El jefe de la diplomacia nacional se refirió así a las declaraciones del gobernante altiplánico en las que manifestó que esperaba que antes del 23 de marzo, cuando en su país se conmemora la pérdida del acceso al Océano Pacífico, el gobierno chileno presente «propuestas concretas para debatirlas».
El ministro de Relaciones Exteriores, Alfredo Moreno, desestimó este jueves el plazo que dio el presidente de Bolivia, Evo Morales, para que Chile materialice una propuesta que permita a la nación altiplánica obtener una salida al mar.
«Chile trabaja por resultados, no por fechas», dijo tajante el canciller, luego de las declaraciones de Morales en las que señaló que esperaba una respuesta en ese sentido el día 23 de marzo, fecha en la cual su país conmemora el inicio de su mediterraneidad a consecuencia de la Guerra del Pacífico. «Ya es hora de que hayan propuestas concretas para debatirlas», dijo el gobernante.
Alfredo Moreno, sin embargo, recordó que el asunto forma parte de la agenda de 13 puntos que desarrollan ambas naciones y sobre la cual siguen trabajando los representantes diplomáticos de ambas naciones y los propios mandatarios.
«Quisiera recordar que en diciembre de 2010 se juntaron los dos presidentes en Foz do Iguazú, crearon una comisión de alto nivel presidida por ambos cancilleres, de Bolivia y Chile, para intensificar el trabajo conjunto en esta materia, y que ya se ha reunido en dos oportunidades en menos de 60 días», sostuvo durante una conferencia de prensa en el Edificio Carrera.
En la oportunidad también destacó que «en la última reunión realizada en La Paz hace muy pocos días atrás, se acordó por esta comisión binacional tener un nuevo encuentro entre ambos presidentes, quienes se han juntado en diversas oportuidades durante el último año, para revisar el avance de la agenda común, reunión que esperamos concretar en una fecha próxima».
El jefe de la diplomacia nacional, puso énfasis también en que existe la voluntad del gobierno para encontrar «soluciones concretas, útiles y sobre todo factibles en los diferentes temas de la agenda común», lo que «significa pasar de las diversas aspiraciones que puedan existir entre los países a soluciones que realmente puedan beneficar a ambos pueblos y que sean posibles de llevar a la práctica».
