular.

-¿Cómo lo haría usted?

-Esto hay que conversarlo inmediatamente después de la primera vuelta y con los resultados a la vista.

-¿Podría haber ánimo de conversar con lo dura que está siendo la campaña?

-Discúlpeme, no me cabe ninguna duda que va a haber no sólo ánimo de conversar, sino que la necesidad de conversar. La política se plantea desde los hechos. La Concertación fue capaz de reunir en su seno gente que había estado no sólo en controversias políticas, sino personales. Y, sin embargo, fuimos capaces de sobreponernos, porque teníamos un objetivo común. Si el objetivo común finalmente es derrotar a la derecha, no me cabe ninguna duda que al día siguiente del 13 de diciembre vamos a estar conversando.

-¿De dónde surge el objetivo común? Porque Enríquez-Ominami ha tratado de diferenciarse a toda costa de Frei y lo que representa su candidatura.

-¡Pero por supuesto, si él está compitiendo con Frei! Y me parece perfectamente lícito, pero también ha declarado que su propósito es derrotar a la derecha, a Piñera más específicamente.

-Con la campaña que está haciendo, ¿usted le cree?

-Yo siempre parto del principio de la buena fe, no tengo razones para dudar. Sí tengo dudas, pero desde mi racionalidad política.

-¿Cómo cuáles?

-Estoy seguro que Marco nunca quiso ir a primarias, es parte de su diseño de campaña. Yo nunca lo he creído, sinceramente, y no lo digo desde la mala onda, sino desde la racionalidad política. A él ir a primarias no le servía, al contrario, ¡por Dios que le ha servido! Y ahora tiene hasta al ex Presidente Lagos de aliado en esto de que ‘yo fui víctima de la maquinaria que me impidió…’. Eso le rindió mucho fruto electoral.

El déficit de la Concertación

-Como ministro del Trabajo usted fue un firme impulsor de iniciativas pro trabajadores y se vio como su principal contraparte al ministro Andrés Velasco. Ahora existe la posibilidad bastante real de que él se integre al comando. ¿Si esto se concreta cómo queda el programa de gobierno de Frei que es más progresista justamente en materias laborales?

-Mi tesis es muy simple, el gran déficit de los gobiernos de la Concertación tiene que ver con la desigualdad. De eso no tengo ninguna duda y hay amplio consenso. Mi tesis en materia laboral es que debiera conversarse de los temas de distribución de la riqueza entre quienes son parte de la construcción de esa riqueza: los trabajadores y los empleadores. Mi único punto es generar las condiciones para que esa sea una conversación simétrica, adecuada, equilibrada. Ese es mi planteamiento ético político. El programa de Eduardo Frei en materia laboral está expuesto, está escrito. No creo que a estas alturas debiera tener modificaciones, por el contrario probablemente se profundice más.

-¿Aún cuando ingrese Velasco al comando?

-En ese sentido, no veo que pudiera haber un cambio en el planteamiento programático de Frei. Ese planteamiento no se le ocurrió a él, sino que es el trabajo de un montón de gente que muestra, además, la diversidad de la Concertación y de la coalición. Desde ese punto de vista no lo siento como una amenaza.

-Se lo pregunto porque el programa, en esta materia en particular, se contradice fuertemente con los planteamientos que ha tenido Velasco.

-Lo que sucede es que si en el gobierno de la Presidenta Bachelet se dictaron 53 leyes laborales, se hizo con un gabinete en que eran ministros del Trabajo Osvaldo Andrade y de Hacienda Andrés Velasco y, en consecuencia, ese logro político lo debiéramos asumir entre todos.

-¿O sea que no prevé cambios en el discurso económico o social?

-No, porque los actores ya están planteados y la incorporación de ministros no tiene que ver con el área programática, tiene que ver más bien con el área operativa, el despliegue de campaña y, en consecuencia, no siento que la incorporación de otras figuras de reconocida trayectoria pudieran ir respecto del programa o de las ideas, sino que más bien respecto al tema de cómo se despliega la potencialidad de la candidatura de la Concertación para capturar adherentes y votación. Yo lo veo como una incorporación en ese ámbito, pero no en el otro. Por eso que, desde ese punto de vista, no me preocupa.

