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El nazi Paul Schaefer muere en prisión

El “Tío Permanente” estaba condenado a siete años de prisión por homicidio calificado; a tres años por infracción a la ley de control de armas; a tres años y un día por torturas y a 20 años por abusos sexuales contra menores que vivían en la Colonia. El ex líder de Villa Baviera padecía una afección cardiaca que lo mantenía en el hospital carcelario.


El germano Paul Schaefer, fundador y jerarca del cuestionado enclave alemán de Colonia Dignidad, murió este sábado en prisión, según informaron fuentes de Gendarmería.

Este antiguo suboficial del Ejército nazi tenía 88 años y falleció a consecuencia de una enfermedad cardíaca crónica en el hospital de la cárcel, donde cumplía varias condenas por diversos delitos, precisaron las fuentes.

Schaefer permaneció en el hospital prácticamente todo el tiempo en que estuvo en prisión, tras ser detenido en Argentina y expulsado de ese país en marzo de 2005, y su muerte se produjo pasadas las 07:00 horas de este sábado, señalaron las autoridades de Gendarmería.

El máximo dirigente del enclave alemán instalado en las cercanías de la ciudad de Parral, estaba condenado a siete años de prisión por homicidio calificado; a tres años por infracción a la ley de control de armas; a tres años y un día por torturas y a 20 años por abusos sexuales contra menores que vivían en la Colonia.

Schaefer y otros alemanes fundaron la Colonia Dignidad, que ellos llamaron «Villa Baviera» en 1961 y, de forma paulatina, generaron una poderosa red de influencias y la transformaron en un verdadero enclave cerrado, al margen de las leyes chilenas.

Durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), la Colonia, que abarcaba unas 16.000 hectáreas, fue utilizada como campo de concentración y torturas, según testimonios de supervivientes.

El ex presidente Patricio Aylwin (1990-1994) definió el lugar como «un Estado dentro del Estado», cuando su gobierno emprendió una ofensiva legal para desmantelarlo.

En 1996, Schaefer huyó de la justicia y durante varios años fue el prófugo más buscado de Chile, hasta que fue detenido por la policía argentina el 10 de marzo de 2005 en una localidad cercana a Buenos Aires, donde vivía protegido por varios de sus seguidores.

El gobierno argentino decretó su inmediata expulsión a Chile, donde fue procesado y condenado por la Justicia.

Colonia Dignidad es «absolutamente distinta», asegura el vocero

La Colonia Dignidad, fundada en 1961 en el sur de Chile, es «absolutamente distinta» a la época en que la dirigía su fundador, Paul Schaefer, aseguró Martin Matthusen, portavoz de los habitantes del lugar.

«En breves palabras puedo decir que hubo muchísimo cambio. Todo lo que existe hoy ya no tiene nada que ver con el sistema jerárquico y autoritario que hubo en ese tiempo», dijo Matthusen a radio Cooperativa.

«Aún (la situación) está difícil porque un pasado tan difícil no se supera en muy poco tiempo», añadió el portavoz de «Villa Baviera», como sus habitantes siguen llamando al enclave que Schaefer fundó en 1961 cerca de la ciudad de Parral.

Según testimonios de supervivientes, durante la dictadura de Pinochet, la Colonia, que abarcaba unas 16.000 hectáreas, fue usada como campo de concentración y torturas.

De hecho, el enclave llegó a ser denunciado como «un Estado dentro de otro Estado» por el ex presidente Patricio Aylwin (1990-1994), que inició medidas para desvelar los secretos escondidos en ese recinto.

Schaefer, que cumplía condenas por homicidio, torturas y abuso sexual de menores, murió este sábado a consecuencias de una enfermedad cardíaca crónica, según adelantaron fuentes de Gendarmería (Servicio de Prisiones).

Para Mathusen, «la muerte de cada persona es lamentable, haya hecho lo que haya hecho», lo que en ese momento «deja de ser importante».

Matizó que los habitantes de la Colonia «no tienen ánimos extremos» frente al caso y reitero que tras el encarcelamiento de Schaefer, en 2005, «la vida les cambió completamente».

La colonia «Villa Baviera» se abrió a la comunidad tras la detención del jerarca, luego de décadas de vivir en un enclaustramiento extremo, casi sin contacto con el exterior.

Las autoridades facilitaron a los colonos la inserción en la sociedad y el inicio de negocios legales relacionados con la producción agrícola y la gastronomía.

El abogado Hernán Fernández, que representó en los juicios a varias de las víctimas de Schaefer, dijo que la muerte de éste debiera dar un impulso final a las investigaciones en torno a los cómplices de sus delitos, «para que haya justicia y reparación», manifestó a los periodistas.

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