«Esto era simplemente una cuestión de supervivencia, no me parece que haya que usar adjetivos tan grandilocuentes para definir un paso práctico que debió tomarse mucho antes”, sostuvo.
El presidente de RN, Carlos Larraín, aseguró que la renuncia de la intendenta del Bío Bío, Jacqueline Van Rysselberghe es «un gesto de realismo práctico” y no un «acto de grandeza» como dijo el timonel de la UDI, Juan Antonio Coloma.
«Creo que un gesto de realismo práctico que debió adoptarse hace mucho tiempo, esto era simplemente una cuestión de supervivencia, no me parece que haya que usar adjetivos tan grandilocuentes para definir un paso práctico que debió tomarse mucho antes”, sostuvo en Radio Agricultura.
Para el timonel de Renovación Nacional en este caso hubo dos tipos de perjuicios, “la irrupción de un cierto caudillismo que no le ayuda al sistema republicano chileno y que el gobierno central aparece enfrascado en una discusión que no termina nunca y donde casi todo es monodireccional en favor de uno de los partidos de la Coalición”.
En esa línea, dijo que “el daño gordo es institucional, hay figuras que dentro del aparato interior no siguen las instrucciones del Gobierno. Un cierto énfasis personalísimo que es casi sinónimo de caudillismo. Eso es lo que me parece a mí lo gordo que pasó (…) hay una cierta vacilación por parte de la autoridad que no se comprende, eso acusa un daño institucional. Lo que hace a la seguidilla de equivocaciones, de ella y su personal en eso no me he metido nunca mi alegato siempre ha sido institucional”.
“Hay otro daño aquí, hace aparecer al Gobierno del Presidente Piñera como muy capturado por un partido y no creo en el gobierno de los partidos sino con los partidos”, concluyó Larraín.