Alharaca

-A propósito, la derecha dice que Frei necesita bastones y que por eso está integrando a los ministros.

-En la candidatura de Michelle Bachelet, Ricardo Solari salió del Ministerio del Trabajo y se incorporó al comando…Me llama la atención, porque parece que sólo ahora esto se transformó en un problema. Creo que ésta es una alharaca y que haya gente que esté dispuesta a incorporarse a la campaña ¡cualquiera quisiera! Lo que encuentro una hipocresía tremenda es también la alharaca que se hace, porque algún ministro aparentemente estaría haciendo campaña con uso de fondos públicos.

 -La intervención electoral que acusa la derecha.

-Sí, la intervención electoral vinculada al uso indebido de recursos públicos. Yo me pregunto ¿y los diputados y senadores que están involucrados en la campaña de Sebastián Piñera? ¿Quién les paga la bencina del auto cuando salen a hacer campaña? Porque hacen de eso un gran escándalo, porque (un subsecretario) fue en el auto o volvió en el auto ¿y cuándo Allamand, o cualquier otro, va a hacer campaña, la bencina la paga con plata de él o con vales del Congreso?

«Lo novedoso es Marco»

-Esta es la primera vez, desde el regreso a la democracia, que la Concertación enfrenta una presidencial en que la favorita es la derecha.

-No tengo ninguna duda que tenemos una campaña bastante más competitiva que las que habíamos tenido en otras ocasiones. Sin embargo, también nos hemos sobrepuesto a situaciones. La vez anterior tuvimos una pre primaria Alvear-Bachelet que generó bastante ruido, se dijeron cosas atroces -a propósito de lo que usted decía acerca de los «puentes»-, sin embargo, después no hubo ningún inconveniente en seguir trabajando juntos. Lo novedoso en esta elección es Marco. Entonces, ese es el gran desafío, además.

-¿Encantar al electorado de ME-O?

-Encantar al electorado que históricamente ha votado por la Concertación. Aquí tenemos una paradoja, que hoy día nadie puede decir que estamos peor que ayer y, en consecuencia, lo que tenemos que demostrar es que lo que hemos hecho ha sido gracias a los gobiernos de la Concertación. Y, al mismo tiempo, decirle cómo queremos seguir avanzando, en eso tenemos todavía un pendiente. Teniendo estás cosas tan claras y teniéndolas todos claro, el problema que tenemos es que no hemos sido capaces de generar una dinámica de campaña en esa lógica y, por el contrario, a lo único que nos hemos dedicado -insisto- es a pegarnos balazos en los pies. Todos los días a alguien se le ocurre alguna idea…

-¿Muchos asesores?

-Mucha iniciativa particular. Yo soy de aquellos de la matriz en que la política es un esfuerzo colectivo y éstos sugieren que antes de tomar alguna iniciativa las cosas se tienen que conversar, después tratar de que esta iniciativa constituya una masa crítica que la sostenga. Las iniciativas individuales, por muy loables que sean, normalmente terminan en fracaso, porque es vista por la gente como un conglomerado que ya no lo es y, en consecuencia, por qué le va a ofrecer a la ciudadanía las condiciones para seguir gobernando, si ni siquiera es capaz de controlar a sus propios actores. Mire, la gente está feliz con lo que ha hecho el gobierno de la Presidenta Bachelet y le garantizo que si fuera candidata votaría por ella probablemente el 90 por ciento, lo único que quieren es que vuelva a ser candidata. O sea, hay un reconocimiento objetivo.

-Eso no se ha traspasado al candidato.

-El punto es que a pesar de esta constatación que uno hace, el comentario es ‘pero ahora esto es una bolsa de gatos, pues’. Nadie entiende nada. Eduardo hace un tremendo esfuerzo, pero hay un conjunto de personas que se sienten llamadas a ser los salvadores de esta cosa y cuando se tiene esa mirada tan mesiánica que, desgraciadamente, se ha instalado en muchos en la política…

-¿Está pensando en alguien en particular?

-En muchos, desgraciadamente en muchos, y esto lo resolvemos entre todos o no tiene solución. Entonces, mi reclamo es cómo logramos empujar este caballo entre todos.

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