Publicidad

El liderazgo de Coloma en la mira

Claudia Rivas Arenas
Por : Claudia Rivas Arenas Periodista de El Mostrador @crivasa
Ver Más

La actitud asumida durante la campaña presidencial por el timonel del partido está en cuestión. El senador está sufriendo la misma estrategia utilizada para desestabilizar a su predecesor, Hernán Larraín. Las críticas a la conducción se hacen soterrada pero sistemáticamente. Y si bien no hay consenso en torno a quién debería reemplazarlo, sí lo hay en cuanto al perfil del próximo presidente. Pablo Longueira y José Antonio Kast son quienes calzan con lo que se espera de quien deberá negociar con el eventual gobierno de Sebastián Piñera.


El holgado triunfo de Sebastián Piñera en la primera vuelta presidencial y la certeza asentada en la derecha de que el sector llegará a La Moneda en enero, está forzando un reordenamiento interno en los partidos de la coalición. Así como el piñerismo percibe a Carlos Larraín como una amenaza para un gobierno del empresario, en la UDI apuestan porque en esta nueva etapa se necesitará un liderazgo “duro, menos conciliador, un negociador frío” a la cabeza de la tienda. Todas características que el actual timonel, Juan Antonio Coloma, no habría mostrado durante su gestión, según confiesan en la tienda de calle Suecia, donde cuestionan el liderazgo del senador.

Tanto tiempo esperó Coloma para llegar a la presidencia de la UDI… y cuando vio coronado su esfuerzo de años, terminó siendo el peor momento para encabezar el partido. Durante su administración sobrevinieron tres elecciones populares –municipales parlamentarias y presidenciales-, en un escenario distinto al de cualquier otra directiva en similar situación: una disidencia interna silenciosa, sin candidato propio a La Moneda y un muy complicado acoplamiento, tanto con el comando presidencial como con sus socios de pacto, en medio de las campañas.

Y para colmo, lejos de ganar legitimidad por haber debido competir para quedarse con la presidencia del partido, en una colectividad tan poco dada a la democracia interna, salió mejor parado el retador José Antonio Kast. Éste último no contó con el respaldo de ningún líder interno, mientras que los coroneles cerraron filas detrás de Coloma. Lo que implicó que su gestión fuera auscultada prolijamente desde el inicio.

Se busca negociador

Uno de los elemento cuestionados es su faceta de negociador, misma que gatilla las demás críticas. En el gremialismo no creen que éste sea su mejor atributo. No sólo porque, según sostienen, “cada vez que Coloma va al comando, salimos para atrás”, sino porque internamente prefiere usar interlocutores que enfrentar directamente a sus parlamentarios. En el partido, recuerdan con molestia que para la última fase de la tramitación de la Ley de Presupuesto, el timonel optó por enviar a Pablo Longueira a negociar con la bancada de diputados.

[cita]Y  mientras los kasistas comienzan a organizarse para enfrentar otra elección interna, otros ven en Pablo Longueira al “único que puede contener y enfrentársele a Piñera”.[/cita]

En materia presidencial, algunos dirigentes tienen bien clara la película acerca de lo que viene hacia adelante para el partido. Y es que  lejos de amortiguar la histórica desconfianza que la UDI ha tenido respecto de Piñera, esta campaña no ha hecho más que profundizarla. Aún cuando sería políticamente incorrecto reconocerlo públicamente, dado que se está hablando del abanderado del sector. Y es justamente a partir de allí surge la necesidad de un liderazgo “duro, menos conciliador, un negociador más frío”, de lo que hasta ahora se ha visto a Coloma.

Porque el gran temor del gremialismo es que estando en La Moneda, Piñera no dude ni un momento “en pasarnos la aplanadora. Ejemplos hay más de uno durante la campaña”. Pero el punto es que aún cuando por un azar del destino el empresario llegara a perder, la situación para Coloma al interior de la UDI no cambiaría mucho. Porque hay quienes estiman que en cualquiera de los dos escenarios “es necesario un liderazgo mucho más fuerte”.  Y  mientras los kasistas comienzan a organizarse para enfrentar otra elección interna, otros ven en Pablo Longueira al “único que puede contener y enfrentársele a Piñera”.

Si el empresario llegara a perder, explica una fuente, la UDI necesita igualmente un presidente “fuerte, incluso inflexible”. Porque en este escenario, el gremialismo tiene que “reordenarse” para abrirle paso a los liderazgos internos y “que no nos pille la próxima presidencial sin un candidato. Porque la generosidad tiene un límite”, se lamenta un dirigente.

Responsabilidad de Coloma

Una fuente de la tienda advierte que al timonel “lo han salvado los resultados electorales». Pero desde el kasismo advierten que si el presidente gremialista “quiere seguir a la cabeza del partido, que compita”. Y aunque José Antonio Kast ha mantenido un profundo hermetismo sobre este tema, en su entorno aseguran que “está disponible” para ser nuevamente candidato para encabezar la colectividad.

En la tienda creen que la personalidad del actual timonel ha dificultado el que la UDI se  impusiera al interior de la coalición, porque “le “incomoda quedar como el malo de la película. Por lo que de alguna manera, sin previo acuerdo, esa pega ha quedado en manos de Víctor Pérez”.

Un elemento que se ha vuelto recurrente después del 13 de diciembre, para graficar el carácter del presidente gremialista, es la derrota sufrida por Joaquín Lavín. Cuando desde la UDI se le buscaba la quinta pata al gato para explicar lo inexplicable, cargándole a sus socios de pacto la responsabilidad de la caída del ex alcalde o, de manera soterrada, al propio Piñera, en el gremialismo se hacía un análisis demoledor: “En vez de responsabilizar a Renovación hay que responsabilizar a la propia UDI. Porque nunca se debió haber aceptado que a Lavín, el máximo líder que teníamos, le pusieran un competidor como Francisco Chahuán al lado. Lavín debió haber ido solo. ¿Cuántas veces no negociamos el apoyo a Andrés Allamand o a (Alberto) Espina o a otros de RN?”.

Publicidad

Tendencias